Yo nací en una isla. Lanzarote. Una isla con un montón de volcanes. Una isla casi sin vegetación, por lo que incluso hoy, estar rodeado de verde me resulta ligeramente desconcertante.
Hay mucha gente que no soporta las islas. Para muchas personas, las islas son opresivas, pequeñas, rodeadas de agua, sin posibilidad de escapar. Eso pasó con varios actores de Perdidos, que se fueron de la serie por no poder soportar vivir en Hawai.
En Lanzarote, si te sitúas en el lugar adecuado, es incluso posible ver el mar a ambos lados. El mar es liso y se extiende hasta el horizonte, por lo que a mí me provoca la sensación contraria. Me parece lógico y normal tener esa masa de agua extendiéndose hasta donde se pierde la vista, y verlo no sólo no me inquieta sino que incluso me resulta tranquilizador.
A mí lo que me resulta opresivo e inquietante es verme rodeado de montañas. No ver la línea del horizonte.
Depende, imagino, de cual fue el paisaje de tu infancia. En última instancia, es en la infancia donde radica el germen de la persona que somos ahora. Me resulta llamativo que hoy siga teniendo reacciones que se fraguaron hace cuarenta años.
Sí, efectivamente, no tiene nada que ver con Lost. Lo que sí tiene relación con Lost es la advertencia habitual: no leer a menos que hayas visto el episodio.
Érase una vez un niño. El niño vivía en una isla. Era un niño curioso, interesado por el mundo. Era atrevido e ingenioso. Era especial. Estaba destinado a la grandeza. Su madre era la guardiana de la isla, la protectora de un secreto portentoso. Él estaba destinado a ser su sucesor, a convertirse en el nuevo guardián de la isla. Quedó claro cuando le preguntó a su madre por la muerte y ella le respondió que era algo de lo que él nunca tendría que preocuparse. ¿El guardián de la isla no puede morir hasta que decide renunciar a su carga?
No conocemos el nombre del niño. Tampoco conocemos el nombre de la guardiana. Quizá ocupen puestos tan antiguos que sus nombres se han perdido en el tiempo. Quizá sus nombres no deban ser revelados.
El niño tenía un hermano llamado Jacob. Los dos habían nacido casi al mismo tiempo -Jacob primero- en esa misma isla. Pero al contrario que el niño, Jacob era tímido, poco dado a desafiar a su madre, sin demasiada curiosidad o ganas de explorar. Es más, Jacob sentía celos de su hermano, porque éste era claramente especial, sabía cosas. Por ejemplo, un día el niño encontró un juego en la playa, parecido al Senet, un juego que es un talismán para el viaje por la muerte, un muy antiguo juego -quizá el más antiguo del mundo- que se juega con piezas blancas y negras. Sin haberlo visto nunca en su vida -los niños siempre han vivido en la isla- el niño sin nombre supo de inmediato cómo se jugaba. Quizá la isla se lo contó, quizá lo había sabido siempre.
El niño quería mantener el secreto del juego. Pero cometió el error –probablemente deliberado, a sabiendas de lo que sucedería- de compartirlo con su hermano Jacob, quien prontamente fue a contárselo a su madre, porque Jacob no sabe mentir tan bien como su hermano. Por suerte, el juego lo había dejado la madre, como prueba, como forma de descubrir cuál de los dos niños era el candidato ideal para proteger la isla, para poder elegir entre el cordero y el león.
Por desgracia, la madre no era su madre. Su madre real había muerto a manos de la que ahora afirmaba ser su madre. El nacimiento del niño y su hermano vino acompañado de un acto brutal de violencia, de un asesinato que marcaría sus vidas y así el destino de muchas personas. Porque la madre adoptiva cree, la madre tiene fe, la madre sigue una causa, y ese tipo de personas pueden ser peligrosas, porque pueden acabar poniendo a las causas por encima de las personas, acabar valorando más la idea sublime en la que creen que las vidas de los demás.
La causa de la madre es la isla, o más bien, lo que la isla contiene. Una fuente, una luz, un fuego oculto, secreto, puro, ardiendo en las profundidades de la tierra, una llama telúrica que quizá sea el origen de todas las cosas, quizá sea la chispa que anima a todo ser humano. Sólo sabemos que la llama es vida, muerte y renacimiento.
Todos los seres humanos del mundo llevan en su interior una chispa de esa luz. ¿Qué sucede cuando mueren? ¿La chispa regresa a la fuente? La madre insiste en que si la fuente desapareciese, la luz se apagaría en todo el mundo. ¿Sería el fin de la humanidad? ¿La desaparición de toda la especie? Y una pregunta relacionada con todo esto, ¿en esa luz están almacenados todos los seres humanos que han sido y han muerto? ¿Es por eso que los muertos pueden manifestarse ante personas especiales?
Y la madre está dispuesta a sacrificar cualquier cosa por proteger esa luz.
Como Eloise con su hijo Daniel, está dispuesta a todo por proteger la isla.
Incluso a inmolar a sus hijos.
Un día el niño innominado descubre que hay más gente en la isla. Su madre muerta -Claudia se llamaba- se le aparece y le indica cómo llegar hasta ellos. Son los que quedan del naufragio que la trajo a ella y a él, en su vientre junto con su hermano Jacob, a la isla. A pesar de que su madre adoptiva le ha dicho que no hay nada más que la isla, el niño descubre que al otro lado del mar hay otro lugar, que su origen está en otra parte.
Y el niño ansía escapar.
Ansía volver a un lugar que no conoce.
Su hermano Jacob se niega a ir con él. A pesar de que sabe que todo es cierto, a pesar de que su madre adoptiva mintió -como mienten todos los líderes de la isla que hemos conocido- y además mató a su madre real, a pesar de todo eso sigue creyendo en ella. Porque Jacob es un hombre de fe y cree que las mentiras ocultan una verdad más profunda. Tanta fe tiene que cree que el asesinato y la traición pueden llevar al bien.
El niño se hace mayor. Su hermano Jacob también. Siguen en contacto y juegan periódicamente a ese juego de piezas blancas y negras –el hombre vestido de negro, que había sido el niño, ya le había dicho a Jacob que algún día podría crear sus propias reglas, cosa que Jacob hizo en cuanto tuvo oportunidad- y hablan sobre el futuro. El juego nos retrotrae a aquel otro juego, el Backgammon, que tanto le gustaba jugar a Locke, también con sus piezas blancas y negras.
Jacob no quiere salir de la isla. Es el mundo que conoce y está cómodo en él. Además, cree en la luz que su madre les enseñó cuando eran niños.
El hombre vestido de negro sólo quiere escapar. Cree que la gente con la que vive –los supervivientes del naufragio que trajo a Claudia a la isla- es brutal, criminal, mala, corrupta. Curiosamente, Jacob no está de acuerdo; él cree que hay bien en el corazón de la gente y está dispuesto a demostrárselo a su hermano. Digo curiosamente, porque en ese punto choca con las ideas de su madre, que está más bien de acuerdo con el hombre vestido de negro. Es la secreta rebeldía de Jacob, su forma de preservar su individualidad.
La madre cree que la humanidad no debe conocer los secretos de la isla. Al hombre vestido de negro no le importa, porque sólo pretende escapar. Es él el que excava la isla. Es él quien diseña la rueda de madera que sabemos puede mover la isla. Él sabe -porque es especial, porque es el legítimo heredero de un reino que no quiere- y aplica lo que sabe. Sólo quiere salir de la isla.
No es tan difícil de entender.
No tiene nada de malo.
La madre no lo acepta. En vista de que el hombre vestido de negro no quiere echarse atrás, le confronta en las profundidades de la tierra, al final del pozo, él como Hefaistos inventando un mecanismo para salir de la isla, ella como una diosa pura, bañada en luz. Pero es ella la asesina.
Al final la madre entierra la obra del hijo. Y mata a todo el poblado -a los que en su época representan lo que luego sería la Iniciativa Dharma, al primer grupo que se puso a explorar y a sondear la isla, sufriendo por ello su propia purga- para garantizar el secreto.
A continuación, la madre sacrifica a su hijo Jacob.
A Jacob el celoso.
A Jacob que a pesar de todo no merecía ser el elegido.
Pero no hay forma de saber qué haría el hombre vestido de negro con los poderes de la isla en caso de poseerlos.
Quizá se iría.
Se iría para no volver.
Abandonaría su puesto.
Que es justo lo que lleva intentando hacer durante dos mil años.
Jacob acepta el vino y el compromiso. Bebiéndolo sella su destino. Hay una ambigüedad en su decisión. ¿Es voluntaria o, tal y como le dice su madre, no tiene opción?
A continuación la madre muere a manos del hombre vestido de negro. Que ya no es un niño, pero sigue teniendo los mismos sueños de infancia. El brutal exterminio del poblado merece un castigo. Pero sobre todo, es preciso castigar la traición de los sueños de infancia. La muerte es un hecho planificado, meditado, como luego lo sería el plan para dar muerte a Jacob. El hombre vestido de negro es reflexivo.
En verdad, el destino de los niños se selló aquella noche, después de que el niño vestido de negro descubriese la verdad sobre Claudia y la mujer que dice ser su madre, la noche en que se fue con la gente al otro lado de la isla, al otro lado del Edén. Le contó la verdad a Jacob, que no pudo aceptarla. Jacob atacó y golpeó a su hermano, sin pensar, brutalmente, por decir lo que era cierto. Y Jacob ni siquiera reaccionó cuando su madre lo confirmó. Porque la madre debe responder con la verdad a las preguntas directas de los candidatos. Pero las respuestas no precisan ser claras y puede usar la retórica, como cuando Jacob le pregunta por qué ama más a su hermano y la madre responde que ama a cada uno de forma diferente.
Todos sabemos lo que eso significa.
Jacob no es tan tonto.
Desde el punto de vista del hombre vestido de negro, la madre mató a todo el poblado. La madre mató a su madre. La madre mató sus sueños.
La madre que es múltiplemente asesina.
Una madre que agradece en sus palabras finales la liberación de la muerte. La madre que sabía que iba a morir, la madre que en cierta forma lo preparó todo para garantizar su muerte.
Una especie de suicidio. Como también lo de Jacob fue una especie de suicidio. Es un patrón que se repite.
Porque ser el guardián de la isla es una carga.
Jacob y el hombre de negro no pueden matarse mutuamente. Tontamente, fue una regla instaurada por su madre -se ve que los guardianes pueden establecer reglas- cuando eran niños. Tontamente, digo, porque la muerte hubiese sido un regalo para el hombre vestido de negro. Pero Jacob, presa de deseos de venganza, Jacob incapaz de pensar, arroja al hombre vestido de negro a la misma fuente de la luz.
Y así Jacob, Jacob que debía proteger a la isla, crea al monstruo de humo a partir de la misma esencia de su hermano.
Un destino peor que la muerte. Como le había indicado su madre, que ya le había dicho que no debía entrar allí.
De su hermano queda el cascarón vacío, que no es lo mismo que el cuerpo muerto. Que Jacob coloca junto al cadáver de su madre. En el futuro los encontrarán, y los perdidos se preguntarán quiénes eran y qué significan esas dos piedras, una negra y una blanca. No sabrán que representan a dos hermanos, marcados por dos colores –la luz y la oscuridad- ya desde el momento del nacimiento, cuando fueron envueltos en mantitas tan diferentes.
Todo es culpa de Jacob. La gran ironía del episodio es que marcado para ser Abel, Jacob se convierte finalmente en Caín.
A partir de ese momento, Jacob intentará expiar su culpa queriendo demostrar que su hermano se equivoca. Intentará demostrar que en el fondo de la humanidad hay algo bueno y que el libre albedrío no tiene necesariamente que llevar a la destrucción. Cree que así justificará todo lo sucedido. Justificará haber transformado a su hermano en un monstruo y que su madre matase a todo el poblado. Cree que así justificará todas las manipulaciones a las que ha sometido a la humanidad desde que ocupó el puesto de guardián.
En cierta forma es muy triste. El hombre vestido de negro despreciaba a la humanidad. La madre despreciaba a la humanidad. Pero es Jacob, precisamente quien más afirma creer en ella, el que más la desprecia. Para demostrar su posición no duda en manipular, en hacer matar, en engañar a todo se humano que se presta a sus juegos. En lugar de permitir que las cosas sean como son, Jacob trata a los seres humanos como objetos para su fines, como medios. No le importa las vidas que destroce en el camino.
Porque Jacob, al igual que su madre, es un hombre con una causa.
Y los hombres con una causa pueden ser peligrosos.
Porque a menudo ponen la causa por encima de las personas.
En cierta forma, estos dos hermanos me recuerdan a Prometeo y Epimeteo.
Prometeo -que significa, dicen, piensa primero- era el ingenioso de los dos. Era el valiente, el reflexivo, el atrevido, el dispuesto a desafiar a cualquier autoridad, el valedor de la humanidad. En cierta forma, así es el hombre de negro. No es que defienda a la humanidad, pero la acepta como es. Y está dispuesto a arrancar el fuego de las entrañas de la isla y entregarlo a los hombres. Porque quiere escapar, cierto. Pero tampoco quiere nada más.
Epimeteo -que significa, dicen, piensa más tarde- era el tonto de la familia, el que nunca reflexionaba sobre las consecuencias de lo que iba a hacer, el que sólo era capaz de prever lo ya sucedido, era la oveja dispuesta a seguir a cualquiera que afirmase ser un líder. Es Jacob. Y al igual que Epimeteo, Jacob finalmente aceptó un regalo y fue así responsable de la liberación de una fuerza negra, ctónica, telúrica, de una manifestación del inframundo.
Si el monstruo de humo existe, es precisamente por culpa de Jacob.
Si el monstruo de humo es malvado, la culpa es de Jacob.
Es el propio Jacob el que crea a Tifón, a Leviatán, a Set, a Jörmundgander, al humo que contamina la pureza del fuego. Si Jacob se ha ganado una cita en el enfrentamiento final, si a Jacob le espera un Ragnarök, es precisamente porque él se lo ha buscado. Podía haber elegido otro camino, pero se fabricó su propio adversario.
Quizá Adversario sea el nombre secreto del hombre vestido de negro.
Los hermanos son también como Cástor y Pólux. Uno es inmortal y vive en el cielo. El otro mora en las profundidades del Hades. Aunque Jacob no tiene la cortesía de cambiarse por su hermano durante seis meses al año.
Tampoco es de extrañar que el destino de los niño siga esos patrones. Los gemelos aparecen continuamente en los relatos mitológicos y más aún si hablamos simplemente de hermanos. Los gemelos tienden a evocar principios opuestos, la luna y el sol, el día y la noche. A veces están enfrentados y a veces batallan juntos. A veces se les ve como partes separadas de un todo global. Por ejemplo, en la isla flotante de Delos también nació una pareja de gemelos.
Incluso en Lost hay varios hermanos. En esta misma temporada, Sayid tenía que lidiar con la tontería del suyo. Y, por supuesto, tenemos a Jack y Claire. Curiosamente, uno de los primeros libros relacionados con la serie –una novela sobre la familia Widmore- se titulaba Bad Twin. Y ahora, con la línea X, podríamos incluso decir que todos los personajes se han convertido en miembros de una pareja de gemelos. Incluso la duplicación de personajes y funciones ha sido una constante en la serie. Los gemelos siempre estuvieron allí, de una forma u otra.
Pero en esta serie, las cosas nunca son fáciles.
Muchos esperaban que este episodio revelase los crímenes cometidos en el pasado por el hombre de negro, por la entidad que es ahora Flocke. Supongo que quedaron profundamente decepcionados. Si algo descubrimos es que el hombre de negro no hizo nada malo. O al menos, nada malo desde nuestro punto de vista, que no profesamos la fe de su madre. Su historia es tal cual como se la contó a Kate, la trágica relación con una madre loca –y entendemos por qué la describe así- dispuesta al asesinato por preservar lo suyo.
Es más, ni siquiera su conversión en el monstruo de humo fue voluntaria. Literalmente lo arrojaron a la cueva de la luz. Y lo hizo su hermano, que le expulsó del paraíso de la isla y lo condenó al infierno, a una vida eterna que es peor que la muerte. Lo que debemos entender es que si Jacob hubiese sabido lo que hizo su madre, los crímenes que cometió, a ella no la hubiese juzgado tan severamente. Pero de su hermano sentía celos.
Probablemente éste sea el episodio más absolutamente irónico de la serie. Habiendo establecido una dinámica de enfrentamiento entre Jacob y el hombre vestido de negro, hace caer la responsabilidad sobre Jacob. No significa eso que Jacob no tenga razón, que Jacob no sea el «bueno», porque quizá su misión sea legítima, quizá sea cierto que es preciso proteger la isla y que el monstruo de humo sea «malo».
Pero Jacob ciertamente no es el bueno de este episodio. Dado a la ira inicial, ataca dos veces a su hermano, en un juego de detalles dobles que se van repitiendo a lo largo del episodio. La primera vez, la noche de la verdad. La segunda, después de encontrar a su hermano con el cadáver de su madre. Responde sin pensar, su irreflexión es el origen de todos los problemas, su incapacidad de controlar la ira.
La dualidad de los hermanos reaparece. Como ya he dicho, tanto el hombre vestido de negro como la madre carecen de nombre. Igualmente, la madre dice dos veces que lo siente, y en ambas ocasiones inmediatamente antes de cometer un acto de violencia brutal. La primera vez antes de asesinar a la madre real. La segunda antes de golpear a su hijo y exterminar a todo el pueblo.
De la misma forma, el niño encuentra dos veces el juego: la primera vez en la playa, en un momento luminoso que luego sabremos que es una prueba. La segunda, entre los restos de la purga, entre cadáveres quemados, entre la destrucción. Así mismo, los hermanos juegan dos veces, la primera vez como niños, hablando, sin saberlo, del futuro. La segunda, ya adultos, cuando su enfrentamiento está claramente definido.
Dos veces va la madre a la cueva de la luz. La primera, con ambos hermanos, para hablarles de su futuro destino. La segunda, sólo con Jacob, para sellar su destino, diciéndole que no tiene elección. ¿Pero no repite siempre Jacob que todo el mundo tiene la posibilidad de elegir? ¿Es algo que quiere creer, una mentira que se cuenta a sí mismo para justificar lo sucedido?
Dos veces habla la madre con los niños en la playa. La primera para dejar claro a uno que es el preferido. La segunda, para justificarse ante el otro, una vez que el elegido se ha alejado sin haberse ido realmente.
En esencia, «Across the Sea» es un episodio sobre una extraña familia disfuncional, como casi todas las que ha aparecido en la serie. La madre no es la madre. La madre real murió bajo su mano. Los hermanos están enfrentados y uno siente celos del otro. Hay muertes en la familia y aceptaciones a regañadientes del destino. En cierta forma, Jacob es tan víctima como el hombre vestido de negro. Jacob nunca esperó convertirse en guardián de la isla. Pero al menos tuvo la oportunidad de decir que no. Aunque en la lógica de la isla, esa oportunidad es siempre ilusoria.
Y en esencia es también un episodio fundacional. Es cimiento de todo lo demás, el que explica el patrón de todo lo sucedido en la serie, de todos los enfrentamientos. En muchos aspectos, «Across the Sea» es un resumen en poco más de cuarenta minutos de toda la serie.
Jack frente a Locke. Ana Lucía frente a Ecko. El hombre práctico frente al hombre de fe. Jacob, el que cree en la isla, frente a el hombre vestido de negro que explora el funcionamiento de las cosas. Y, nuevamente, el poblado es también el modelo de la iniciativa Dharma, y su destrucción también prefigura su final.
El comportamiento de Jacob y su madre es también el comportamiento una y otra vez de los Otros, ya sean los Otros de Ben, los Otros de Dogen o los Otros de Widmore. Un comportamiento brutal, asesino, un comportamiento sostenido en la creencia absoluta en la bondad de su causa, lo que curiosamente les permite causar cualquier mal.
Así mismo, Claudia surge del agua como muchos personajes a lo largo de la serie –y en particular a lo largo de la temporada- han surgido del agua. También llega embarazada a la isla como Danielle y Claire, y como ellas también pierde a sus hijos.
La madre del niño muere poco después del parto, igual que murió la madre de Ben. Y al igual que en el caso de Ben, la madre también se le aparece. Y la madre de Locke también sufre un trauma brutal antes del parto, y Locke acaba también siendo adoptado por una familia. Locke, que también era especial, cuya forma ha adoptado ahora el hombre de humo.
Es más, la estancia de Jacob bajo la estatua no es más que una versión más refinada de la cueva en la que vivía con su madre. Incluyendo el fuego central dominándolo todo y la tela a un lado. Lo que deja en evidencia que el régimen de Jacob es conservador, básicamente el mismo que el de su madre, sólo que quizá más refinado, más estilizado. Jacob lleva 2.000 años conservando su mundo igual que era antes.
Por lo que me han comentado, mucha gente cree que este episodio trata del origen del humo negro. Pero en realidad, eso son unos pocos segundos del episodio. La verdad es que este episodio intenta establecer el ADN de todo lo sucedido en la serie, la esencia de los patrones que se repiten una y otra vez. Vemos el origen del ciclo y durante el resto de la serie hemos visto su última iteración. No sabemos cuántas veces se habrá repetido en dos mil años.
También se nos muestra el descubrimiento de Adán y Eva, que ahora sabemos que son la madre y el cuerpo del hombre vestido de negro. El descubrimiento lo realizan Jack, Kate y Locke. Jack, que ahora es el más firme candidato a ocupar el puesto de Jacob. Locke, cuya forma la tiene ahora el hombre vestido de negro. Y Kate, que crió como madre adoptiva a un niño especial. Es casi el mismo trío. ¿Estaba pensado ya así? No importa si fue preparación o casualidad. Lo que importa es que ahora podemos ver la escena y encontrar la resonancia.
En ese aspecto, la estructura de la serie es clara. En el pasado remoto se produjo un hecho traumático, se desarrolló una historia tan intensa que se convirtió en mito, dio origen a una narrativa tan poderosa que informa todo lo que viene luego. En la lógica de la isla, eso conforma el destino. No puedes escapar al destino, porque una vez fijado te vas ajustando a él, quieras o no quieras. La esencia del mito es precisamente que importan los hechos que se producen, pero no tanto quién los causa o a quién afectan.
Era fácil pensar que Lost daría otro tipo de explicación, que iba a darnos, no sé, la composición química del monstruo de humo. Pero claramente no será así. Ya es más que evidente, aunque ya han dado muchas señales en el pasado, que la explicación será mitológica, que aprovecharán todo el juego de alusiones para cimentar la historia. En ese aspecto, la construcción es extremadamente literaria. Un juego de resonancias entre narraciones, de referencias a historias que nos parecen coherentes porque son justamente los mitos que usamos para explicar nuestra existencia.
Creo, es más, que es la única explicación posible. Este episodio no muestra el origen del mundo, y todavía nos podemos preguntar por la madre de la madre –como hace el niño- remontándonos sin fin, para siempre. Pero lo que hemos presenciado es un cierto conjunto de acciones, una serie de hechos dramáticos con tal fuerza que afectan al futuro, unos hechos que ahora sabemos que dan forma a toda la historia. Poco importa lo que pasase antes, porque lo importante es lo que pasó en este preciso momento del tiempo.
En Lost la infancia es el lugar al que se debe volver para comprender el origen de nuestros problemas. Y claramente, la infancia de la historia que cuenta la serie está relatada en «Across the Sea».
Uno de los aspectos más asombrosos de este episodio –que creo que está fácilmente entre los mejores episodios que ha dado Lost– es que diestramente agarra los hilos temáticos que la serie ha tratado hasta ahora, tira de ellos y los anuda con destreza alrededor de unos pocos personajes y una única hora de televisión.
Aquí están los niños con traumas de infancia que luego se manifiestan en comportamientos de adultos, como ha pasado con casi todos los personajes de la serie hasta ahora. El episodio no nos cuenta el origen de Jacob y el hombre vestido de negro. Nos cuenta quiénes son, qué les motiva, qué les hace actuar como actúan. Jacob es conservador, no le gusta la tecnología –como le dijo Ben a Locke- y lleva siglos intentando mantener las cosas como estaban. El hombre vestido de negro es un agente del caos, del cambio, aspirando a modificar la situación tal y como existe. Cada uno ha respondido a su manera al trauma de una infancia marcada por la locura y la muerte. De la misma forma que otros muchos personajes de la serie han intentado responder a sus infancias traumáticas.
También tenemos el conflicto entre ciencia y fe, que durante buena parte de la serie representaron Jack y Locke. Y precisamente son ahora Flocke y Jack los que están representando un enfrentamiento similar, con las tornas cambiadas. ¿Hay un destino? ¿Hay un plan maestro que debemos seguir, un curso correcto de los acontecimientos? ¿Estamos predestinados –como dice el mito- a repetir la historia del pasado, o podemos cambiar el resultado?
Pero sobre todo es un episodio sobre la culpa y la responsabilidad ante tus actos. En particular, sobre si ciertos actos aunque dañinos y criminales podrían estar justificados. ¿Hacen bien la madre y Jacob? Es decir, en el contexto de su mundo, ¿sus actos violentos están justificado? Cuando Jacob ordenó la purga de la iniciativa Dharma –cuando, sin duda, también se acercaron demasiado a la luz-, ¿estaba tan justificado como su madre cuando purgó al pueblo del hombre vestido de negro?
La serie siempre ha jugado con esa ambigüedad moral, siempre se ha negado a establecer si ciertos personajes que cometían malas acciones eran realmente malos o si sus actos estaban totalmente justificados. Sayid, por ejemplo, es un asesino, pero nos cae bien. Kate y Sawyer también lo son. Jack prácticamente empujó a su padre al alcoholismo y a su muerte final. ¿Actuaron como debían actuar? ¿Se dejaron llevar, como Jacob, por emociones que no podían controlar? ¿Qué hay de Widmore o Ben? ¿Sus actos están justificados o son malvados? A pesar de todo lo que han hecho, todavía no lo han dejado claro.
Y podría ser, en última instancia, que la madre y Jacob hayan actuado bien. Es posible que realmente la luz sea tan fundamental para el mundo que su destrucción o modificación deba evitarse a toda costa. Puestos a elegir, ¿es lícito escoger el mal menor? ¿Se puede matar a uno para salvar a un millón? ¿Piensa en eso un general antes de la batalla?
Quizá esa ambigüedad se dé precisamente porque la serie no va sobre el bien y el mal. O mejor dicho, la serie asume el bien y el mal como estados preexistentes e inevitables de la condición humana. Al creer que el ser humano es fundamentalmente malo, el hombre vestido de negro se equivoca tanto como su hermano Jacob al creerlo bueno. Bien y mal son simplemente partes consustanciales de la humanidad, inseparables.
Yo más bien creo que el conflicto va por otro lado. Es realmente un enfrentamiento entre el orden y el caos, entre un mundo estático y un mundo en cambio. El hombre vestido de negro quería cambiar las cosas, su madre no se lo consintió. Jacob continua con el legado de su madre, apenas desviándose, aunque se rebela manteniendo opiniones opuestas a las de ella.
¿Qué sucederá en el enfrentamiento final?
Es posible que no pase nada. Después de todo, el monstruo de negro nació en parte de la luz y quizá simplemente porte una esencia también indispensable. Quizá sea verdad que no debe abandonar la isla, pero eso no es lo mismo que afirmar que no debe existir. Puede que el humo negro sea tan imprescindible como la cueva de la luz.
En otras tradiciones, el enfrentamiento final entre los miembros de la dualidad no concluye con la muerte de uno de ellos sino con algo diferente, con una renovación del mundo. Y ya sabemos que la luz de la cueva representa también el renacimiento. Podría ser, por tanto, que los defensores del gran reset final no vayan tan descaminados.
Lo tentador sería pensar que la línea X reside en la cueva. Después de todo, allí están todas las almas y las almas muertas regresan allí. Es posible que tras el enfrentamiento final, el mundo se renueve y los antiguos personajes –buenos y malos, que en Lost es una distinción que no importa tanto como pensamos- regresen a la vida.
Ya sabemos al fin por qué aparecían tantos niños en esta temporada, por qué la paternidad estaba resultando tan importante. Nos han contado la historia original, el punto al que la serie ha vuelto una y otra vez. Como sucede con el avión en la línea X, al que se vuelve una y otra vez, cuya extraña coincidencia los propios personajes comentan. Son dos puntos marcados como especiales. Quizá estén relacionados.
Incluso tenemos un reflejo, hecho que habitualmente se produce en la línea X. Cuando las madres –la real y la adoptiva- se encuentran por primera vez, la segunda aparece reflejada en las aguas en movimiento del río. Sólo un segundo después la vemos completa.
Una opción es que la solución final de la serie esté también en este momento dramático que acabamos de presenciar. Quizá lo necesario no sea mantener prisionero al monstruo de humo o detenerlo, quizá lo necesario sea cambiar la narrativa, el mito que da forma a toda la serie. Si los hechos que hemos visto hasta ahora son repeticiones de lo sucedido en «Across the Sea», quizá lo que haga falta sea encontrar otro mito que rompa el ciclo de violencia y enfrentamiento.
Hay un resquicio de esperanza. La madre putativa poco antes de morir le dice al hombre vestido de negro que hizo lo que hizo por amor, que no podía dejarle partir.
Bien podría ser verdad.
Lo que me lleva a preguntarme por el final en sí de la serie, sobre el que creo que «Across the Sea» tiene mucho que decir. ¿Era necesario un episodio para contar el mito que da origen a la serie? Supongo que estrictamente no, que para contar la historia de los perdidos no hacía falta. Tal opinión asume que lo importante de la serie es la historia de esos personajes y no los temas que la serie ha tratado. Pero visto desde el punto de vista temático, «Across the Sea» sirve para amplificar, delinear y destacar aquello de lo que la serie lleva hablando seis temporadas.
¿Era necesario que el episodio fuese el 15 de la última temporada? De nuevo, creo que la respuesta es afirmativa. Hemos visto 14 episodios sin el contexto suficiente para entender lo que pasaba, sin poder calibrar adecuadamente las motivaciones de los personajes. «Across the Sea» nos obliga a replantearnos lo que habíamos comprendido de los episodios anteriores. Colocado antes, ese elemento de forzar la reflexión se hubiese perdido por completo.
Y he ahí donde radica la filosofía de los guionistas. Han hecho un episodio que creían imprescindible para la narración, para que la serie pudiese dispararse hacia el futuro. Si Lost está llamada a ser una gran obra, y eso evidentemente es lo que pretenden, entonces «Across the Sea» les resultaba inevitable. O como dice otro gran guionista de televisión, el episodio no es lo que queríamos, pero sí lo que necesitábamos.
Imagino que todos tenemos una opinión concreta sobre cómo debería terminar la serie. Dudo mucho que tengamos la oportunidad de ver nuestras opiniones reflejadas en la pantalla. Con el final garantizado, con la libertad de poder hacer lo que quieran, Damon Lindelof y Carlton Cuse cerrarán la serie siguiendo el modelo de este «Across the Sea»: de la forma que crean más conveniente para el bien de la serie, para dejarla redonda y completa, para que dentro de 10 ó 20 años se pueda ver de nuevo, aunque eso signifique que los espectadores actuales consideren que el final no se ajusta a lo que esperaban.
Como dije antes, aspiran a la creación de una gran obra. Que lo consigan o no está por ver, pero claramente están más que dispuestos a intentarlo. Y si eso significa renunciar a la aceptación de los espectadores de hoy, pues que así sea. Parafraseando lo anterior, en el final nos darán lo que creen que la serie necesita, no lo que esperamos ver.
Y la verdad es que a mí me vale. Para eso veo la serie, para que me sorprenda, para que me cuenten cosas que no esperaba que me contasen. En cada final de temporada se las han arreglado para darle la vuelta a la serie y redefinirla. ¿Por qué el final de la serie iba a ser una excepción?
Anteriormente
- Lost, 6ª temporada, episodio 14, “The Candidate”
- Lost, 6ª temporada, episodio 13, «The Last Recruit»
- Lost, 6ª temporada, episodio 12, «Everybody Loves Hugo»
- Lost, 6ª temporada, episodio 11, “Happily Ever After”
- Lost, 6ª temporada, episodio 10, “The Package”
- Lost, 6ª temporada, episodio 9, “Ab Aeterno”
- Lost, 6ª temporada, episodio 8, “Recon”
- Lost, 6ª temporada, episodio 7, “Dr. Linus”
- Lost, 6ª temporada, episodio 6, “Sundown”
- Lost, 6ª temporada, episodio 5, “Lighthouse”
- Lost, 6ª temporada, episodio 4, “The Substitute”
- Lost, 6ª temporada, episodio 3, “What Kate Does”
- Perdidos, sexta temporada, episodios 1 y 2
Y no he hablado de esa tortuga que aparece y desaparece. ¿Será un fallo de producción o el niño vestido de negro tendrá los poderes de Walt?
Hola, que bueno que siempre encontras el tiempo para escribir…
vos sabes que yo creo que el Humo negro existe desde antes de Jacob y su hermano. Que la «aparicion de Claudia» es como la de Christian, o como la de la esposa de Richard. Es decir, el humo negro utiliza la esencia de la persona muerta para su propio beneficio. Por eso Jacob cuando ve el cuerpo muerto de su hermano sufre y lo lleva a las cavernas, y por eso el «otro» cuerpo del hermano de Jacob es el que se pasea libre por la isla (al igual que los 2 cuerpos de Locke, uno enterrado y el otro usado por el Humo Negro)…
@Nando: No coincidimos en ese punto. Yo creo que el humo nace en ese momento, formándose a partir de la chispa del hermano.
Aunque por otra parte, falta poco para saber cuál de los dos se equivoca. Quizá nos equivoquemos los dos 🙂
Tal cual, ja.
Entonces el niño que de tanto en tanto se encuentra «el chimeneas» (el hombre de negro) es Jacob, pero.. ¿Por qué aparece como niño? El resto de personajes que han aparecido después de morir mantienen la edad en su forma fantasmal (que yo recuerde), pero Jacob no (aunque está claro que Jacob no es un cualquiera). Supongo, a priori, que lo que hace es mortificar a su hermano.
Yo creo que el verdadero protector de la isla es realmente «el chimeneas», y más teniendo en cuenta que debido al pequeño empujón de su hermano Jacob en la cueva, se ha impregnado de la esencia que mantiene la isla «activa». Creo que una vez consiga su propósito (escapar de la isla), se llevará el «mojo» con él y la isla dejará de ser especial.
Por cierto, lo de la tortuga no es más que otra prueba de que la isla es la isla de tortuga duende 🙂
Con respecto a la tortuga en todos los sitios lostianos dan por hecho que es un error de producción. Puede ser, no digo que no, pero creo que «en Lost» no son precisamente tontos.
Veremos (o quizás no).
“Across the Sea”, no se cual seria Jorge tu decepción en la quinta temporada pero desde que recuerdo siempre y en todas las temporadas cada capitulo se ponía mas interesante que el anterior y cada ves que transmitían uno no veias la hora de poder ver el siguiente, ese a sido siempre mi sentimiento con respecto a la serie que siempre se extendía y complicaba a medida en que transcurrían sus episodios y ahora ya cerca del final esa sensación se triplica y los capítulos son cada ves mejores creo yo, la verdad me tienen con una sonrisa de oreja a oreja y con una impaciencia por ver el próximo episodio.
Este capitulo 15 es tal ves para mi el episodio mas místico y fantástico de toda la serie, la historia de Jacob, su hermano, “the crazy mother”, como llegaron hay, como son lo que son y la razón por la que la isla necesita protección, son tal ves de los enigmas mas grandes de la serie y creo que los abordaron inteligentemente sin desvelarlos detalladamente por completo lo cual es excelente por que no tendría chiste que lo explicaran así por que si y lo cerraran de esa manera, creo que tras lo visto en el episodio se crearon mas preguntas que respuestas y tal ves la mayoría de estas preguntas nunca serán resueltas.
El episodio es sumamente entretenido la ambientación, los efectos especiales(esta ves llamaron a alguien que sabia mas o menos que hacer no como otras veces), la música, etc. Lograron crear un ambiente de misticismo excelente.
Los dos aspectos que más me llamaron la atención del episodio, “la fuente” y el “humo negro”. La fuente me sorprendió le dio un toque casi mágico a la serie que no callo nada mal creo yo, ya sabíamos de las fuentes de energía de la isla pero pensábamos que solo eran electromagnéticas, yo interpreto esa luz como la fuente de todas las cosas existentes, el núcleo de la misma existencia, la razón de todo o simplemente el alma del mundo en si (pero gracias a la dualidad a esa luz se le interpone una gran oscuridad).
En cuanto al “humo negro” como ya se sospechaba no es humano en absoluto, de verdad que es el “MAL ENCARNADO” en el mayor sentido de la palabra, al caer el hermano de Jacob en la fuente no se como o por que pero expulsa parte de la dualidad mala de la luz, el mismísimo “demonio” creería yo, cuyo único objetivo es exparsirce como decía Jacob, el “humo negro” toma la forma de las personas muertas para parecer humano y manipular y engañar a las personas para cumplir con su objetivo de salir, pero con salir no creo que sea en un avión o submarino si no salir de la prisión en que se encuentra, es decir, cuando Jacob hace la referencia con la botella de vino muestra que la maldad es proporcionalmente mas grande que el mismo corcho que es la isla, es enorme en realidad la cantidad de oscuridad que esta contiene. El humo negro (el peor accidente de todos los tiempos) creo que es solo una pequeña parte de toda esa oscuridad que logro salir y ahora quiere que el resto también lo haga y esto me suena al antiguo “UN MUNDO GOBERNADO POR LAS TINIEBLAS” que es el objetivo de esa maldad, gobernar el mundo entero (aunque suene a miles de historia ya contadas).
Lo que creo es que la luz que al parecer es mucho mas pequeña, contiene o enfrasca esa maldad impidiéndole que salga, esa seria la razón por la cual necesita protección, ya de ahí en adelante con todo lo que a pasado en la serie y lo de los candidatos, eso si como decías se analizara por años.
Lost acabara y dejara mucho en el aire, muchos cabos sin atar que les tocara a los televidentes estructurarlos, sacar sus conclusiones y analizar todos los factores para tratar de encontrar la respuesta final y comprender la serie.
Gran resumen y reflexión. totalmente de acuerdo. La gente exigía después de este capítulo que no era lo que esperaba. Y yo creo precisamente eso, que lo que se esperaba es una cosa y lo que los guionistas pretenden con esta gran serie es otra. Y nos guste o no, harán lo mejor para lo que ellos creen que debe ser la serie y no lo que los fans quieran ver.
Agradezco que al final la serie nos esté dejando preguntas sin contestar, ya que no quiero soluciones como la explicación de los susurros, para niños pequeños.
No quiero midiclorianos, deseo que el mito siga y sigan las teorías. Por eso, espero que sea un final tipo BSG en el que se perpetúe la historia y no un reinicio.
Y gracias @pjorge, te has hecho esperar pero ha merecido la pena 😉
He descubierto éste blog de casualidad y bueno, que puedo decir, una auténtica gozada leer tus disertaciones. De verdad, se pasa la lectura en un santiamén y encima dejas con ganas de más. Explorando tu archivo…
Gracias por el trabajo que te pegas, desde luego vale la pena.
Pedro jorge, hola que tal? Estoy flipando contigo, alucinando, que forma de narrar los episodios, de analizarlos…, que lastima no haberte encontrado antes, pero el » destino me ha llevado hasta aqui» y la verdad no se como, pero ya te tengo entre mis favoritos y espero leerte en la recta final de ésta serie, que me ha tenido pillado durante sus años de emision, me ha hecho disfrutar mucho. Gracias por tus analisis y por tu curro, un abrazo amigo.
Pedro jorge, hola que tal? Estoy flipando contigo, alucinando, que forma de narrar los episodios, de analizarlos…, que lastima no haberte encontrado antes, pero el » destino me ha llevado hasta aqui» y la verdad no se como, pero ya te tengo entre mis favoritos y espero leerte en la recta final de ésta serie, que me ha tenido pillado durante sus años de emision, me ha hecho disfrutar mucho. Gracias por tus analisis y por tu curro, un abrazo amigo.
Pedro jorge, hola que tal? Estoy flipando contigo, alucinando, que forma de narrar los episodios, de analizarlos…, que lastima no haberte encontrado antes, pero el » destino me ha llevado hasta aqui» y la verdad no se como, pero ya te tengo entre mis favoritos y espero leerte en la recta final de ésta serie, que me ha tenido pillado durante sus años de emision, me ha hecho disfrutar mucho. Gracias por tus analisis y por tu curro, un abrazo amigo.
Suponiendo que el capitulo sea mucho más que solamente explicar el origen del humo negro sigue siendo un desperdicio de tiempo. no hacia falta un capitulo entero para contar eso. Se cuenta con un simple flashback como los muchos que hay a lo largo de la serie.
Sin embargo estoy de acuerdo contigo en el hecho de que sus autores quieren hacer una obra maestra y no solamente una serie de televisión. Y si eso se cumple, me dará igual que dejen sin respuesta los miles de cabos sueltos que han ido sembrando.
@pjorge: muy interesantes las reflexiones.
El episodio cuenta más que explica. La historia se parece realmente a cualquier otro capítulo. Hay unos enigmas y unos personajes que son traídos a la isla y que intentan adaptarse o huir. Podían haber contado cómo llegó la guardiana a la isla mil años antes, y nos quedaríamos igual.
Y se han dejado fuera del episodio la primera aparición del hombre de negro a Jacob y el inicio del juego de los candidatos.
Lo que dices del suicidio: podría ser que la inmortalidad fuese un fastidio y los guardianes se tuviesen que buscar la vida para morir. Podría ser que sólo se pudieran matar entre inmortales y en consecuencia sus relaciones domésticas siempre acaban en tragedia cósmica.
Porque eso de que la guardiana los hizo para que no se pudieran hacer daño uno a otro… no está claro que lo consiguiese para un valor de «daño» que incluya partirse la cara y tirarse por una catarata.
También podría ser que después de un capítulo con túnicas viniera otro con tecnología y nos enteremos de que Jacob y familia no son humanos, o que Zoe nos cuente que la refrigeración con agua de El Cisne ha estado esparciendo agua lisérgica.
hola a todos.
siempre me han gustado las series de acción, sin embargo creo que hasta Lost no había reflexionado lo fácil que les resulta a los norteamericanos empuñar un arma y soltar 4 tiros, o, en este caso, cargarse a todo un poblado. No se sabe ciertamente cómo, ¿será la madre putativa una «mujer de humo» que sabe lo que le sucede a los humanos si se bañan en la fuente de la luz? porque no le encuentro explicación de cómo una mujer indefensa (sola y sin tecnología aparente) se enfrenta a unos hombres calificados por su hijo como malvados, egoistas…..se carga a todos, el poblado, el pozo…
Y como conclusión mi reflexión es que el fin justifica los medios, por preservar el secreto de la isla, la luz, morirán todas las asentaciones que se intenten quedar, ya se llamen otros, dharma o lo que sea (con excepción de Rose y Bernand).
Otra cosa, el efecto de la palabra, si cuando tienes intención de matar a uno de los dos hermanos, ellos te hablan, interfieren en tus decisiones y te convencen, te reclutan (Claire le diche a Jack que ya está con Flocke por que ha dejado que le hablara), pero no creo que sea exactamente así, a Richard le habló primero el hombre de humo, en su estado físico como le conocimos al principio, y luego resultó ser el brazo derecho de Jacob, luego el poder de la palabra de los primeros hermanos no es tan fuerte.
Esperaré y disfrutaré, ya me he mentalizado a que el final no me agradará, por que supondrá que ya no hay más…
Dado el tiempo que «Lost» ha dedicado últimamente a Jacob (Mark Pellegrino) y al Hombre de Negro, podríais pensar que son la clave de la serie. Pero no lo son, según Damon Lindelof.
«Sería catalogarlo erróneamente pensar que eso es el epítome (N.D.T: resumen de lo fundamental de una obra extensa) de lo que es «Lost»», dice Lindelof a TVGuide.com. «Obviamente la isla estaba allí antes de que ellos naciesen, y pasaban muchas cosas antes de que llegasen. Lo que son esas historias no es relevante para la historia que contamos, que es el accidente del vuelo 815 y los destinos últimos de los supervivientes».
Da gusto leer un análisis tan completo a diferencia de los foros fanatizados en donde todo se toma tan a la ligera y es sólo blanco o negro…
Sobra decir que estoy de acuerdo con tus comentarios aunque también considero que el humo negro no es necesariamente el hermano de Jacob sino algo que estuvo ahí desde antes y Jacob sólo lo liberó al enviar a su hermano por la fuente.
Y pensado de esa manera ¿No sería esta fuente la misma del Templo a la que Dogen cuidaba y alegaba que estaba demasiado turbia?
Felicidades y aquí nos leeremos para el final de este suceso histórico llamado Lost.
Un gustazo de análisis, recomiendo poner de fondo:
«Hijos de caín» de Barón Rojo (parte de la letra encaja 😛 )
http://open.spotify.com/track/4jpRPREFJcgUS6AZJFpCKl
Increíble forma de analizar un capítulo. Uno de los mejores de la serie en mi opinión, a la vista queda tras leer este post.
Muy bueno tu anlisis, pero no estoy de acuerdo en dos cosas:
1) Yo no veo a Jacob como un niño celoso, solo un niño que sabe la verdad, que su madre prefiere a su hermano, y en mi opinión, lo acepta aunque le duela, pero no tiene un comportamiento celoso con su hermano.
2) Lo de que el juego es una prueba de la madre, eso te lo has inventao!!! Entiendo que es tu teoria, pero en ningún momento del capítulo se ve tal cosa… Mi teoria es que cuando la madre se entera que se ha encontrado el juego y el niño piensa que viene «Across the sea», la madre le miente y le dice que se lo ha dejado ella, porque no puede permitir que él piense que hay algo mas alla de la isla. Pero realmente, no creo que salgamos de dudas porque no creo que hagan mas referencias a esto.
Ciao