El espejo de Terisa nace con la idea de entrevistar a diversas personalidades de la blogosfera. Empieza la labor con Rvr, creador de Blogalia.
[Estoy escuchando: Autobahn de Kraftwerk en el disco Autobahn (22:43)]
El espejo de Terisa nace con la idea de entrevistar a diversas personalidades de la blogosfera. Empieza la labor con Rvr, creador de Blogalia.
[Estoy escuchando: Autobahn de Kraftwerk en el disco Autobahn (22:43)]
No, no me refiero a lo que sale en esta página cuando casca (tengo que hibernarla ya mismo). «Null Pointer Exception» es el subtítulo de la bitácora de José Luis Mondelo. Acabo de encontrarla y he pasado un rato agradable leyéndola. Está especialmente dedicada a Java y a la informática.
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p class=»media»>[Estoy escuchando: Moment’s Notice de John Coltrane en el disco Blue Train (09:10)]
BEM informa de que Christopher Priest ha ganado el premio Arthur C. Clarke con la novela The Separation. Ésa novela en particular no la he leído (ya caerá), pero debo decir que Priest es un extraordinario autor, creador de novelas maravillosas como The Prestige, The Extremes, The Afirmation o Mundo invertido. Recientemente Minotauro ha publicado en España varias de sus novelas.
[Estoy escuchando: Lazy Bird de John Coltrane en el disco Blue Train (07:05)]
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JJ sigue incansablemente mapeando la blogosfera hispana usando los datos del blogómetro. En este caso, con la ayuda de Valdis Krebs, ha creado un mapa de las estrellas de las blogosfera hispana. Por fin podremos decir que en la blogosfera hispana hay más estrellas que en el cielo.
[Estoy escuchando: Locomotion de John Coltrane en el disco Blue Train (07:14)]
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Vaya por delante: mi concepto de Madrid ha cambiado totalmente. Aparentemente, en mis viajes anteriores me había visto confinado a la Gran Vía y aledaños, con lo que me imagen de la ciudad había quedado dramáticamente distorsionada. Por suerte, en esta ocasión he tenido mejor guía y me han mostrado sitios que te dan ganas de vivir en Madrid… si pudiese permitírmelo, claro. Ahora, mi opinión de Madrid es la de una ciudad razonablemente grande y cosmopolita, llena de museos y pequeñas sorpresas interesantes. Y encima, tienen un tiempo que sabe decidirse: cuando hace calor, hace calor, como debe ser.
El domingo empezó en un Crisol, mirando libros. Dos observaciones. Tienen una amplia sección de filosofía lo que permitió que cayese el libro La habilidad ética de Francisco Varela, un intento de elaborar una «ética adecuada -laica y no normativa- basada en la actual percepción de que no existe un yo estable o transcendental». Segundo, tienen una sección de ciencias ridículamente pequeña en la que además te encuentras varios libros de ocultismo y demás: tendría más sentido encontrarse con un libro de mecánica en la sección de informática. Por suerte tienen novelas en inglés, así que también pillamos The years of rice and salt de Kim Stanley Robinson. Lo han sacado hace poco en español, pero si te lo compras en vo te ahorras además 10 euros (la otra ventaja es obvia).
La siguiente parada fue la Fundación Juan March que tenía una exposición intitulada: «Espíritu de modernidad: de Goya a Giacometti». La exposición muy interesante. En particular me gustó mucho algunas cosas de Klee, Degas, Klimt y Grosz. De este último me enamoré de una llamada «Canción alemana y vino alemán». Vendían lámina que reproducían algunas obras, pero precisamente la que me gustaba no la tenían. Me «conformé» con una lámina de un volcán de Degas, que resulta ser el Vesubio (¿por qué me gustan los volcanes?).
A las tres fuimos a comer al restaurante Robata (C/ de la Reina, 31). Tomamos, por supuesto, sushi:
Tempura:
Y un par de deliciosas exquisiteces. Tartar de atún:
Y tallarines fríos sobre hielo. Sé que suena raro, pero estaban muy ricos:
Creo que la cerveza Asahi no la había probado nunca:
Por cierto, el restaurante tenía una fuente muy bonito en la entrada:
Y como el resto de la tarde lo invertimos en pasear, nos quedó incluso tiempo de ver otra exposición más: «Analogías musicales. Kandinsky y sus contemporáneos«. El asunto es que pasábamos por delante del Thyssen-Bornemisza (que manía les ha dado a las páginas de los museos con el flash) y no había cola (luego descubrimos que toda la cola estaba en el Prado para ver a Vermeer). Una exposición con cosas muy interesantes y una serie de temas -polifonía pictórica, variaciones, modulación…- que exploraban la relación entre música y pintura. Me impresionaron especialmente Kupka (que no conocía), Jawlensky (ditto) y la representación de futuristas y dadaístas. Por dos euros te daban una especie de móvil muy grande. Junto a algunos cuadros había un número que tecleabas en el móvil y podía escuchar la música supuestamente relacionada con el cuadro y una explicación: muy bien para gente como yo sorda a la música y ciega a la pintura.
El resto del tiempo, antes de ir al aeropuerto, lo invertimos en ir al Jardín Botánico y al Retiro. Supongo que si uno quiere visitar otros jardines botánicos debería en primer lugar abstenerse de visitar Kew Gardens. Al llegar a, digamos, los 92 años, podría uno plantearse: «Ya no debe quedarme mucho por vivir y he visto tantos jardines que creo estar listo para visitar Kew», luego a morir tranquilo. En cuanto al Retiro, pues estaba tomado por futboleros sin camisa a los que sólo les importaba darle bien a la pelota sin que importase la gente que intentaba pasar por allí. En cuanto al estanque… mejor no lo comento.
Por cierto, en las grandes ciudades del mundo te indican dónde están las cosas. Madrid es diferente. Madrid es una gran ciudad en la que te indican dónde estuvieron las cosas:
En el aeropuerto nos encontramos con varias personas que viven en nuestra misma urbanización, aquí en Santiago. Parece que Barajas es una especie de enorme punto de encuentro. Todo el mundo pasa por ese aeropuerto. De hecho, podrías quedarte allí esperando y ver como pasa el cadáver de tu enemigo en avión.
A nuestra llegada descubrimos que Santiago llovía. Qué raro. Probablemente fuese por que estábamos en un día de la semana.
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p class=»media»>[Estoy escuchando: Blue Train de John Coltrane en el disco Blue Train (10:43)]
The New York Times publica (requiere un registro gratuito para leerlo) un interesante artículo sobre las bitácoras y el juego de las relaciones personales, especialmente cuando esas relaciones acaban fielmente reflejadas en la bitácora:
With so many self-publishing reporters out there, some say they feel a need to watch themselves, for fear that casual comments made to friends might make tomorrow morning’s entry.
The proliferation of personal bloggers has led to a new social anxiety: the fear of getting blogged.
«It’s personal etiquette meets journalistic rules,» Mr. Denton, the blog publisher, said. «If you have a friend who’s a blogger you have to say, `This is not for blogging.’ It’s the blogging equivalent of `This is off the record.’ «
(vía Joho de Blog)
Mi idea de Madrid ha cambiado radicalmente. Me ha llevado por muchos sitios que no conocía, y la verdad, me está empezando a gustar mucho. Incluso la temperatura nos ha acompañado y hemos tenido un calorcito muy agradable.
A ver, a ver. Ah, sí, un paseito nos llevó hasta el Cafe Oriente, un lugar agradable -con el suelo de comedor más impresionante que he visto en mi vida- donde nos cobraron las cervezas más caras de nuestras vidas. Eso después de haber pasado por el Fnac, del que asombrosamente conseguí salir sin comprar absolutamente nada (!).
Lo de Mayumana estuvo francamente bien, con momentos definitivamente geniales. Se suben al escenario y empiezan a producir sonidos con los métodos más variopintos. Pero no forman ruido, sino una extraña forma rítmica que debe remontarse a antes de la música. Y eso, cuando no deciden moverse por el escenario a toda velocidad moviendo también objetos variados: por ejemplo, pelotas fosforescentes en total oscuridad o linternas en la cabeza. Enérgico, divertido y diferente. Incluso en más de una ocasión se las arreglan para contar pequeñas historias. Los aplausos del público eran muy sentidos.
La cena fue en un restaurante llamado Thaï Gardens (c/ Jorge Juan, 5), un sitio decorado… La verdad, hay que verlo porque no me sale describirlo. Ni siquiera estoy seguro de qué platos tomamos, porque al tratarse de un sitio nuevo pedimos el menú de degustación donde hay un poco de todo. En cualquier caso, delicioso desde la cerveza tailandesa hasta el postre.
Hoy he tenido ocasión de conocer al genial Mauro Entrialgo, autor de maravillas como Herminio Bolaextra, La escalera, Alter Rollo y Ángel Sefija (que se publica en El Jueves, y una de las pocas cosas que destacan en esa publicación). La ocasión ha sido la celebración del decimoquinto cumpleaños de la librería Komic, de aquí en Santiago. El acto se celebró en la nave de servicios artísticos Nasa (muy cerquita de donde vivimos) que fue convenientemente decorada para la ocasión con un mural diseñado por el autor:
Había exposición y concierto. Al concierto no pude quedarme cosa que lamento mucho, porque realmente me apetecía. Por suerte, Nasa parece tener programadas algunas cosas interesantes para los próximos meses. En cuanto a la exposición, iba de portadas de discos diseñadas por Mauro Entrialgo. Muy interesantes y divertidas. Aquí va una muestra:
Por supuesto, también estaba a la venta los cómics correspondientes:
Mauro Entrialgo resultó ser tal y como lo esperaba: un hombre inteligente y agradable. Lo esperaba porque hace el humor gráfico más brillante de este país. Mauro Entrialgo a veces se comporta como un antropólogo y examina la sociedad actual, y básicamente toda una generación, con una mirada crítica y penetrante. Posee también una rara capacidad para resumir sus observaciones en un chiste o un comentario. Qué me dicen si no de: «Al fin y al cabo las personas son sólo cartulinas que giran sobre las que se vierten genes y circunstancias».
Tuve la oportunidad de hablar charlar un rato con él. Le comenté que siempre me asombraba su capacidad para hacer chistes que dejan claro que conoce el material del que trata. A lo que me respondió que procura hablar de lo que sabe. Le recordé una de las páginas más recientes de Ángel Sefija (que por cierto, aparecerá en una recopilación dentro de poco) en la que describía a la perfección a las personas que no vemos la tele. Descubrimos así que hacemos exactamente lo mismo: vemos las series de televisión en DVD y raramente nos molestamos en encender el televisor para cualquier otra cosa. Por tanto, en realidad no podemos valorar la calidad o no de muchos programas famosos, porque en realidad no los hemos visto.
Por supuesto, no podía irme sin comprar (soy un metafriki, lo sé). Me llevé Drugos el acumulador, historietas alrededor de un hombre que no es coleccionista sino acumulador. Por supuesto: vena satírica y mucha mala leche. Tuvo la amabilidad de dedicármelo e incluso me hizo un dibujito (ya ven, les dije que soy un metafriki):
Encantado quedé.
…de que Internet Explorer es absolutamente estúpido, una página que abre tus unidades de CD-ROM. Y el Explorer ni siquiera te lo advierte.
(vía Dive into Mark)
Parece que por fin, incluso pronto, la versión 6.3 de QuickTime tendrá soporte para 3GP. Si la cosa funciona medio bien, será una buena noticia para todos los que tenemos acceso a un Nokia 3650 y nos gustaría poner nuestros vídeos en la web.
(vía Erik’s Weblog)
[Estoy escuchando: I Can’t Make It On Time de Ramones en el disco Anthology – Disc 1 of 2 (02:33)]
Circula una petición para solicitar que los contenidos de El País vuelvan a ser grautitos o al menos se establezcan mecanismos que garanticen el acceso en igualdad de condiciones. Por desgracia, los argumentos no son demasiado convincentes. Algunos, como la pérdida de influencia en el conjunto de internet, pueden que causen cierta mella, pero apelaciones políticas del tipo:
que tales prácticas suponen una enajenación de Internet respecto a sus orígenes, su naturaleza y su razón de ser e implican, en fin de cuentas, una privatización de la información y del propio saber, de cariz marcadamente neoliberal
dudo mucho que impresione a una empresa que ante todo aspira a ganar dinero.
[Estoy escuchando: Blitzkrieg Bop de Ramones en el disco Anthology – Disc 1 of 2 (02:14)]
Hibernate es «a powerful, ultra-high performance object/relational persistence and query service for Java» y es chachi, chachi. Lo estoy probando con la intención de usarlo en varios proyectos y me va de coña. Tuve algunos problemas al principio (sobre todo de configuración de la base de datos), pero básicamente todo culpa mía. Para empezar, me he guiado por A Hitchhiker’s Guide to Hibernate que está muy bien como introducción rápida (ideal para los que queremos que todo funcione cinco minutos después de descargarlo -me ha llevado un poco más). Por cierto, que hay traducción al español: Guía de un autostopista a Hibernate.
[Estoy escuchando: Pet Sematary de Ramones en el disco Anthology – Disc 2 of 2 (03:34)]
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Mis dos críticos de cine favoritos ya se han manifestado sobre The Matrix Reloaded, la continuación de Matrix y segunda de una trilogía (por si alguien no lo sabía por llevar viviendo bajo una piedra los últimos cuatro años). James Berardinelli le da un 3 sobre cuatro y comenta:
Non-demanding fans of the original The Matrix will likely be enthralled by the second installment in the series. More demanding aficionados will likely have a few reservations, some of which will not be addressed until the release of the third feature, Matrix Revolutions. I fall into the latter category. Although there are things about The Matrix Reloaded that I like, the movie is so open-ended and riddled with gaping holes that it’s virtually impossible to view this as a finished project. Writing this review makes me feel like I’m putting pen to paper after seeing only half of a motion picture. At this time, I recommend the movie for what it is, but I reserve the right to revise that opinion in six months. It is possible -perhaps even likely- that the shadow of Matrix Revolutions will be so long that it will fundamentally impact the effectiveness of The Matrix Reloaded.
Mientras que Roger Ebert le da un 3,5 sobre cuatro y dice:
«The Matrix» (1999), written and directed by the brothers Andy and Larry Wachowski, inspired so much inflamed pseudo-philosophy that it’s all «The Matrix Reloaded» can do to stay ahead of its followers. It is an immensely skillful sci-fi adventure, combining the usual elements: heroes and villains, special effects and stunts, chases and explosions, romance and oratory. It develops its world with more detail than the first movie was able to afford, gives us our first glimpse of the underground human city of Zion, burrows closer to the heart of the secret of the Matrix, and promotes its hero, Neo, from confused draftee to a Christ figure in training.
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p class=»media»>[Estoy escuchando: Endless Vacation de Ramones en el disco Anthology – Disc 2 of 2 (01:50)]
Según cuenta el Paleo-Freak (qué nombre tan genial, afirmo), el análisis del ADN mitocondrial de una pareja de Cro-Magnon confirma su parentesco genético con el humano moderno:
Científicos italianos analizan el ADN mitocondrial de una parejita de Cro-Magnones… y no encuentran nada raro. Mejor dicho, encuentran lo que cabría esperar en unos fósiles anatómicamente modernos de nuestra propia especie. A pesar de tener veintitantos mil años de edad, su ADN entra sin problemas en rango de variación de la gente de hoy en día. Por el contrario, su secuencia se distingue claramente de las obtenidas en ejemplares de Hombre de Neandertal, cronológicamente más cercanos, pero físicamente diferentes.
[Estoy escuchando: What Can You Tell Me de Anthony Head / George Sarah en el disco Music for Elevators (06:00)]
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Ésa es la noticia que dio The Register, aunque en este caso hay que hablar más bien de una interpretación de lo sucedido realmente. El jefe de Google dijo que las bitácoras tendrían su propia pestaña de búsqueda, de ahí el periodista de turno dedujo que las bitácoras desaparecían del índice principal. ¿Por qué? Para reducir el ruido que la cháchara inane de las bitácoras introduce en los resultados.
¿Va a suceder tal cosa?
Lo dudo mucho. No creo que Google lo vaya a hacer. Y si lo hace, creo que se equivocará. A ver si consigo explicarlo.
En primer lugar, dejemos de lado lo evidente: ¿cómo iba a distinguir Google una página web normal de una bitácora? Casi todos los signos externos de una bitácora los puede compartir con cualquier otra página. De hecho, no hay una definición tan estricta de bitácora que te permita cazarlas a todas. Como mucho, podrías excluirlas siguiendo criterios de dominio (http://www.blogspot.com/ y demás). Luego tenemos otro detalle: hay gente muy brillante haciendo bitácoras. Google tiene en su nómina a gente muy brillante, pero no tanta como hay fuera de las paredes de Google. Por tanto, predigo que si a Google se le ocurriese la idea de eliminar las bitácoras de su índice principal, de pronto se iniciaría una carrera de armamentos entre bitacoreros, que harían lo posible por ocultar sus bitácoras a ojos de Google, y Google, que intentaría descubrirlas. ¿Quién ganaría?
Pero mi argumento no va por ahí. Yo reflexiono a partir de la idea de relevancia. Cuando uno realiza una búsqueda, desea que el resultado sea relevante, y juzga la capacidad de un buscador por la relevancia de sus resultados. Por desgracia, el concepto de relevancia es tremendamente subjetivo. Lo que puede ser relevante para mí puede no serlo para ti. Es más, lo relevante para una persona puede cambiar a lo largo del tiempo.
Básicamente la cosa va así. Normalmente se entiende que los resultados relevantes son aquellos que te llevan a la mejor fuente de información. Pero no es cierto, para algunas personas ése no es el resultado más relevante (por diversas razones) sino que desean encontrar las referencias más recientes o novedosas. Y es fácil imaginarse muchos casos intermedios (quiero buenas fuentes, pero que no sean las habituales que ya conozco) o casos extraños (no quiero ni las mejores ni las más recientes, quiero las peores). Por desgracia, un buscador no sabe con qué intención se está realizando la búsqueda y por tanto, tiene que realizar una estimación sobre lo que la persona desea.
Un ejemplo.
Estoy considerando ir al cine. Voy a Google y busco una reseña sobre la película X-MEN 2. ¿Qué quiero que me salga? Posiblemente, la reseña en el mejor portal de cine. La obtengo. Por alguna razón, se me pone enfermo el gato, no voy al cine ese día. Cuatro días más tarde, lo vuelvo a pensar y busco de nuevo en Google. ¿Qué deseo encontrar? ¿La misma reseña que antes? No, claro: lo que me gustaría encontrar serían las reseñas nuevas aparecidas en los últimos cuatro días. Google no sabe, ni puede saber, que he cambiado de criterio en los últimos días, por tanto, hace lo posible por acomodarme.
¿Sería juicioso para Google eliminar las reseñas de cine más recientes por el simple hecho de que aparecieron en bitácoras?
No, claro que no. Y la respuesta es muy simple. Cuando haces una búsqueda, ¿qué quiere Google? ¿Que encuentres los mismos resultados que la última vez o que encuentres resultados diferentes? Pues una combinación de las dos opciones, porque no tiene criterios para elegir. Es decir, Google aspiraría a mostrarme las mejores fuentes y también algunas fuentes recientes, porque en caso contrario, ¿para qué iba a querer yo buscar si ya sé lo que voy a encontrar? Y si yo no busco, ¿a qué se dedica Google? No es por nada que Google se dedique a indexar más rápidamente las páginas que cambian con mayor rapidez. Se nutre de esos enlaces nuevos.
Ésa es mi razón principal para pensar que Google no debería eliminar, y que no eliminará, las bitácoras del índice principal. Google desea tener enlaces nuevos, porque enlaces diferentes producen resultados diferentes y eso genera nuevas búsquedas. Y las bitácoras muestran una asombrosa capacidad para generar enlaces y nuevas posibilidades de resultados.
Por otra parte, no me creo lo del ruido producido por las bitácoras. Por ejemplo, Russell se queja de que su página le aparece como resultado relevante cuando él mismo busca por alguno de los temas sobre los que ha hablado. De lo que Russell no parece darse cuenta es que él es efectivamente una autoridad en algunos de esos temas. Por ejemplo, si yo buscase por sockets, J2ME y Nokia, querría que me saliese su entrada sobre el asunto (que efectivamente, es la que sale).
De hecho, y posiblemente sea una impresión personal producto del hecho de leer muchas bitácoras técnicas, las bitácoras son en muchas ocasiones la mejor fuente de información para según qué temas. Les pongo un ejemplo reciente: en un proyecto estamos considerando usar el framework WebWork. Por desgracia, ésa palabra es muy genérica y hay que mirar el cuarto resultado de Google para encontrar el enlace relevante. ¿Relevante? Pues la verdad es que no. El cuarto enlace corresponde a la gente que programa WebWork, lo que normalmente sería lo más interesante. Y lo es, si lo que deseas es descargarte el código. Pero la documentación en la página es tan mala que es preciso irse a otras páginas buscando información generaba por personas que lo hayan usado y hayan narrado sus experiencias. Pero ya he dicho que el nombre es muy genérico, y Google sea las ve y se las desea para ofrecer un resultado que me sirva. Al final, opté por irme a un buscador específico de bitácoras sobre Java (java.blogs) y allí encontré exactamente lo que deseaba: información producida por personas que usan el producto todos los días y que explican cómo pueden usarlo tú también.
De hecho, no creo que Google cree una pestaña de bitácoras para eliminar el ruido de las bitácoras de los resultados del resto de Internet. La verdad, sospecho que lo hace para eliminar de los resultados de las bitácoras el ruido del resto de Internet.
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p class=»media»>[Estoy escuchando: Papa cuentame otra vez de Ismael Serrano en el disco Atrapados en azul (02:59)]
Blogosfera.org es una nueva bitácora colectiva. Tiene como fin último escribir un libro sobre las bitácoras en español y desde la óptica hispana. Un consejo, añadir el artículo a la sección de enlaces.
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Por fin alguien se da cuenta (gracias Xavier).
[Estoy escuchando: Via Lactea de Battiato en el disco Battiato Collection, Vol. 2 (04:45)]
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