The Philosophy Files 2 es muy similar al primer The Philosophy Files: problemas filosóficos explicados con claridad, dejando claras las dificultades y ofreciendo pocas respuestas concretas, con un lenguaje accesible, fácil de comprender y con grandes dosis de humor. Las diferencia fundamental es que en este caso los temás tratados son diferentes. En el primero, se discutían cuestiones fundamentales del ser humano, como el origen de la moral o la naturaleza real de la identidad. En este caso, los problemas son menos… digamos… menos tremendos. El origen del universo, la naturaleza de la ciencia, la posibilidad del viaje en el tiempo o si las máquinas pueden pensar sin dejar de ser asuntos interesantes son quizá problemas menos inmediatos, más abstractos… Por lo demás, recomendable.
O sea, recomendable no leerlo ni menos comprarlo.
El canon de Heiberg dice que para comprender a un autor, de manera científica, es preciso entender el lenguaje en el cual escribió. Si no conoces idiomas, olvídate de la filosofía. Conocerás lo que entendieron los traductores.
Y si encima permites que un crítico, un segunda o decimoquinta fila, «clarifique» lo que a él le parece de interés, entonces será mejor que no pierdas tu tiempo lamentablemente.
Mejor dedícate a preparar una ensalada.
Da la impresión de que no se te da muy bien la exégesis. Recomiendo comprarlo y leerlo, pero siempre teniendo en cuent las salvedades apuntadas.
¿Quién asegura que el mundo sea simple?.
Hubo autores de talento que dejaron en sus obras lo mejor que había en sí mismos. Transformar su pensamiento en simplezas sólo es una acción laudable desde una perspectiva editorial. Por un lado, quien compra esos pastiches mantiene la ilusión de que entiende lo que no ha leído. Por otro lado, pasa por caja para mantener su falsa ilusión.
No comprarlo. Y si ya se ha comprado, por higiene, no regalarlo. Los libros malos, el fuego los reciba.
«problemas filosóficos explicados con claridad, dejando claras las dificultades y ofreciendo pocas respuestas concretas, con un lenguaje accesible, fácil de comprender y con grandes dosis de humor…»
O sea, el mundo reducido a la medida de «Friends».
Por curiosidad, ¿lo has leído?
Pedro: Deberías decir que es necesario leer un libro para comentar sobre él. Creo que en muchos de estos comentarios ese punto no está del todo claro.
Normalmente se nota porque en el segundo párrafo ya se hablan generalidades que pueden aplicar prácticamente a cualquier texto que sea como quien comenta piensa que es el libro (basado en lo que ha leído).
En la misma vena, un amigo en el colegio era mi héroe porque hacía esto. Siempre se las arreglaba para que le preguntaran de los últimos cuando se revisaba un libro o cuento que deberíamos haber leído. El no los leía pero prestaba mucha atención a los comentarios de los demás y sobre todo a las reacciones del profesor. Cuando le tocaba decía exactamente lo que tenía que decir. Era usual que recibiera el unico «sobresaliente» de la clase y que el profesor lo pusiera como ejemplo a todos los demás (que sí habían leído el libro o cuento). La imagen la tengo muy clara con un cuento de Horacio Quiroga y con Aura de Carlos Fuentes (ambos autores famosos por no escribir sin aforismos y metáforas).
Su pregunta es justo mi crítica.
Para poder comparar y afirmar que algo (inferior) se adecúa a otra cosa (superior), será preciso conocer ambos polos. Y es imposible que alguien que entienda de filosofía considere que es un vehículo de expresión adecuado el inglés. Deduzco que no entiende el alemán ni, desde luego, la koiné.
Un aspecto (de los muchos inherentes al griego) estriba en la «cualidad verbal», algo que de modo muy imperfecto retenemos en castellano a través de las perífrasis. A través de la «cualidad» cabe determinar la duración de una acción en el tiempo. Añada a ello que el griego dispone de más tiempos verbales que el español. El inglés, todavía dispone de menos. Trate usted de explicarle a un anglo el valor del subjuntivo. Lo asimilará a un condicional. No entenderá en la expresión «quiero que vengas» valor imperativo alguno.
Siendo ya sexagenario y novelista consagrado, a Tolstoi le dio por aprender griego. Y dejó de escribir. Invitado a hablar sobre su obra en una reunión de literatos, lo único que dijo fue «hasta que no he entendido el griego no he sabido lo que era literatura».
Esto es algo que no experimentará hasta que no conozca ese lenguaje.
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No contesto a los argumentos ad hominem. No se canse, Sr. Eduo.
Sólo me queda claro el desmesurado tamaño de tus prejuicios, amigo Javier.
Tranquilo. No hace falta. Ya lo has hecho.
Sólo me queda claro el desmesurado tamaño de tus prejuicios, amigo Javier.
Insignificantes en comparación de su autosatisfecha ignorancia. Un abrazo.
Nada de halagos, por favor, que mi ignorancia comparada con la tuya es minúscula. Y servidos de autosatisfacción, ya ni hablemos 🙂
«Y es imposible que alguien que entienda de filosofía considere que es un vehículo de expresión adecuado el inglés»
Me doy cuenta de que recomienda ese tipo de lecturas porque son las únicas que usted puede comprender.
Si no ha leído en griego a Platón y a Aristóteles, ni a Kant en alemán, usted no sabe nada de filosofía. No tiene ni remota idea. Lo que haya entendido será por boca de otros… bastante peor que oír a la portera hablando de fútbol.
Y a pesar de toda tu grandez, aquí estás, discutiendo conmigo. Sería patético si no resultase tan gracioso.