No puedo creer que lo hayan inventado… va de la perplejidad diaria con la que uno responde al mundo que le rodea, cuando encuentra todo tipo de cosas de cuya existencia no sólo no sospechaba, sino que de haber sospechado hubiese considerado imposibles (¿ruedas para el móvil?).
Una cuidada selección de los gadgets, inventos, engendritos y artilugios que florecen por doquier en los abonados campos de la que se ha dado en llamar «sociedad de la infomación» y que son consumidos con avidez por la creciente comunidad de frikis, geeks y gente rara en general.
Porque no me negarán que estos peluches espeluznantes o el aparato digestivo hecho a ganchillo son geniales.