Hace ya unos años usábamos el término The Pila para hablar del montón de libros sin leer que cualquier lector mínimamente compulsivo tiene por ahí (otro ejemplo, The Pila Reordered).
La verdad es que el vicio de comprar libros e ir acumulándolos (hasta el día que comprendes con asombro que varias vidas no darían para leer todos los que tienes) es una forma bien curiosa de síndrome de Diógenes. Es como si de pequeños hubiésemos pasado muchas penalidades y jamás nadie nos comprase libros. Lo que en mi caso es totalmente falso: no recuerdo ni una sola ocasión en la que mis padres se negasen a comprarme el libro que quería.
Pero a lo que iba. Acabo de descubrir que el término en japonés para ese estado es tsundoku que suena, francamente, mucho mejor que The Pila. Si el francés es el lenguaje del amor, el japonés parece ser la lengua ideal para describir el rango completo de comportamientos humanos. Bibliomanía no suena ni la mitad de bien.
Mejor todavía, parece que tsundoku es además un juego de palabras. Traduzco:
El término se remonta a los comienzo del Japón moderno, la era Meiji (1868–1912), y se originó en un juego de palabras. Tsundoku, cuyo significado literal es pila de lectura, se escribe como 積ん読 en japonés. Tsunde oku significa dejar que algo se acumule y se escribe 積んでおく. En algún momento del cambio de siglo, a algún gracioso se le ocurrió cambiar ese oku (おく) de tsunde oku por doku (読), que significa leer. Dado que es difícil pronunciar tsunde doku, el término acabó contraído para dar tsundoku.
Sé lo que estás pensando, pero no, el dominio tsundoku.com ya está pillado. Cierto, sería ideal para un blog sobre libros. Por otra parte, tsundoku.expert me describe perfectamente y posiblemente a ti también.
Ya me he desviado.
En realidad yo pasaba por aquí para comentar eran los 7 consejos para leer más libros en un año compartidos por Austin Kleon. Son estos:
El número 1 efectivamente es un poco así, más que nada porque yo leo mucho en mi iPhone e iPad (el iPad vive permanentemente junto a la cama y es mi lector electrónico). Y en cualquier caso, a estas alturas del siglo XXI decirte que tires el móvil al océano es como decirte que mandes tu hígado a la basura. Aunque pudieses, probablemente no sobrevivieses.
Pero la 4 y la 5 son las más importantes. Efectivamente, hay que hacer tiempo para leer, como haces tiempo para cualquier otra actividad que consideras importante.
Y en cuanto a la 4. Si no es por alguna obligación académica o laboral, ¿para qué querrías leer un libro que no te está gustando? Si te parece malo de verdad, tirarlo a la basura es siempre una opción. Regalarlo no. Piénsalo: seguro que jamás se te ocurriría [regalar fruta podrida](fruta podrida site:pjorge.com – Google Search).