Sólo es ficción

Sabemos ya que los amores y desamores de Internet son extremos. Como un amante incapaz de contenerse, pasamos por altibajos emocionales colectivos que en el caso de seres humanos individuales podrían requerir medicación. Me recuerda un poco a aquel momento de Buffy en el que Spike (el vampiro en ese momento sin alma) canta simultáneamente que quiere salvar y matar a la protagonista, cambiando de un deseo al otro sin inmutarse. Internet es un poco así, pero sin el pelo teñido.

Bien, hoy parece que la ha tocado a la asociación FACUA, que hasta hace dos días Twitter elevaba a los altares y proponía para 30 premios Nobel consecutivos. Pero no se les ocurre otra cosa decirle a un fabricante de videojuegos si por favor no le importaría, quizá, hacer un cambio, que lo que sale es ofensivo, en lo que debe ser una de las notas de protesta más amables y elegantes de la historia. Vamos, ni mi abuela me trataba así.

No voy a entrar en los méritos de la petición, porque estoy seguro de que ustedes podrán juzgar por sí mismos si está justificada o no, y además es irrelevante para lo que me ha llamado la atención: la defensa del videojuego usando la excusa “no es más que ficción”. Es una defensa con dos componentes interesantes.

Por un lado, se da a entender que la situación no debería afectarte, en plan “no es más que un chiste”. Yo puedo insultarte todo lo que quiera, decir de ti todas las barbaridades que me parezcan y si luego añado “no es más que un chiste” no debes sentirte dolido. Sirve básicamente para excluir cualquier responsabilidad por lo que yo haya podido decir y poner sobre los hombros del receptor de mis injurias cualquier posible responsabilidad. No es lo que yo haya hecho sino lo que la otra persona haya podido sentir por efecto de mis acciones.

“No es más que ficción” tiene exactamente el mismo efecto y sirve bien para defender cualquier representación de otro grupo por mala, desconsiderada, injusta o nefasta que sea. No es que “No es más que ficción” no sea cierto en algunos casos, sino simplemente digo que no es cierto automáticamente, y se puede usar tanto para defender lo bueno como lo malo, para desentenderse de las responsabilidades insistir en que la persona ofendida no debería haberse sentido así.

El otro aspecto de “No es más que ficción” es dar a entender que la cuestión no tiene la más mínima importancia. Después de todo, qué podría haber menos importante que algo que alguien se ha inventado. Es sólo una película, sólo un videojuego, sólo una novela. Algo trivial. Pero si es tan trivial y tan poco importante, ¿qué importa cambiarlo? Si le puedes decir a alguien “no te enfades, que no es más que ficción”, ¿por qué no vale igualmente “pues cámbialo porque no es más que ficción”? Si no debe ser importante para unos, ¿no debería ser tan poco importante para los otros? Digamos que la importancia no debería ser un valor variable dependiendo de qué lado de la petición estás.

Como decía ayer a propósito de otra cosa, “No es más que ficción” debería más bien ser el resultado de un razonamiento y no el punto de partida. Debería ser la conclusión de un análisis que empezase por “en este caso…”.

Categoría: Silva

Pedro Jorge Romero

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