Ian Bogost escribe sobre Hyperemployment, or the exhausting work of the technology user, la situación actual en la que hemos sustituido gran parte de, o todo, nuestro tiempo de ocio con una serie de incesantes actividades, una sucesión de trabajos que nos mantiene continuamente produciendo:
Hyperemployment offers a subtly different way to characterize all the tiny effort we contribute to Facebook and Instagram and the like. It’s not just that we’ve been duped into contributing free value to technology companies (although that’s also true), but that we’ve tacitly agreed to work unpaid jobs for all these companies. And even calling them “unpaid” is slightly unfair, since we do get something back from these services, even if they often take more than they give. Rather than just being exploited or duped, we’ve been hyperemployed. We do tiny bits of work for Google, for Tumblr, for Twitter, all day and every day.
Y también toca la consecuencia directa de ese casi obligatorio y continuo trajín: el agotamiento. Un agotamiento más mental que físico, resultado de intentar prestar atención a demasiadas cosas a la vez.
Es algo que noto mucho en Twitter, que es la red social en la que más participo. Por ejemplo, son continuos los requerimientos a que te sientas indignado por esto o por aquello, pero la verdad es que hay un límite y si todo es indignante, al final nada lo es. Te agotas.