Desconfío tanto de las listas de lo mejor de XXXX (donde XXXX es un año que ha terminado o, más habitualmente, va a terminar (yo soy un hombre más clásico y considero que los años terminan cuando terminar y no un mes antes)). Es una desconfianza absurda, porque nace de mi incapacidad para comprender cómo alguien puede ver todas las películas de un año o leer todos los libros publicados en un periodo de 365 días como para hacer una lista que pueda titularse certeramente «lo mejor». Absurda, digo, porque todo el mundo es consciente de ese hecho, y más que nadie la persona que hace la lista, y que por tanto todos comprenden que «Lo mejor de XXXX» no es sino una forma abreviada de decir algo en plan «entre todo lo que he logrado ver, fiándome de lo que me ha llegado a través de mi filtros que llevo años cuidando y perfeccionando, esto es lo que considero mejor o más valioso». La primera forma de expresarlo es ciertamente preferible aunque sólo sea para preservar la salud mental del redactor de titulares.
Por lo demás, admiro mucho a la gente que es capaz de hacer, aunque sea mínimamente, una de esas listas. Debe ser agotador verse todo ese montón de películas de actualidad o leerse todos esos libros recién publicados para dar con la obra ocasional que nos emociona lo suficiente.
Yo soy demasiado vago para hacer algo así (y progresivamente estoy siendo demasiado mayor para la tarea). Y además, está la cuestión filosófica de que no siento excesiva fidelidad a la actualidad. Resulta muy fácil echar la vista atrás y comprobar cómo hace apenas seis meses aquella cuestión parecía muy importante, cuestión que hoy se nos antoja incluso un poco tonta. Por tanto, tiendo a ver, a leer y demás operaciones obras que me llaman la atención en un momento dado, procurando no mirar la fecha de caducidad.
Y, por supuesto, si hago una lista, la hago únicamente a partir de lo que he leído en ese año, cosa que muy probablemente poco coincida con la actualidad. Y en cuanto a la arbitrariedad del periodo temporal (cuestión que estos días se ha repetido mucho en Twitter, porque aparentemente todos los años debemos inventar una razón nueva para no felicitar el año nuevo, como si rendirnos a una acción tan simple nos rebajase), aplíquese un razonamiento similar al del primer párrafo.
Después de esta larga parrafada (escrita simplemente porque me apetecía, no crean (acabo de levantarme y todavía me estoy tomando el café (y sí soy capaz (como aquel señor que escribía en el periódico) de encajar más paréntesis dentro de paréntesis))), les dejo lo 3 mejores libros que he leído en 2011 (o que más me han gustado, porque me cuesta bastante distinguir entre esos dos estados) y de propina otro 10 que considero de los mejores, aunque en realidad sería más exacto decir que son libros que me fastidiaría no haber leído. La lista podría haber sido más larga, pero así son las limitaciones arbitrarias. Como este año no cumplí debidamente con mi obligación de reseñar los libros leídos, añado una pequeña frase a cada uno (acto con el que implícitamente también declaro mi bancarrota reseñil):
- La investigación de Stanisław Lem
La gran novela sobre la causalidad. - El hacedor (de Borges), Remake de Agustín Fernández Mallo
Brillante remake de un clásico sustituyendo unas obsesiones por otras. - Incompleteness: The Proof and Paradox of Kurt Gödel de Rebecca Goldstein
De la génesis de uno de los teoremas más famosos y más incomprendidos de la historia.
Y los otros diez:
- 1Q84 de Haruki Murakami
Una historia de amor en un mundo fantástico. O quizá al revés. - High-Rise de J.G. Ballard
Brutal retrato de la naturaleza humana. - No Such Thing as Silence: John Cage’s 4’33” de Kyle Gann
Biografía de una composición impactante. - Marsahll McLuhan: You know nothing of my work! de Douglas Coupland
Pocas veces alguien ha explicado tan bien a McLuhan. - Jealousy de Alain Robbe-Grillet
Análisis del punto de vista. - El imperio de los signos de Roland Barthes
Exploración de un país imaginario. - Steve Jobs de Walter Isaacson (en Fikun)
Se le comprende un poco mejor. - What Language Is (and what It isn’t and what it could be) de John McWhorter
Cómo funcionan realmente las lenguas. - 23 Things They Don’t Tell You About Capitalism de Ha-Joon Chang
Estoy tan totalmente de acuerdo que casi no debería recomendarlo. - El intelectual melancólico. Un panfleto de Jordi Gracia
La clase intelectual española es una vergüenza y alguien tenía que decirlo.
Se me olvidaba (en realidad no, pero ya saben que los post hay que escribirlos en ese tono de conversación, como si las ideas se me estuviesen ocurriendo en la misma secuencia en las que están redactadas) comentar que tengo listas similares de años anteriores: 2005, 2007, 2008, 2009 y 2010.