Todos los principios de año sin momentos cómodos para programar cambios, para dar cierres convenientes y abrir nuevas puertas.
En mi caso, el azar ha querido que las circuntacias cuadren: hace unos días firmé la disolución de mi empresa. Fue un período importante e interesante de mi vida que además me permitió ganar mucha y necesaria experiencia (por lo que me veo en el deber de dar las gracias a todos los que tuvieron relación en mayor o menor medida con Sináptika). Pero son 4 años que acaban de terminar.
Por tanto, empiezo 2015 haciendo lo mismo que antes, programando para iOS, pero ahora como freelance, con un montón de nuevos proyectos en la cabeza. Es, como siempre, una vuelta más de la vida.
Si no fuese así, se volvería aburrida.
Por lo demás, un dichoso 2015 para todos.