Es el de toda tecnología: ¿quién decide cómo se aplica? No es tanto que se pueda o no se pueda hacer, sino para qué fines vamos a usar la tecnología:
Por otra parte, también es verdad que dada una tecnología, siempre decidimos que nosotros somos las personas adecuadas para decidir su uso. Nunca se nos ocurre pensar: «esto lo vamos a dejar que se lo miren en el futuro».