Slayer: the Last Days of Sunnydale, de Keith Topping, es un libro para seguidores incondicionales de Buffy. No tiene ningún sentido si no lo eres, y si no has visto jamás un episodio, apenas podrás entenderlo. Asume, correctamente, que no sólo disfrutas de la serie, sino que la vives, la comprendes y la analizas.
En concreto, Slayer: the Last Days of Sunnydale es una guía no autorizada de la séptima, y última, temporada de Buffy. Lo primero que viene es un comentario sobre lo sucedido anteriormente en la serie. Y al final, hay un capítulo sobre Buffy en internet y otro dedicado a analizar la serie tras su final. En medio, una discusión, capítulo a capítulo, de toda la temporada.
Creo que lo mejor será poner un ejemplo. El capítulo 127 de la serie, «Selfless», uno de los mejores de esa temporada, que cuenta el origen de Anya.
Pues bien, se detalla un poco el argumento, se cuenta el trasfondo histórico del episodio, se comenta el detalle curioso de que Willow apruebe todos su exámenes, se menciona la ropa que llevan en ese episodio, se aclaran las referencias (Juez Dread, a los teleñecos y demás), se describe una escena eliminada, se repiten los consejos de Dawn a Willow, se recuerda las confesiones de Spike, se revela la sorpresa del episodio (la decisión final de D’Hoffryn), se detallan las apariciones de los actores en otras serias y películas, se estudian los giros lingüísticos de este episodio, se aclara el consumo de alcohol, se glosan las mentiras de Anya a Willow, se desvelan los fallos lógicos del episodio (si Anya se llamaba Aud, ¿por qué Olaf la llamaba Anyanka?), se detalla alguna que otra peculiaridad de la forma de hablar de de Spike, se citan los mejores diálogos del episodio, se presentan notas (aquí el autor hace el comentario sobre el episodio, destacando sobre todos cómo encaja en la serie en general y cómo contribuye al desarrollo de los personajes), se menciona la banda sonora, se recogen los comentarios aparecidos en la prensa, se extraen detalles curiosos, se repiten los comentarios del equipo y los actores y, al final, los comentarios de Joss Whedon.
Y esa misma fórmula se repite más o menos con cada episodio. Los buenos momentos de reflexión se intercalan sabiamente con grandes dosis de trivialidades. La mezcla es perfecta.
Ya ven, para seguidores totales. Al final, consigue dejar una sensación muy positiva de la séptima temporada, e incluso, al rematar, el autor agradece que la serie se cancelase antes de que se estropease. Ahora vive en DVD. Y así será durante mucho tiempo.