El onceno Doctor

Después de ver el especial de Navidad/Fin de año que es la despedida de David Tennant y Russell T Davies de la serie opino que con un poquito de esfuerzo podrían haberlo hecho peor. Steven Moffat está tardando en tomar las riendas de Doctor Who. Steven Moffat is my master now.

Y he aquí un trailer de lo que promete la nueva temporada:

(vía Davidgp)

[50 libros] 2010

Durante los últimos seis años he estado con el reto de leer 50 libros al año (2004, 2005, 2006, 2007, 2008 y 2009). Empecé en 2004, tras unas circunstanciales personales difíciles y lo he mantenido desde entonces. Simplemente, me gusta leer, como a otros les gusta salir en bicicleta o hacer fotos, y planteándomelo como un reto resulta mucho más fácil. Además, 50 es una cifra cómoda, no tan alta como para resultar casi imposible, ni tan pequeña como para no representar un pequeño triunfo personal.

Habitualmente, al llegar al libro 50 escribo un pequeño texto explicándolo (por ejemplo, aquí, aquí y aquí). En 2009 ya no lo hice, porque la verdad es que no tengo nada más que añadir a lo que ya he dicho. Incluso gracias a las preguntas de un lector, el reto tiene una especie de FAQ.

Y bien, aquí vamos con un año más y empezamos década:

    Enero

  1. A tiro limpio de Boris Vian
  2. Senderos: Una retrospectiva de la obra de Paco Roca de Koldo Azpitarte
  3. The Rebel Sell: How the Counterculture Became Consumer Culture de Joseph Heath y Andrew Potter
  4. Febrero

  5. Why Buffy Matters: The Art of Buffy tha Vampire Slayer de Rhonda Wilcox
  6. Things the Grandchildren Should Know de Mark Oliver Everett
  7. Marzo

  8. La hija de la guerra y la madre de la patria de Rafael Sánchez Ferlosio
  9. Todo va a cambiar de Enrique Dans
  10. Aliento a muerte de F. G. Haghenbeck
  11. The Prisoner Handbook de Steven Paul Davies
  12. Arte y nuevas tecnologías de Mark Tribe y Reena Jana
  13. Digital Folklore de Olia Lialina y Dragan Espenschied
  14. Abril

  15. Free Culture: The Nature and Future of Creativity de Lawrence Lessig
  16. Las herejías privadas de Luis Antonio de Villena
  17. Mayo

  18. Confessions of a Public Speaker de Scott Berkun
  19. Oscuro bosque oscuro de Jorge Volpi
  20. Lunarias de Alfredo Álamo
  21. Tribes: We Need You to Lead Us de Seth Godin
  22. Junio

  23. The Hunting of the Snark de Lewis Carroll
  24. Siete días en el mundo del arte de Sarah Thornton
  25. Bajo el influjo del cometa de Jon Bilbao
  26. De qué hablo cuando hablo de correr de Haruki Murakami
  27. Julio

  28. The Invisible Gorilla: and other ways our intuition deceives us de Chritopher Chabris y Daniel Simons
  29. The Infinite Book de John D. Barrow
  30. The Extravagant Universe: exploding stars, dark energy and the accelerating cosmos de Robert P. Kirshner
  31. The Music of the Prime: why an unsolved problem in mathematics matters de Marcus du Sautoy
  32. Why Evolution is True de Jerry A. Coyne
  33. Agosto

  34. Bad Science de Ben Goldacre
  35. The Upside of Irrationality: The Unexpected Benefits of Defying Logic at Work and at Home de Dan Ariely
  36. Eva and Franco Mattes de AA. VV.
  37. Borges y la ciencia ficción de Carlos Abraham
  38. Drive: The Surprising Truth About What Motivates Us de Daniel H. Pink
  39. Kanikosen, el pesquero de Takiji Kobayashi
  40. Ficciones de Jorge Luis Borges
  41. Should you judge this book by its cover?: 100 fresh takes on familiar sayings & quotations de Julian Baggini
  42. Septiembre

  43. Bas Jan Ader: Entre dos tierras de Javie Hontoria
  44. myFry de Stephen Fry
  45. Octubre

  46. Flat Earth New: An Award-winning Reporter Exposes Falsehood, Distortion and Propaganda in the Global Media de Nick Davies
  47. Objective-C Pocket Reference de Andrew M. Duncan
  48. How to Live Safely in a Science Fictional Universe de Charles Yu
  49. Noviembre

  50. Lost Ate My Life: The Inside Story of a Fandom Like no Other de Jon «DocArzt» Lachonis y Amy «hijinx» Johnston
  51. The Best Technology Writing 2010 de Julian Dibbell (editor)
  52. Cartas sobre el arte 1916-1956 de Marcel Duchamp
  53. The Myth of Lost: Solving the Mysteries and Understanding the Wisdom de Marc Oromaner
  54. The murder of Roger Ackroyd de Agatha Christie
  55. Diciembre

  56. Historia torcida de la literatura de Javier Traité
  57. The Late Age of Print: Everyday Book Culture from Consumerism to Control de Ted Striphas
  58. En defensa de la intolerancia de Slavoj Zizek
  59. Alphaville de Chris Darke
  60. Role models de John Waters

Cómics 2010

Y aquí vamos:

    Enero

  1. Cyanide & Happiness: I’m giving you the finger de Kris, Rob, Matt & Dave
  2. Masterpiece Comics de R. Sikoryak
  3. Logicomix: An Epic Search for Truth de Apostolos Doxiadis, Christos H. Papadimitriou, Alecos Papadatos y Annie Di Donna
  4. Última lección en Gotinga de Davide Osenda
  5. Un zoo en invierno de Jiro Taniguchi
  6. Marzo

  7. El arte de volar de Antonio Altarriba y Kim
  8. NonNonBa de Shigeru Mizuki
  9. Abril

  10. El retorno a la tierra 4. El diluvio de Jean-Yves Ferri y Manu Larcenet
  11. Junio

  12. Nuevas historias del viejo Palomar de Beto Hernández
  13. The Adventures of Johnny Bunko: The Last Career Guide You’ll Ever Need de Daniel H. Pink y Rob Ten Pas
  14. Agosto

  15. Fun Home: A Family Tragicomic de Alison Bechdel

Rimero de enlaces

Enlaces compartidos en Google Reader el día 01/01/2010. Son enlaces que por alguna razón, positiva o negativa, me han llamado la atención:

Feliz año 2010

Es bueno tener un momento que nos obligue, por su simple presencia, a contemplar lo pasado y a otear el futuro, que nos haga creer que la vida es cíclica aunque sepamos muy bien que no lo es. Por muy arbitrario que sea, el bifronte «31 de diciembre/1 de enero» cumple perfectamente con ese cometido. Todos nos merecemos un momento para fingir que podemos dar carpetazo a lo viejo y esperar lo nuevo. Hay que aprovecharlo, que el 4 de enero ya es lunes otra vez.

Por tanto, feliz 2010. Que se cumpla todo lo que deseas.

Top 3 libros 2009

Estos son los libros que más me han gustado de entre los que he leído en 2009. Como suele ser habitual, los dos primeros los tengo bastante claros, pero el tercero podría haber sido el elegido o quizá cualquiera de los otro diez:

  1. El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas de Haruki Murakami. Ya he dicho bastante sobre esta novela. La mejor de Murakami.
  2. Life Inc.: How the World Became a Corporation, and How to Take It Back de Douglas Rushkoff. Una interesante reflexión sobre cómo nuestras vidas se valoran cada vez más siguiendo criterios estrictamente comerciales.
  3. The Mystic Masseur de V. S. Naipaul. Una divertida novela sobre el colonialismo. También sobre las tradiciones y lo absurdas que pueden llegar a ser. Y luego, finalmente, como todos alcanzamos nuestro grado máximo de incompetencia.

Y otros diez recomendables:

  • Video Art, a Guided Tour de Catherine Elwes. Impresionante combinación de estructura teórica con información sobre obras y artistas.
  • The Public Domain: Enclosing the Commons of the Mind de James Boyle. El dominio público está compuesto por todas esas obras que son patrimonio común de la humanidad y que cualquier puede usar libremente. Pero recientemente, hemos visto como los gobiernos van reduciendo ese fondo común, cerrando partes y dejándolas en manos privadas.
  • On Being Certain: Believing You Are Right Even When You’re Not de Robert A. Burton, M.D. Según el autor, la sensación de certidumbre es muy anterior a saber si realmente tenemos razón. Es decir, creemos tener razón independientemente de tener razones para creer que tenemos razón.
  • La música del hambre de J.M.G. Le Clézio. Una novela ambientada en el mundo y antes y después de la guerra mundial. La historia de una joven, muestra cómo es posible que un mundo desaparezca y otro nazca en su lugar.
  • The Housekeeper and the Professor de Yoko Ogawa. Novela delicada y emotiva sobre la familia. Y sobre los números primos. Quizá porque esos números son una adecuada metáfora de la familia -cuanto más estudias los primos, más detalles curiosos aparecen- o simplemente porque los números primos son geniales de por sí.
  • The Intellectuals and the Masses: Pride and Prejudice among the Literary Intelligentsia, 1880-1939 de John Carey. Los intelectuales odian al pueblo. Para comprobarlo, basta con abrir cualquier periódico y leer lo que dicen algunas de nuestras plumas más importantes. Probablemente esté riñendo a la gente por esto o aquello.
  • A Happy Marriage de Rafael Yglesias. ¿Cuándo se sabe que un matrimonio es feliz? El problema de Solón, claro.
  • Everything that Rises Must Converge de Flannery O’Connor. Una serie de cuentos sobre el pecado del orgullo. Uno tras otro, los personajes caen, de las formas más raras posibles, en esa falta, lo que conduce inevitablemente a su caída. Escritos desde una perspectiva cristiana, lo que estos cuentos cuentan es universal.
  • Borges de Edwin Williamson. Posiblemente la mejor biografía de Borges. También posiblemente la más imaginativa, porque el autor no deja de intentar reconstruir los estados mentales del personaje. Pero claro está, nadie conoce a las personas tal y como son o fueron.
  • No One Makes You Shop at Wal-Mart: The Surprising Deceptions of Individual Choice de Tom Slee. Aquí tenemos una paradoja. Las personas pueden elegir individualmente lo mejor para ellas y aún así acabar en general con decisiones que perjudican a todos, incluyendo a las personas que decidieron.
  • Bicycle Diaries de David Byrne. No sólo bicicleta, sino muchas reflexiones sobre arte, ciudades y gentes.
  • Mistakes were made (but not by me): Why we justify foolish beliefs, bad decisions and hurtful acts de Carol Tavris y Elliot Aronson. No sólo cometemos errores, sino que luego negamos haberlos cometido. Este libro explica por qué.

Top 3 películas 2009

Mi top 3+10. Las tres películas de las que he visto este año y diez adicionales que me gustaron bastante. Como en el caso de los libros, las dos primeras las tengo claras, pero la tercera podría haber sido casi cualquiera de las que indico. Es evidente que no veo muchas películas recientes, más que nada porque voy poco al cine. Y la verdad, tiendo a esperar a que una película me interese.

  1. El año pasado en Marienbad de Alain Resnais. Una película impresionante, un juego continuo contra la narrativa. Produce además una absoluta sensación de lugar, hasta el punto de que llegas a creer que sólo existe el mundo de Marienbad.
  2. Entr’acte de Rene Clair. Película surrealista que es todo ritmo y nervio. La persecución final es antológica. Con música de Satie.
  3. The Case of the Grinning Cat de Chris Marker. La supuesta persecución del grafiti de un gato callejero deviene en comentario político. Una confusión deliberada entre lo (supuestamente) efímero y lo (supuestamente) sustancial hasta el punto de poder sustituir uno por el otro.

Y otras diez:

  • The Girl Who Leapt Through Time de Mamoru Hosoda. Un anime curioso. La trama resulta un poco confusa y no demasiado coherente, pero el resto, sobre todo personajes y animación, está muy logrado.
  • My Neighbor Totoro de Hayao Miyazaki. Pura fábula, puro deleite en el disfrute de lo natural. Como un largo día de verano.
  • The Meaning of Life de Terry Gilliam y Terry Jones. La película que más me gusta del grupo. Es la que más se parece a la serie original. Es surrealista y caótica y además contiene la mejor metáfora de la condición humana: la historia del camarero.
  • The Fall de Tarsem. Una película rodada alrededor del mundo que puede verse exclusivamente para disfrutar de los paisajes. Pero además, es una pequeña fábula sobre el orgullo.
  • La princesa prometida de Rob Reiner. Un cuento de hadas que después de tantos años todavía se sostiene.
  • Across the universe de Julie Taymor. Canciones de los Beatles y el mundo en los años 60. La historia es más compleja de lo que podría esperarse, los números musicales son imaginativos y el uso de las canciones es muy irónico.
  • Man on Wire de James Marsh. Sobre el hombre que caminó por la cuerda floja entre las torres gemelas.
  • The Castle of Cagliostro de Hayao Miyazaki. Una historia del ladrón de guante blanco Lupin III. Tremendamente divertida excursión por un pequeño reino europeo.
  • The Sweetest Sound de Alan Berliner. El sonido más hermoso es el de tu propio nombre. Y esta película explora tu apego a unas pocas sílabas que probablemente compartas con muchas otras personas. ¿Cómo es que sentimos que nuestro nombre es algo que sólo nos pertenece a nosotros?
  • Nanayo de Naomi Kawase. No sé si es una película sobre la incomunicación o sobre la comunicación. O quizá simplemente sea una película sobre la felicidad.

Y miren, Entr’acte se puede ver aquí:

Mis series de 2009 (I): Misfits

Imagina que tuvieses poderes. Pero un momento. Tu poder puede que sea, por ejemplo, la telepatía, pero lo tendrás de la misma forma que, si tu vista está bien, tienes el poder de ver objetos que están a cierta distancia. Nadie se convierte en superhéroe por tener vista más o menos perfecta, ¿verdad? Aunque te pongas uniforme.

No tengo claro si Misfits -en su primera temporada de 6 episodios- es una vuelta de tuerca especialmente ingeniosa al tema de los superhéroes, o se ríe de ellos. Para empezar, los protagonistas son dos chicas y tres chicos condenados a servicios comunitario. No son los más brillantes del cole, pertenecen al proletariado y a alguno ni siquiera se le entiende cuando hablan. Vamos, que son corrientes, corrientes. Y sí, llevan uniforme: el mono color naranja que les marca como infractores.

Un día, una extraña tormenta dota a cada uno de ellos de un poder especial adaptado a la persona que es. El corredor famoso que perdió su carrera logra la habilidad de cambiar el pasado, la que va de bomba sexual logra de habilidad de obligar a cualquier hombre a hacer el amor con ella, la desconfiada aprende a leer las mentes y el solitario recluso logra volverse invisible en cuanto la peña pasa de él (lo que sucede, por cierto, con bastante facilidad). ¿Y el quinto? Bueno, el poder de ese ególatra mayúsculo es el secreto de la temporada.

No son los únicos. La persona encargada de ellos se convierte en una especie de Hulk y de inmediato intenta asesinarlos. Posteriormente aparecen otros personajes con poderes, alguno de ellos realmente sublimes como, no me resisto a mencionarlo, el bebé que tiene el poder de hacerte querer ser su padre.

Pero estos chicos viven en un mundo normal, agreste, un mundo algo desaturado, urbano y sucio, un mundo muy cercano a la realidad. Sus nuevas habilidades nos les cambian demasiado la existencia. Son personaje con aristas que cortan y sus nuevas habilidades más bien les obligan a conducir sus vidas de otra forma. Pero también son capaces de la amistad y el compañerismos. Después de todo les une un secreto terrible.

Misfits no se conforma con ser comedia o drama, con momentos francamente divertidos y otros terrible, y aspira a ser ambas cosas. Va de la juventud y del inconformismo, y los problemas familiares, sociales y personales que tiene cualquier joven. Tal es así, que ni siquiera sigue los cánones del género de poderes especiales. Sus protagonistas no deciden que un gran poder conlleva una gran responsabilidad o que capacidad actual implica que deben amar a toda la humanidad y luchar por el bien. Más bien, sus problemas pasan a adoptar otra pequeña dimensión. Si antes, por ejemplo, debían enfrentarse a las fuerzas sociales que insisten en el conformismo, ahora deben luchar contra fuerzas que pueden obligarte a amoldarte a la sociedad. Y cualquier problema familiar se complica cuando el novio de tu madre… por las noches… ya sabes…

A destacar, el egotista personaje principal, Nathan, un tipo delgado con una desmesurada opinión de sí mismo, un cínico histriónico que salta por la pantalla como si fuese un resorte y que ante todo ama a una persona: a sí mismo. Curiosamente, es el personaje que parece no tener ningún poder y sin embargo parece estar siempre en el centro de la acción. Es él, por ejemplo, el encargado de dar un encendido discurso en defensa de la libertad para equivocarse que resulta simultáneamente irónico y sincero.

Por cierto, esta serie tiene el mejor final de temporada que he visto este año (sí, me gustó más que el de Lost). Lo que podría haber sido un simple golpe de efecto, la personalidad de Nathan lo convierte en sublime. Sólo él podría reaccionar de esa forma.

Antes

Un embajador extraterrestre llega a la Tierra. Apenas se le ve y está encerrado, por cuestiones de atmósfera, es una jaula de cristal. Su especie, por no tener, no tiene ni nombre, siendo conocida por los humanos simplemente por un número: 456. Ha venido con una amenaza y un requerimiento: el 10% de los niños de la Tierra o… Después de todo, se excusa, en la Tierra mueren al día miles de niños que las naciones más poderosas podrían haber salvado sin mayor problema.

En realidad, Children of Earth -de sólo 5 episodios y emitida a lo largo de una semana- es la tercera temporada de Torchwood, una serie de ciencia ficción nacida a partir de Doctor Who. Sin embargo, yo prefiero pensar que las dos primeras temporadas de Torchwood (sobre un grupo secreto de investigadores que se enfrenta a varias amenazas de origen extraño) no existieron o que como mucho su única función fue presentar a los personajes protagonistas de esta miniserie: Jack Harkness, un inmortal jefe del cotarro, Gwen Cooper, antigua policía ahora reciclada en cazadora de monstruos, y Ianto Jones, que tal cual parece un mayordomo inglés.

La acción arranca con la destrucción de la sede de Torchwood y el intento de asesinar a los miembros del grupo (Jack es inmortal, así que en su caso inventan métodos ingeniosos para contenerle). Pronto descubrimos que un funcionario del gobierno –que no actúa por maldad, sino que cumple con su deber y, además, ansía agradar al ministro- es el responsable de la orden del asesinato. El ministerio intenta ocultar algo relacionado con los extraterrestres.

¿Para qué quieres tantos niños los extraterrestres? Bien, se trata del habitual destino peor de la muerte, una versión especialmente cruel que permite además muchos y jugosos paralelismos con el comportamiento humano, lo que hace más horrible lo que sucede a continuación. El gobierno acepta las exigencias, pero a continuación empieza a justificar su comportamiento. Una de las escenas más aterradoras de la miniserie muestra simplemente a un conjunto de personas alrededor de una mesa que habla de cómo salvar a los niños de su clases social y que poco a poco, racionalización tras racionalización, concluye que son las clases desfavorecidas las que deben aportar sus hijos para salvar a la especie… y a los hijos de los más pudientes. Al menos el embajador extraterrestres es como un tiburón y los razonamientos morales no se le aplican. Children of Earth te enseña que debes desconfiar del poderoso, porque el que tiene poder acabará volviéndose contra ti. Vamos, que como malo central cuesta decidirse entre el primer ministro y el embajador 456.

Así la miniserie ofrece otra imagen estremecedora, la del ejército enfrentado al pueblo que ha jurado defender, enfrentándose a padres cuyo único crimen es pretender proteger a sus hijos. Sin embargo, no se pretende que el problema sea fácil de resolver, que la solución vaya a ser sencilla. La trama incluye más complejidades y al final decisiones difíciles.

Simplemente sucede que en ocasiones no queda más opciones que elegir entre dos tragedias.

La diferencia radica en hacerlo con los ojos abiertos, consciente de que uno escoge entre dos opciones horribles, sin justificaciones, sabiendo en todo momento qué está sacrificando.

Children of Earth no es sólo un gran relato de invasiones extraterrestres, sino que además explorar la relaciones entre clases sociales en Gran Bretaña, como el poder te aísla de la humanidad y, ante todo, cómo se toman decisiones imposible. Creo que las dos primeras temporadas de Torchwood son muy malas, pero esta miniserie las justifica.

Antes

Dos libros que me regala fernand0. Gracias.

Happiness: A Guide to Developing Life’s Most Important Skill de Matthieu Ricard, un francés convertido en monje budista en Nepal.

Death and Life of Great American Cities de Jane Jacobs. Es un libro que me he encontrado referenciado tantas veces en otros libros que al final me decidí a ponerlo en mi lista de los deseos.

Mis series de 2009 (III): Paradox

Un grupo de tres curtidos policías deben evitar desastres diversos a partir de fotografías que un científico bastante arisco recibe varias horas antes de que vayan a producirse. Con sólo 5 episodios en su primera temporada, esta serie de la BBC logra no sólo un gran nivel de tensión –se podrá o no se podrá evitar la muerte o muertes programadas para hoy- en su carrera contra reloj, sino que además consigue plantearse cuestiones sobre el libre albedrío, el determinismo y el dilema ético planteado: si sabes que en el futuro próximo se va a producir una tragedia, ¿estás moralmente obligado a intentar evitarla?

Paradox hace varias cosas bien. La primera es que las tragedias van al final del episodio, donde deben estar para producir la sensación de que el tiempo se acaba, de la angustia a medida que el tiempo se acaba y las piezas no acaban de encajar todavía. Además, va variando la fórmula, de tal suerte que unas veces pasa una cosa y en otras ocasiones algo diferente, para que no puedas quedarte con una respuesta fija. Al principio, los personajes parecen simples policías dedicados a su trabajo, incapaces de quedarse al margen si existe la posibilidad de una tragedia. Pero poco a poco, van a evolucionando, y descubren que su implicación en los mensajes del futuro es cada vez más mayor. Saber que es posible conocer el futuro les va afectando de diversa forma, y en al menos a uno de ellos le fuerza a cambiar sus más profundas convicciones. Después de todo, si algo era evitable y no lo evitaste, ¿no eres moralmente responsable de lo sucedido?

Quién envía la imágenes, por qué o cómo son los grandes misterios de la serie. Al final de la temporada, incluso el científico que parecía sobrevolar los hechos como si todo aquello no fuese con él y para el que el único misterio es el mecanismo, acaba implicado totalmente. La razón de los mensajes es más nebulosa, aunque las imágenes son cada vez más personales y más cercanas a los protagonistas. La serie maneja muchas opciones e ideas, elucubraciones que los personajes se lanzan unos a otros a toda velocidad, como si fuesen personas reales que sueltan todo lo que les viene a la cabeza, por tonto que pueda sonar.

Algo que se le da muy bien a las series británica es ofrecer personajes que parecen reales, no sólo en el sentido de que reacciona como personas sino que incluso parecen sacado directamente de la calle, que son personas imperfectas y marcadas. En ese aspecto, el equipo de policías es impecable. Al principio parecen casi robóticos y sus relaciones se transmiten en unas pocas frases. Pero poco a pocos va aflorando el fondo de sus sentimientos, al intentar mantener en equilibro su trabajo con la sensación de que el mundo en el que viven es ahora completamente diferente, de que buena parte de los cimientos de su realidad se ha desvanecido. Destaca la jefa, como una mujer que intenta hacer las cosas lo mejor posible mientras sientes el peso creciente de la responsabilidad.

Paradox juega hábilmente con la inversión de la serie de policías, aquí no se parte de un hecho sino que se trata de averiguar qué va a suceder, con una ciencia ficción que no se escabulle en ningún momento de las preguntas fundamentales que se haría cualquiera. Si alguien te envía imágenes de hechos futuros, entonces tu destino no sólo no es tuyo, sino que probablemente esté controlado por una fuerza secreta. Tal incertidumbre es el origen de una angustia metafísica que subyace agazapada en el corazón de esta serie. El triunfo de Paradox es ser totalmente consciente de la presencia de esa sombra.

Rimero de enlaces

Enlaces compartidos en Google Reader el día 28/12/2009. Son enlaces que por alguna razón, positiva o negativa, me han llamado la atención:

Rimero de enlaces

Enlaces compartidos en Google Reader el día 27/12/2009. Son enlaces que por alguna razón, positiva o negativa, me han llamado la atención:

  • My MacBook Pro Goes Multimonitor: 4 Monitors At Once! Hace varios años que uso dos monitores, desde que descubrí lo útil y cómodo que resulta. Ahora mismo, tengo dos de 24»: la pantalla del iMac y otra adicional. Aún así, me encantaría tener algo así y poder usar al menos 3. Eso sí, parece que saldría caro y tampoco sé si mi iMac lo soportaría.

20 años de  no ficción

Empecé a hacer  no ficción porque deseaba editar un fanzine sobre ciencia ficción. Fue así de simple. Tenía una afición y deseaba compartirla y de ahí nació la idea. Eso fue hace 20 años, en 1989. Fue una demostración de lo mucho que me gustaba el género y también un ejemplo de su época. Hoy en día abriríamos un blog o crearíamos un grupo en alguna red social. Los tiempos cambian pero no necesariamente las cosas que uno quiere hacer.

no ficción se llamaba así porque sólo publicaba artículos y ensayos (todo en unas 40 páginas en formato DIN A5). En aquella época no era algo muy común, porque aunque muchas revistas y fanzines publicaban ensayos y artículos, lo habitual era primar la ficción sobre cualquier otra opción. Yo por aquella época leía  Science Fiction Studies y  Foundation y no veía por qué su contenido no se podía traducir y publicar, de la misma forma que se traducían y publicaban cuentos de autores extranjeros. Pero no sólo encontraba el material en esas publicaciones que he mencionado, sino en cualquier lugar que se dejase; por ejemplo, en el primer número de  no ficción apareció un artículo de Gregory Benford publicado originalmente en  American Journal of Physics. Eso sin olvidar la publicación de material originalmente escrito en español. El primer número de  no ficción costaba 250 pesetas, que debía ser una buena cantidad para la época. El número dos costaba 300 pesetas y ofrecía suscripciones -tres números- a 800 pesetas (nunca hubo muchas).

Me gusta decir que  no ficción fue un fanzine para tiempos menos heroicos. En 1989 la revolución de la edición personal estaba ya asentada y era muy fácil componer y publicar. Y lo que era mejor, resultaba relativamente barato imprimir una publicación de pocas páginas con una tirada muy limitada. Quizá los ordenadores y las impresoras láser no fuesen tan comunes como ahora, pero se podían encontrar, y gracias a varios amigos informáticos de Lanzarote pudieron salir esos números. Comparado con la labor de otros fanzines anteriores –con la ardua tarea de componer textos a mano- el único trabajo de verdad era seleccionar los artículos, escribir para pedir permiso y traducirlos.

Poco después del segundo número, inicié con Ricard de la Casa la aventura de  BEM (a la que luego se unirían Joan Manel Ortiz y José Luis González), que también se sostenía sobre las facilidades que ofrecían los medios informáticos para poder publicar con regularidad (11 números al año durante los 3 primeros años y luego 6 números al año hasta su desapareción), y  no ficción pasó a ser editado por nuestro grupo. No duró mucho. Cuatro números escasos, supongo que porque a nadie interesaba lo que se publicaba. O quizá simplemente porque  BEM (que aguantó 10 años) ofrecía una plataforma en muchos aspectos mucho más conveniente.

Debo decir que me siento especialmente orgulloso del número 3 de  no ficción, dedicado al autor español Rafael Marín (y uno de los objetivos de la publicación era precisamente hablar sobre ciencia ficción española). El número incluía una entrevista, páginas de su obra y un ensayo suyo sobre  Watchmen. Rafael Marín era en aquel momento un autor interesante. Hoy, me alegra decir, sigue siéndolo, y su bitácora, Crisei, me parece un referente para la reflexión cultural sobre cómics, cine o televisión. Además, esporádicamente ha ido logrando publicar sus novelas, lo que significa, por mucho que él diga que no, que sigue siendo leído.

no ficción es una de esas cosas que me alegra haber hecho y que recuerdo con mucho cariño, aunque no estaría dispuesto a hacer hoy. Se que lo veo con mucha distancia, pero no se trata de que lo sienta como si lo hubiese hecho otra persona. No, lo siento como si se hubiese hecho en otro mundo, en un planeta extraterrestre, donde algo así tenía sentido. En nuestro mundo, la web mató a los fanzines y en gran parte a las revistas, o al menos desde mi punto de vista, mató el concepto de un conjunto de material que se publica simultáneamente; simplemente carece de sentido hacerlo así. Hoy, como dije antes, abriríamos un blog o recurriríamos a cualquiera de las herramientas de las que disponemos. Y no creo que sea una pena o un hecho triste. Creo sinceramente que el mundo ofrece hoy oportunidades y herramientas mucho mejores de las que teníamos hace 20 años, y como resultado es un mundo mucho más rico y diverso. Si la web mató los fanzines y las revistas, fue para sustituirlos por algo mejor.

Muchas personas ofrecieron su ayuda y colaboraron en  no ficción, demasiadas para nombrarlas a todas. Sin embargo, no quiero dejar de mencionar a mi amigo Antonio Ara que siempre me ofreció su vasta biblioteca para buscar aquellos datos o referencias que pudiesen interesarme. Antonio Ara falleció antes de editar el número 4, que dedicamos a su memoria.

Y en ultima instancia, eso es lo importante de cualquier actividad humana. Da igual si al final tienes los números impresos o no (yo creo no tenerlos, o si los tengo, no sé dónde están; sólo me quedan unos pdf con los números escaneados), lo que importa realmente es la gente a la que conociste y el camino que iniciaste con esa labor. En ese aspecto, estoy seguro de que mi vida hoy sería completamente diferente de no haber existido ese primer número de  no ficción. El tiempo puede llegar a amplificar los gestos más pequeños, provocando cambios descomunales e inesperados. Y 20 años después, me asombra comprobar que todo empezó aquel día que llevé a la imprenta…

Con pegamento

Resulta mucho más fácil hacer un castillo de naipes. A los cinco o seis metros apenas se aprecian los chorros de pegamento.

Algunos creen que usar pegamento es hacer trampas. Yo considero que es un claro caso de Kobayashi Maru.

El concurso Murakami

Hace unos días, Kirai y yo participamos en una iniciativa para promocionar la última novedad de Haruki Murakami en España, la novela El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas: Tusquets nos cedió 15 ejemplares a cada uno para repartir entre nuestros lectores. Lo que hicimos fue organizar un concurso donde entregábamos esos 15 ejemplares a otros tantos comentarios sobre Murakami que nos hubiesen llamado la atención.

Bien, el concurso terminó, las direcciones de envío recogidas (aunque en mi caso hay dos personas que todavía no han respondido a mi correo) y más de un libro ya recibido. Por tanto, ya que Kirai puso una lista de sus seleccionados, aquí va la mía. Y como estoy imitando a Kirai, supongo que eso le convierte automáticamente en uno de mis líderes carismático.

Debo recalcar que la selección es puramente personal. Probablemente estés en desacuerdo con ella. Es más, es posible que estés completamente en desacuerdo con todas mis elecciones. Es lo bonito de estas cosas. Eso sí, la elección fue muy difícil. Fácilmente podría haber entregado el doble de libros. Por lo demás, ha sido el primer concurso en pjorge.com y ha sido todo un éxito.

LaCasaSin

“La Caza del Carnero Salvaje” fue el primer libro que leí de Murakami. A día de hoy… sigo sin entender ni las 3/4 partes de lo que dice y no tengo ni idea de qué representa! (ni nadie en casa). Así que, como no llegamos a averiguar si nos gusta aunque no entendamos nada, si como no entendemos nada, nos gusta; o si es curiosidad esto de leer a un autor pensando a cada paso: qué tío más raaaarooo; nos compramos “Crónica del Pájaro Que Da Cuerda al Mundo” y sabes? tampoco nos hemos enterado de nada!!! jajajajajajaja

Así que, después de ver que Kirai y tú tenéis la opción de regalar unos ejemplares y, como estoy deseando leer “El Fin del Mundo y Un Despiadado País de las Maravillas” -que dicho sea de paso, no creo que entienda tampoco- os he dejado un comentario a los dos porque… Necesito ese libro!!! 🙂

Palomares

Esta historia es real.

Yo había leído ya Kafka en la orilla, de la que me gustaron algunas cosas y me espantaron otras, pero decidí comprar Tokio Blues. Junto a este compré tres o cuatro libros más y los puse en la pila del despacho (que no es una pila sino un montón de libros desordenados, muchos tirados por el suelo). Pasaron los meses sin que me volviera a acordar del libro, hasta que una noche, mientras pensaba qué era lo próximo que iba a leer, me acordé de él. Lo busqué pero no lo encontraba, y ya estaba cambiando de opinión cuando lo encontré (como suele suceder, a la vista; pero hay veces que uno parece no querer ver algo). Bien, lo metí en la mochila y me fui a dormir.

Al día siguiente empecé a leerlo en el Metro. Llegué al trabajo, abrí el Facebook y me encontré un mensaje de estado de una amiga mía que decía: I once had a girl, or should I say, she once had me. Soy beatlemaníaco, así que reconocí el comienzo de la canción: era Norwegian Wood. Justamente el subtítulo de la novela de Murakami. Me sobresalté, claro, sobre todo porque mi amiga dice que ella y yo estamos conectados de una manera extraña, que nos ocurren casualidades que no son casualidades. Pensé que era un mensaje destinado a mí porque nos mandábamos canciones todas las mañanas. Así que le mandé un mensaje que le contaba la historia: mira qué curioso, al final vas a tener razón en lo de nuestra conexión: he visto la canción de Norwegian Wood que has puesto y resulta que yo he empezado a leer un libro llamado Norwegian Wood.

Al cabo de un rato me contestó: ¿A que no sabes qué libro estoy leyendo desde hace dos días?

Pedro González

No he leído nada de Haruki Murakami. ¿Es eso suficiente anécdota?

Sólo considerarlo resulta insoportablemente pedante, así que lo intentaré de otra forma…, wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Haruki_Murakami)…, ah, ya veo que se me han adelantado con el cortar y pegar (ufff, otra vez aflora mi impertinencia, por aquí no llego a ningún lado).

Si este señor gusta de intentar pasar desapercibido, ¿por qué acudir a ese bajo instinto consumista de conseguir algo gratis para darle propaganda a su último libro? ¿Es eso coherente con lo que he leído acerca de este autor? No puedo quitarme de la mente la imagen de Homer Simpson babeando y repitiendo una y otra vez “gratis”, ¿es esa la cultura popular de la que hace uso en sus libros?

¿Cuánto hay de real en la imagen “ideal” que nos tratan de vender de las personas, cuando hay dinero por medio? ¿Estaría de acuerdo Murakami con esta forma de publicitar sus libros?

Desgraciadamente, no soy un ejemplo de nada, que esta campaña me ha podido, ha despertado mi curiosidad y al final seré un consumidor más. Si es que hasta me parece bien y todo, una forma original de publicitar. El sistema me controla.

Julio Ribs Cowarabi

Ibiza, hace cosa de seis meses.

Soy recepcionista y como tal estaba despidiendo a unos clientes del hotel cuando aparece una señora holandesa muy apresurada saludando dando disculpas y preguntando al mismo tiempo por un taxi, procedí saludando pidiendo disculpas a los otros clientes y llamando al taxi, como agradecimiento la señora me da una bolsa con algunos libros que había leído en su visita por estas tierras, se despidió, cogió el taxi y no la volví a ver mas. Reemprendí la conversación con los otros clientes que eran viejos conocidos de nacionalidad Suiza y salió el tema de los libros ya que mi intención era darles a escoger ya que yo no hablo ni flamenco ni mi alemán es avanzado. De todos los que había que eran cuatro uno de ellos era de Murakami y al ojearlo me di cuenta que estaba lleno de interrogantes escritos a lápiz, dibujos en los que se veían siluetas de mujeres, arañas e incluso un gran pene que cruzaba dos paginas con un bocadillo con algo escrito en alemán y a modo de marca-paginas la tarjeta de identificación alemana de la señora.

La historia acabo así, la señora perdió el vuelo y cuando volvió a la recepción yo ya no estaba. Al día siguiente pregunte por la señora y mi compañera de jornada me dijo que justo cuando me había ido llego la señora preguntando por mi y por la bolsa de libros, mi compañera que estaba sobre aviso se los dio y me dijo que cogió un solo libro, miro dentro y salió corriendo por la puerta casi sin despedirse con el libro en la mano y los otros tres los dejo en la barra de recepción, los cuales regale a los clientes suizos que el día anterior encabezaron esta historia. Desde entonces mis tropiezos con este autor son continuos por poner un ejemplo este blog.

Por cierto siempre que veo algo de Murakami no puedo evitar pensar en que le pasaba por la cabeza a aquella señora alemana mientras leía a este autor desconocido por mi, esos dibujos los otros libros no los tenían. Me pica la curiosidad la verdad.

Harry Callahan

He leído casi todo de Murakami, siempre me acompaña en mis viajes: “After dark”, “Kafka en la orilla”, “Tokio blues”, “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo”, “Sputnik, mi amor”, “Sauce ciego, mujer dormida” y “Al sur de la frontera, al oeste del sol”. El que más me ha gustado ha sido este último. Además he leído varios de ellos varias veces en otros idiomas para practicar.

Pero lo más importante es que gracias a Murakami he conocido buenísimos títulos como “El gran Gatsby” o “El largo adiós”. Desde que “acabé” con Murakami he leído más de Chandler, pero sobretodo más de autores japoneses: Soseki, Nosaka, Kawakami, Yoshimoto, Katayama, Tanizaki, Mori, Oe, Mishima y Kawabata.

Roberland

Es ciencia cierta que Haruki Murakami es un novelista de éxito en Japón como fuera.

Pero la cosa curiosa que descubrí al leer uno de sus libros, en este caso (Sauce ciego, mujer dormida) fue que Murakami prefiere escribir cuentos a escribir novelas. En palabras textuales: «para mí escribir novelas es un reto, escribir cuentos es un placer. Si escribir novelas es como plantar un bosque, entonces escribir cuentos se parece más a plantar un jardín.»

Me parece fascinante que un escritor de éxito en un género, las novelas, él mismo se declara fascinado de los cuentos. ¿Tal vez esta forma de escritura le permite divagar toda su imaginación, mientras que la otra permanece más conservador?. Aunque después de leer casi todas sus novelas no se que pensar.

Desde los comienzos de su carrera como escritor, Haruki entrelaza la escritura de cuentos con la de novelas. Cuando acabo un cuento empieza una novela y viceversa. Pero nunca escribe cuentos o novelas a la vez, no empieza un nuevo proyecto hasta que no finaliza el anterior.

Se podría decir que utiliza los cuentos para experimentar en sus posteriores novelas.

“Me considero esencialmente novelista, aunque muchas personas prefieren mis cuentos a mis novelas”.

Aquí mi pequeño apunte acerca de este fascinante autor.

Carlos

He leído varias de las obras de Murakami. Una de las cosas que llamó mi atención al principio fue la dificultad que tuve al comprender porqué me encantaba su obra. Murakami va más allá de un poderoso argumento o la belleza del lenguaje, es una combinación armónica. Su trabajo podría compararse más a la contemplación de un cuadro del cuál te resulta difícil extraer todo el significado, ya que no es un escritor de explicaciones, es de impresiones.

Por otro lado su trabajo es claramente una mezcla de relaciones y fantasía, de la cuál la última parte me parece perfectamente acoplada. En occidente estamos acostumbrado a una fantasía más mágica que espiritual. Esta magia contiene fuerzas claramente definidas (¿antropomórficas?) con una intención, son seres que controlan poderes para llevar a cabo sus propósitos. En la obra del japonés la fantasía aparece de forma muy diferente, es algo espiritual, en el que deja entrever menos de lo necesario, pero que se conjunta con la historia de una forma maravillosa, como la mejor armonía.

Lo mejor es cualquier otro podría tener una opinión completamente diferente a la mía y aún así me parecería correcta, esa es su magia.

Enrique Sanz

Conocí a Murakami de casualidad: alguien en un foro decía que todo el mundo debía leer “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo”.

En esa época, hace ya un año, yo no leía demasiado; cuando era más joven sí tenía hábito de lectura, pero lo había perdido casi por completo leía poco más que un libro por año. Estaba enfermo y salía poco de casa, así que pedí ese libro a una tienda de internet para rellenar las horas que pasaba en cama.

Cuando llegó, una semana más tarde, leí casi doscientas páginas del tirón: quedé atrapado y el libro no me duró más allá de una semana. Desde ese momento, fui comprando y leyendo poco a poco todo lo que había traducido de Murakami, pero, además, fui comprando y devorando otros muchos libros de distintos autores.

Ahora ya estoy completamente sano y he recuperado el hábito de lectura continua. Murakami no solo me atrapó en su mundo, si no que me enseñó el camino al mundo que tenía semiabandonado desde hacía tanto tiempo.

Gracias, Haruki.

Mic

Murakami, como Auster, siempre escribe sobre lo mismo e igualmente eso no evita que me acaba sorprendiendo para dejarme boqueando como un pez en la orilla.

Juliana Oyaga

CRONICA DEL PAJARO QUE LE DIO CUERDA A ESTE MUNDO

Encerrados en un poso en total pocinidad…
Tu y yo, me decís…
además era muy… oscuro…
¿Qué tan oscuro?
como las noches sin luna, como una profunda oscuridad,
como la muerte y es mujer…
¿Cómo?

Tú y yo, me decís…
en un profundo poso,
solos…

Te haría el amor m u y l e n t a m e n t e.
Luego lloraría y te cantaría un blues…
Babe please calls another more…

¿El hombre es una isla?
Y nadar, al ritmo de las olas…
En medio del momento más oscuro de la noche
justo antes del amanecer…
Nadar hacia tu islote
es entrar en un cuarto oscuro… muy oscuro…
Con una rayito de sol que se filtra por cualquier parte…

Listo… esto terminoooooo…
Supongo que el poso se lleno de agua,
Pero nosotros si nos podíamos mover…
Y además flotábamos,
poco a poco…
Mientras el agua se filtraba por una grieta,
Muy lentamente…
El poso se llenaba de agua…
Y tú y yo, me decís…
Flotábamos…

Germán Garrote

Metro Linea 2. Desde Sagrada Familia hasta Pep Ventura. Tres días seguidos, hace dos meses, una chica leía un libro ajena a aquel vagón lleno de inmigrantes soñolientos, eran las 7,30 de la mañana. La tipa era terriblemente atractiva, delgadita, 1,70, cabellos largo rizado, vestimenta a lo hippie, me apeteció echarle 37, que fuera profa de latín, divorciada de un marido aburrido que la dejo al cargo de un niño de cinco años, muy catalana, nacida en algún pueblo de la costa. El libro era de un tal Murakami, Kafka… y algo más. Me lo apunté, no era un nombre fácil de recordar. Eso de Kafka me sonaba a rollo filosofía, algo denso difícil de digerir.

Llego a mi trabajo y pongo en google «Murakami». Me compro el libro y que sorpresa era ligero, digestivo, rico, alegre, simpático, era lo que a mi me diera la gana que fuese.

Sigo coincidiendo con esta chica, he llegado a coger un metro y si no está me bajo en la siguiente parada, y así sucesivamente hasta que doy con ella.

Ella debe flipar, cada día me ve subir en diferentes estaciones.
A ella le debe apetecer que yo tenga 45, sea médico, soltero sin hijos, viajero empedernido y un experto en Murakami.

Jo¡ Si supiera la verdad, lo duro que ha sido estar cinco años encerrado en La Modelo.

Sulicadiz

Yo lo que puedo decir es que al final de “Al sur de la frontera al oeste del sol”, la ambigüedad del final provoca reacciones muy dispares, me explico:

Le he dejado ese libro a 4 personas ya y a todas les ha encantado y 2 de ellas sin yo preguntar me dijeron: “me ha gustado mucho, pero el final…tu sabes…”.

A mi personalmente me encanta el final y pienso que es de las mejores partes (si no la mejor) y que es lo que hace que, una vez que has dejado el libro para pasar al siguiente te quedas el resto del día dándole vueltas ya que a todos nos han pasado cosas parecidas, monotonía, aburrimiento de siempre lo mismo, ganas de escapar por puro egoísmo… y este hombre encuentra una salida totalmente egoísta y egocéntrica (a lo largo de todo el libro). Al final nos damos cuenta que lo que es es un inmaduro egocéntrico y que debemos reflexionar sobre si merece la pena “sufrir” la monotonía diaria o hacer sufrir a otras personas.

Muy recomendable este libro

Portrait

Lo que más me llamó la atención de Murakami (sólo he leído Tokio Blues no sé si en sus otras obras seguirá la tónica) fue la forma en que plasma las emociones más exageradas de sus personajes sin que te sientas avergonzado de ello. Recuerdo a la compañera de Naoko en el sanatorio contando sus ‘cracks’ mentales y la fragilidad que le provocaban cómo algo mío o cómo algo de todos.

Eso me hace sentir ‘normal’ y humano respecto a mis emociones más turbadoras por lo que no puedo más que sentirme agradecido al autor.

Tengo muchas ganas también de leer su obra ‘Que hablo cuando hablo de correr’ o algo así, ya que yo también soy corredor y creo que el asunto del ejercicio (de la épica del deporte ya se ha hablado bastante) merece muchas más líneas de las que se han escrito.

Isensei

El libro “Norwegian Wood” se vendió originalmente en dos volúmenes, uno rojo y otro verde. La idea fue que sus fans se vistieran según el color del volumen que más les hubiera gustado 🙂

BuRaMi

-Haruki Murakami es muy celoso de su intimidad. Un celo que casi raya lo patológico. No acude a fiestas. No recibe premios. No da conferencias. No da charlas, ni firma libros. Prácticamente no concede entrevistas, ni deja que lo fotografíen. ”Tengo pánico a convertirme en una celebridad y tomo todas las medidas posibles para que eso no ocurra”. “Lo que no quiero es que la gente me reconozca en el metro o no poder acceder a las tiendas de discos viejos en Estados Unidos”.

-Escribe usando ordenador.

-Su afición por la música, sobre todo el jazz, puede rastrearse en todas sus novelas. Trabajó en una tienda de discos y regentó un bar de jazz. Todo comenzó cuando a los dieciséis años sus padres le regalaron una entrada para un concierto (Art Blakey & the Jazz Messengers) por su cumpleaños. “Jamás había escuchado una música tan sorprendente, así que me volví un fanático del Jazz y más tarde un escritor al que el Jazz le enseño todo”.

-Aparte de escribir sus propios libros, Murakami, también se dedica a traducir autores estadounidenses al japonés como F. Scott Fitzgerald, Raymond Carver o John Irving.

-No escribió su primera novela hasta los 30 años, Hear the Wind sing. Tuvo la revelación de que podía dedicarse a escribir mientras veía un partido de béisbol. Durante una jugada clave, en el instante preciso en que el bateador golpeaba la pelota se le ocurrió la idea de ser escritor. “ No tenía a nadie que me enseñase a escribir así que tuve que basarme en lo que sabía, que por entonces era la música ” “Incluso hoy en día cuando me siento frente al teclado pienso que estoy ante un piano y me pongo a tocar”.

-Hay numerosas apariciones de gatos en sus novelas. “Soy un amante de los gatos, los perros no me interesan nada”.

-Uno de sus escritores favoritos, aparte de los que traduce, es Manuel Puig y uno de sus libros favoritos es La traición de Rita Hayworth. “La debo haber leído infinidad de veces”.

-Es un defensor de la cultura popular. Le encantan las series de televisión, las películas de terror, las novelas de detectives, la ropa de sport, las canciones pop…, ya que todo ello le sirve como nexo con los lectores. ”Justamente lo que yo quiero es que la gente vea que lo que escribo no es forzado”.

-Murakami presume de no tener de amigos otros escritores y no esta muy valorado dentro de su gremio en Japón. “Soy un mero trabajador, al que le gusta la cultura popular, mientras que la mayoría de escritores son unos snobs que ni yo les gusto a ellos ni ellos me gustan a mí”. “ …Pero creo que voy ganando territorio porque aunque los otros escritores no están de mi lado, los lectores sí”.

-Murakami es avezado corredor y triatleta. Sale a practicar todos los días, lo cual le hace conservarse en una gran forma para su edad. A pesar de que comenzó a correr a una edad relativamente tardía (33 años) ya ha completado varios maratones.

-Tiene pánico a las alturas.

-Una vez terminado un texto se lo hace leer a su mujer. Luego lo va corrigiendo hasta que ella le da su conformidad. “Es una crítica implacable” ”Confío plenamente en ella. Además, si algo le gusta mucho luego cocina cosas deliciosas para mí”.

-Es fan declarado de la serie perdidos (Lost). De hecho se ha comprado una casa en Hawai, cuna del Triatlón, en el mismo lugar donde se rodó la primera temporada de la serie. ”La gente viene de vacaciones a Hawai. Yo vengo a correr y a trabajar, dos de las cosas que más me gustan”.

-Quiere que su epitafio sea “Al menos no caminó nunca”.

Rimero de enlaces

Enlaces compartidos en Google Reader el día 23/12/2009. Son enlaces que por alguna razón, positiva o negativa, me han llamado la atención:

Rimero de enlaces

Enlaces compartidos en Google Reader el día 22/12/2009. Son enlaces que por alguna razón, positiva o negativa, me han llamado la atención:

  • # 556 Mira dónde estaba.

Greg Egan sobre Avatar

Greg Egan, el gran escritor de ciencia ficción comenta Avatar. Dos citas:

Some reviewers have noted echoes of the works of Poul Anderson in Avatar, and I’m sure there were also traces of Anne McCaffrey and a hint of Ursula LeGuin. But on reflection, what it really felt like to me was a fourth movie in the Shrek franchise, pipping the yet-to-be-released Shrek Forever After to extrapolate that series’ twin curves of rising technical achievement and plumetting wit to their logical endpoint: a near-immaculate feat of visualisation, accompanied by a staggeringly awful plot in which clunky genre conventions triumph completely over plausibility and originality. Avatar even boasts its very own love story where societal expectations and superficial barriers of size and pastelicity are overcome by generous helpings of pixie dust.

Y ya al final, un consejo:

If you want an emotionally satisfying fantasy about wounded nature, try Princess Mononoke; if you want a whimsical, visually stunning action adventure where the dialogue rises above “Outstanding, Marine!”, rent the Pirates of the Caribbean trilogy. Sometime in the next twenty years or so, the technology that enabled Avatar will become cheap enough to risk employing alongside a moderately intelligent script. But if you want to see the technical state of the art right now, go ahead and pay your share of Avatar‘s nine-figure budget. Think of it less as a piece of entertainment than a glimpse of the kind of day-dreams your not-too-distant descendants might well be scripting and directing in real time themselves.

Walter Benjamin y el origami

Dos regalos de JJ Merelo, quien, como se ve, es un poco dadaísta.

The Work of Art in the Age of Mechanical Reproduction de Walter Benjamin. Un libro con el que te topas continuamente en cuanto empiezas a leer sobre arte moderno:

Advanced Origami: An Artist’s Guide to Performances in Paper de Micharl G. LaFosse. El libro es muy bonito y además, cosa que no sabía, tiene un capítulo explicándote cómo hacerte tu propio papel de origami:

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