El iPad ha perdido el apellido que tuvo brevemente (aunque una encarnación del iPad 2 sigue existiendo), al igual que carecen de apellidos otros productos de Apple. Y la verdad, han hecho bien, porque la situación podría haber llegado al absurdo. Si éste era el 3, ¿cómo se llamaría el de dentro de cinco iteraciones? ¿iPad 8? Y si le ponían de apellido una tecnología, iPad HD, ¿qué harían cuando la tecnología cambiase? Ya les pasó con el iPhone, que pasó a llamarse 3G, y luego 3GS por lo de «speed», luego 4 (porque efectivamente era la cuarta iteración), y ahora 4S otra vez por «speed» (o algo). Un proceso tan absurdo que no dudo que pronto el iPhone pase a llamarse simplemente iPhone.
En cuanto a lo demás, el nuevo iPad se resume en «un tablet excelente es ahora mejor». Mejor a la vista, con una nueva resolución que suena francamente impresionante y estoy deseando ver (y que seguro que justifica cambiar de máquina después de haber presenciado el cambio entre iPhone 3GS e iPhone 4), y mejor internamente, aunque lo de dentro es algo que Apple prefiere no comentar. Desde su punto de vista, si las aplicaciones funcionan bien, ¿qué importa cómo se ejecuta el milagro? Apple sabe que una tecnología lo suficientemente usada se convierte en natural.
Y lo que les importa realmente es el software. Por eso se dieron tanta prisa en hablar del cacharro, empleando tal velocidad que pensé que la presentación se les iba a quedar en nada, y pasaron directamente a lo que puedes hacer con el iPad. No se trata de lo que el cacharro sea o deje de ser, sino de lo que te permita hacer. Y como sucedió en la presentación del iPad 2 donde realmente presentaron GarageBand e iMovie para iOS, en esta han presentado iPhoto aprovechando que la nueva pantalla ofrecerá una experiencia espectacular (y además, aprovechara para dar el primer paso en el abandono, cantado, de los mapas de Google).
El iPad está ahora simplemente en fase de consolidación, de camino a convertirse en el modelo de la máquina computacional del futuro. Las mejoras de hardware (la cámara, por ejemplo) combinadas con el software adecuado le permitirán ir cubriendo cada vez más terreno, reduciendo cada vez más la necesidad de un ordenador tradicional.
Pero si para algo sirvió esta keynote fue sobre todo para mostrar a Tim Cook al final diciendo que el año 2012 no ha hecho más que empezar y que podemos esperar muchas más cosas a lo largo del año. La cosa no ha hecho más que empezar, dijo. Lo que, como dice MG Siegler, sonó a promesa para sus clientes y a amenaza para sus competidores.
Y pensar que hace poco más de dos años no existía nada de esto.