Boyhood

La última película de Richard Linklater, Boyhood, cuenta la vida de un niño desde los 6 hasta los 18 años. La gracia es que el mismo actor interpreta al mismo personaje durante todo ese periodo de tiempo, haciéndose mayor a medida que avanza la película. Para lograrlo, la rodaron durante 12 años, unas pocas semanas cada año.

Si suena a apuesta arriesgada, lo es, porque muchas cosas pueden salir mal durante ese tiempo. Pero el resultado suena de lo más interesante:

Boyhood has a cousin in another Texas-set film about family and the mysteries of growing up: Terrence Malick’s grand, sweeping The Tree of Life. But Boyhood moves in an approachable, earthbound register. Modestly shot and told, its moments hang with a quotidian, unaffected realism. There are no grand deaths or addictions. We don’t see Mason lose his virginity. What we view are the ordinary things that we so often carry with us, the climb up the mountain defining us as much as, if not more then, the peaks of our milestones. At the end of Boyhood, on the cusp of college and something else, Mason has a whole life still ahead of him. It’s universal and utterly his own, like this film.

A Fictional Childhood, Filmed in Real Time

Categoría: Silva

Pedro Jorge Romero

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