Este libro, Lunarias (Viaje a Bizancio Ediciones. ISBN: 978-84-937272-5-3. 10€. 132pp.) de Alfredo Álamo, es una colección de cuentos breves –de uno o dos párrafos, e incluso unas pocas líneas- que transitan por el mundo del terror o la ironía cruel. Una crueldad, insisto, máxima. Seguro que hará las delicias de más de uno. Para leerlo ni siquiera hace falta ser aficionado al terror. Basta con disfrutar del humor negro.
De la contraportada:
Un cementerio, una feria itinerante, un manicomio. Lugares que con sólo nombrar ya producen destellos en lo más profundo de nuestra imaginación, sitios, pues, ideales para escribir relatos tan cortos como una frase, un suspiro lleno de terror, misterio y humor negro.
Alfredo Álamo crea con Lunarias un espacio fuera del tiempo, con influencias cinéfilas y referentes comunes utilizados con maestría para pintar un escenario en el que asesinos en serie componen poesía, los muertos caminan presos de una incontenible melancolía y unos hermanos siameses preparan su primera cita doble.
Lunarias, así como Lapidarios y Feriantes, partes en las que se componen este volumen, se presentan como un juego para el lector, un desafío para compartir una mirada a la oscuridad, a veces grotesca y tierna a la vez, en la que ver reflejadas leyendas y pesadillas, esperanzas, locuras y una cómplice sonrisa frente al abismo.