Andaba yo hoy leyendo la siempre entretenida columna de Haro Tecglen en El País cuando me he encontrado con esto:
El Aznar proceloso (yo diría procelario, pero la Academia no me lo permite)…
Y a mí de inmediato me ha venido a la cabeza aquella maravillosa escena de Monstruos, S.A. en la que, tras una peligrosa contaminación del otro mundo, el equipo de contención de daños sella de inmediato el edificio y procede a su descontaminación drástica. Me imaginé al bueno de Haro escribiendo la novena letra de procelario mientras un equipo de aguerrido académicos le salta encima para contener esa nefasta contaminación de la pureza del idioma. Me ha alegrado la mañana.
😀