La película de Hora de Aventuras

Da un poco de miedo. Pero por otra parte, La LEGO película salió muy bien:

‘Adventure Time’ Cartoon Network Series Becoming Feature Film | Deadline

Quantum Mechanics

Ayer, tras decidir que no, que después de más de 25 años ya no iba nunca más a leer los libros de mecánica cuántica de la carrera, decidí deshacerme de ellos:

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Luego vi estas maravillosas esculturas que transforman esos ladrillos de papel en esculturas cristalinas. Ahora que su utilidad como vehículos transmisores de… bueno, de algo… va reduciéndose, pueden ganar un momentito de efímera eternidad:

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Books, Magazines and Computer Manuals Turned Into Crystallized Sculptures by Alexis Arnold | Colossal

By combining borax crystals with weathered books, magazines and computer manuals Arnold grows them into wonderfully organic forms that become artifacts or geological specimens. “The books, frozen with crystal growth, have become… imbued with the history of time, use, and nostalgia,” says Arnold. In selecting books to turn into aesthetic, non-functional objects Arnold revealed that she tries to use found books. But she will sometimes purchase titles, or use books from her own library if she finds them conceptually appropriate. (via The Creators Project)

(Por cierto, los colores que ves en la foto de mis libros de cuántica están mal. Lo que ves rojo es realmente azul. Lo que ves azul es un violeta tirando a amarillo. La portada es realmente verde, no blanca).

Recuerdo un momento de La era del diamante (quizá me confunda con los detalles exactos, porque si bien en su día, por razones obvias, leí el libro como 6 veces en un periodo de pocos meses, hace bastante que no lo releo) cuando los ingenieros de nanotecnología diseñan un nuevo tipo de maquillaje. Pero al final, deciden no sacar al mercado esa nueva forma de maquillaje, porque no logran ponerse de acuerdo sobre el estatus filosófico del maquillaje.

Lo he recordado al ver este vídeo, que va de que algo aparentemente tan superficial como el maquillaje (y en este caso los tutoriales sobre maquillaje) revela, a poco que uno lo piense, una relación variada y compleja con el mundo.

Yo añadiría que esa sensación de superficialidad se debe, ante todo, a que nuestra sociedad, en su sexismo fundamental, tiende a tratar todo lo “femenino” como menos interesante. Es lamentable ser consciente de que si los hombres usásemos habitualmente maquillaje, el maquillaje sería considerado una cuestión importante que merecería enormes reflexiones por parte de señores muy serios.

Breve historia de la animación china

Más que interesante. Muestra obras que parecen llenas de creatividad y una estética propia. Hay que verlas.

Buscando, varias aparecen en ObscureAnimation’s channel.

(vía faraox)

Borrar tuis

Meet the tweet-deleters: people who are making their Twitter histories self-destruct – Fusion

Sobre gente que borra sus tuis pasado cierto tiempo (una semana o diez días). Es más, parece que hay todo tipo de mecanismos para lograrlo, aunque Twitter no lo soporte.

Hay muchas razones para hacerlo, pero me ha gustado este párrafo:

Most tweet-deleters, though, are not trying to protect themselves from a dark past. (After all, the worst gaffes often stand in the public record, no matter whether the original offending tweet got deleted.) Instead, they want their Twitter accounts to reflect their present states of mind and interests.

Cierto, si pones una estupidez realmente gorda, el mundo se enterará igual y te lo recordará durante mucho tiempo. Pero es interesante la estrategia de que tu cuenta de Twitter refleje quién eres ahora y no tener que cargar con una enorme masa de pasado.

Lo que entronca con la relación que el mundo moderno guarda con la memoria. Vivimos en una época empeñada en conservar y preservar, sin pensar primero si realmente vale la pena guardar tantas cosas. Es como si nuestra civilización viviese poseía de un síndrome de Diógenes que nos obligase a acumular edificios, cuadros, libros, papeles, estatuas… a acumular detritos del pasado.

Quizá de vez en cuando podríamos plantearnos las virtudes del olvido.

Constantinopla 1453, de Roger Crowley

constantinopla_1453Compruebo que leí Constantinople de Roger Crowley hace ya casi seis años. Me gustó muchísimo, pero soy tan vago y en su día no lo comenté.

Ahora me alegra saber que la editorial Ático de los Libros va a publicarlo en español: Constantinopla 1453: El último gran asedio. Y aprovecho también la oportunidad para recomendarlo. La historia es fantástica, sobre todo al tratar la complejidad de un asedio como ése, y también porque toca temas tecnológicos (como la artillería otomana o las defensas de la ciudad) que son fascinantes en sí mismos.

Durante mil años, Constantinopla fue la ciudad por excelencia: fabulosamente rica, imperial, impresionante y cristiana. Era el tesoro más codiciado: la «Manzana Roja», que había sobrevivido a un asedio cada cuarenta años durante un milenio, hasta que el sultán otomano Mehmet II, un joven de veintiún años hambriento de gloria, se dirigió hacia allí en abril de 1453, con un enorme ejército, «más numeroso que las estrellas». Durante cincuenta y cinco heroicos días, los defensores de la ciudad lucharon por tierra y mar contra los invasores, en una batalla por fe, imperio y gloria, hasta el trascendental 29 de mayo de 1453, un día marcado a fuego en la Historia.

Viravi

Entrevista a Viravi | 1DD4

Viravi es una nueva editorial de juego de mesa a la que los 4 personajes de 1DD4 entrevistan con alegría. Parece que se especializarán en juegos para público infantil y familiar. De las tres novedades que anuncian, me llama mucho la atención Cargolino Valentino (un juego de carrera de caracoles) y Capitán Flint, un juego de piratas del gran Josep Mª Allué.

Siete pronósticos de lluvia

Me encanta:

Siete pronósticos de lluvia

Todo lo que se escucha son fragmentos de películas (la mayoría más o menos comerciales, pero incluye un par de piezas experimentales y una serie de televisión), a excepción del final, que es el sonido de la lluvia grabado desde la ventana de mi casa mientras editaba la pieza.

Muñecas sin maquillaje

Retirar el maquillaje exagerado de muchas muñecas y sustituirlo por rostros y ropas que se acerquen más a la realidad.

En un momento del vídeo se hace de pasada un comentario muy cierto: pintar de forma exagerada e hipersexualizada a las muñecas es una decisión de los fabricantes; podría hacerse de otra forma.

Oliver Sacks y la mortalidad

Oliver Sacks en The New York Times hablando sobre su cáncer terminal: Oliver Sacks on Learning He Has Terminal Cancer. En muy poco texto se las arregla para tocar varios temas, pero voy a destacar este párrafo:

I feel a sudden clear focus and perspective. There is no time for anything inessential. I must focus on myself, my work and my friends. I shall no longer look at “NewsHour” every night. I shall no longer pay any attention to politics or arguments about global warming.

This is not indifference but detachment — I still care deeply about the Middle East, about global warming, about growing inequality, but these are no longer my business; they belong to the future. I rejoice when I meet gifted young people — even the one who biopsied and diagnosed my metastases. I feel the future is in good hands.

Me gusta el comentario al final respecto a que el mundo queda en buenas manos. Esa sensación sobre el futuro también la tengo. Es una pena que en nuestra cultura moderna se tienda a despreciar la juventud, porque personas mucho más jóvenes que yo están haciendo cosas muy interesantes.

En cuanto a la claridad mental y la concentración en lo importante, me parece una lección que vale la pena aprender.

(vía Oliver Sacks: “now I am face to face with dying” « Mind Hacks)

Sobre la repetición en la música

Why we love repetition in music

Un artículo sobre la gran importancia de la repetición en la música y que gran parte de nuestro sentido de la música (que no todo) se debe a ese fenómeno. También comenta la más que interesante relación entre música y voz, que estamos acostumbrados a tratar como fenómenos diferentes. Después de todo, una cosa es habla normalmente y otra es cantar.

Pero luego tenemos la posibilidad de transformar la voz en música simplemente repitiendo una parte. Lo llaman la Speech to Song Illusion, descubierta por Diana Deutsch.

Es muy sencillo. Primero escuchas este fragmento, donde una parte se repite varias veces:

Luego este otro:

En el segundo no hay repetición, pero al llegar a la parte que se repetía en la primera grabación (“sometimes behave so strangely”), lo habitual es oírla como si estuviese cantando.

(En mi caso, el fenómeno es tan persistente que ya no puedo oír la segunda grabación sin oírla cantada.)

Dos detalles adicionales. En primer lugar, que aparentemente hay una serie de mecanismos neurológicos que se comparten en el procesamiento de la voz y la música. En segundo lugar, que esos trucos de repetición parecen funcionar sólo con el sonido. Que el sonido, para nosotros, es ciertamente especial.

La autora del artículo, Elizabeth Hellmuth Margulis, parece tener todo un libro sobre este tema: On Repeat: How Music Plays the Mind, aunque no sé nada de él.

Anuncio tecnológico

Son todos iguales. Y más o menos así:

Éste es el anuncio que habita en el mundo de las ideas y del cual todos los demás no son más que meras sombras.

(vía faraox)

Atonement

Atonement (2007)

Empieza con:

Hay películas de las que no esperas nada y te lo dan todo, para luego quitártelo… Ese es precisamente el caso de Atonement (Expiación. Más allá de la pasión, 2007), cuyos primeros cincuenta minutos son toda una lección de cómo elevar a lo sublime, a nivel Joseph Losey, algunos de los memes románticos más trillados del mundo. Si cito precisamente a Losey no es por casualidad, pero ya volveré a ello un poco más tarde.

Y le sigue un análisis excelente.

Feliz día de san Valentín, te odio

Una idea curiosa, y habitual, es creer que el pasado fue más ingenuo. No se nos ocurre pensar que en realidad, el mundo pasado fue igual de malo que nuestro presente e incluso, en muchos aspectos, peor. No me refiero en lo material, donde habitualmente somos conscientes de que las cosas han mejorado. Hablo del trato mutuo, con una llamativa tendencia a considerar que en el pasado todos se comportaban como caballeros victorianos, exhibiendo una educación y un gusto exquisitos.

Evidentemente, no fue así. De hecho, muchas de las aflicciones modernas hunden sus raíces en el pasado. Y no hay mejor ejemplo que la idea de “vinegar Valentine”, tarjetas enviadas por san Valentín expresamente para insultar a alguien:

Happy Valentine’s Day, I Hate You

Collectors Weekly: And they were intended to reject romantic overtures?
Pollen: Yeah, but not only that. There were so many different kinds. You could send them to your neighbors, friends, or enemies. You could send them to your schoolteacher, your boss, or people whose advances you wanted to dismiss. You could send them to people you thought were too ugly or fat, who drank too much, or people acting above their station. There was a card for pretty much every social ailment.

Lo que recuerda mucho a uno de nuestros modernos trolls de internet. Uno se imagina con facilidad cómo el deseo de justicia acaba convirtiéndose en un ataque indiscriminado a todo lo que se mueve y te “molesta”.

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Y lo que decía antes del pasado:

Collectors Weekly: Do you think contemporary recipients would be surprised at their tone?

Pollen: Yes, some are quite shocking. The cards are quite a surprise to those who think the past was always so safe and the present is so very daring, and that we’re much more libertarian now than we have ever been in any other period in time. I think we only have to look back at this sort of stuff to see that that’s not the case.

Nobody was safe, really, from Vinegar Valentines. There are some that insult alcoholics in a way that we would find completely unacceptable. Today, few would send a mass-produced card to someone they know is an alcoholic. We are fine with irony, but insulting someone for their drinking habit and actually meaning it? That’s the difference.

There are a lot of the comic cards produced now, but they are not meant to be taken seriously. That’s why you can call somebody a bitch in a card, because you don’t actually think they’re a bitch. But in the Victorian valentines cards, it seems that you would send it to somebody who you’d actually have a serious problem with. That’s how I read them, anyway.

Incluso destaca en la entrevista el poder, en este caso, del anonimato. Da la impresión de que en el presente la tecnología se limita a amplificar lo que siempre ha sido una constante humana.

Eran tarjetas que se producían en masa a partir de 1840 (con altos y bajos hasta los años 40 del siglo XX) y, en las primeras épocas del correo, era el receptor el que pagaba por recibirlas. Se pueden imaginar la cara que se les quedaba.

Al final del artículo hay una buena colección de tarjetas, para su deleite.

Satin Island

Me empieza a caer bien Tom McCarthy. Creo que voy a leer su Satin Island.

Tom McCarthy Goes to TED

Yes, then it does veer into satire. TED talks for me are the kind of perfect example of, like, smart stupidity — and basically Christian conservatism in disguise. The televangelist saying I’ve got the solution to everything in 15 minutes and it all comes down to neuroscience or some graphic user interface. And so my guy goes to Frankfurt and tries to give this talk that problematizes it and of course he’s got no purchase at all from the audience, who wants some quick meaning-biscuits.

Y también:

All the art projects I do are literary projects; the art world is just the place where they can be realized. Art is the only place where you can say, “I need a radio station, and all this other stuff, and it’s gonna cost quite a lot of money and it has no value and you can’t sell it,” and a curator can say, “Yeah, you’re right, let’s do it.” But I don’t really see a categorical difference. London had this explosion in the ’90s of an art scene and suddenly that was where all the action was. In the same way that in France in the ’50s and ’60s all the characters like Lévi-Strauss and Derrida and Deleuze, they all became philosophers. A century earlier they would have been novelists.

Byword

Esta entrada la he escrito con Byword. De hecho, lo uso tanto (en OSX e iOS) que ahora mismo tengo el reflejo de hacer simplemente cmd-espacio y teclear una “b” para que salte de inmediato. Adoro Byword. Adoro que sea sencillo y que haga justo lo que quiero. Y cuando he terminado de escribir, un par de toques mandan el texto a uno de mis blogs.

O como dice David Sparks:

Byword doesn’t have every feature on the market. It does, however, make it possible for me to write just about anywhere and when I’m doing the hard work of moving the cursor across the screen, Byword gets out of my way and lets me get on with the work at hand. I’d guess that at this point I’ve written something like a half million words in Byword. You’d think I’d be ready to move on to something different. I’ve got nothing against Typed or any of the other Byword competitors. Many of them are fine applications but the thing is … Byword, I still love you.

Yo no he escrito tantas palabras usando Byword, pero no veo que vaya a dejar de usarlo en el futuro cercano.

Pues eso: Why wormholes (probably) don’t exist

The Universe is a slippery little weasel: we are often surprised by new discoveries. However, the likelihood of wrongness increases with the grandiosity of the claim. For large stable wormholes of the type claimed in this paper (or the types in Interstellar, Contact, Deep Space Nine, and other science fiction) we need to be wrong about a lot of different things that touch on several branches of fundamental science. We would need general relativity to be wrong in its own claims about itself, and we would need to fundamentally revise the way we interpret astronomical data. Much as I love the idea of wormholes, I love the reliability of general relativity — and reality — more.

Por desgracia, Hay gente que ha leído demasiada ciencia ficción.

Everything’s a product

El Honest Trailer de La Lego película. No acaba de ser tan cortante como otros, porque queda claro que la peli les gusta. Pero la versión de la canción es tremendamente divertida:

Bien explicado:

Now, imagine that after growing up like this, pieces of the culture you were once shamed for started showing up among those who had once oppressed you (and in many ways still do). Imagine that all those things you held dear while the outside world tried to make you believe they were stupid, embarrassing, unsophisticated—imagine that all of a sudden these things were taken up by your tormentors (read: white people). Think of my parents, who left everything in India and came to the US when they were just 22; think of my parents packing away all their old clothes and buying these ugly American clothes with the small amount of money they had. Imagine them, so far from home, and still packing white bread sandwiches to bring to work. Imagine them giving up everything they loved, everything that was life to them, and having to wear and eat and read bland American culture. Imagine my poor mom seeing Madonna wear a bindi, but still knowing she can’t wear one at work because she’s disrespected enough there anyway.

Adaptaciones insultantes

6 Insulting Movie Adaptations of Strong Female Characters. Por supuesto, en el primer puesto, Irene Adler, que ha sufrido horrores con el Sherlock de Moffat.

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