Conocí a Paco Roca hace muchos años. Por aquel entonces nos hacía ilustraciones para BEM y me alegra poder decir que tengo un cuento ilustrado por él. Porque si algo quedaba claro de Paco Roca era que tenía talento, que dibujase lo que dibujase –incluso el monigote que era su firma por aquella época- sabía imprimirle una enorme humanidad, te daba siempre la impresión de haber pillado a sus personajes no posando, sino en medio de cualesquiera actividad que estuviesen ejecutando. Aunque fijo sobre el papel, el resultado siempre reclamaba empatía.
Es esa misma humanidad que ahora le permite embarcarse en proyectos como Arrugas, una mirada cariñosa a la vida de los ancianos y también una oportunidad para entrever la terrible tragedia de sentir como tu yo se va disolviendo. Si esa obra tiene éxito es simplemente porque el lector no necesita más que mirar a los personajes para saber lo que les pasa por la cabeza, lo que están sintiendo. Las páginas de Arrugas se comunican casi telepáticamente.
Este Senderos (Laukatu Ediciones) es un repaso a la carrera de Paco Roca. Está compuesto por una larga entrevista, de Koldo Azpitarte, textos de terceros y una selección de obras de Paco Roca que incluye todas sus historias cortas. Con 272 páginas, es un buen montón de cosas.
Sin bien los textos de terceros tienen un interés variables, debo decir que el libro se justifica solo. Algunas de las obras seleccionadas nos permite ver las fases iniciales de álbumes felizmente publicados. En otras ocasiones, vemos el esbozo de lo que podría haber sido una historia. Y en muchos casos, vemos obras demasiado cortas para reeditarse de cualquier otra forma: una tira cómica protagonizada por la muerte, una inquietante historia corta sobre cadáveres, o una tierna historia de relaciones amorosas y sexuales con mensaje. Si te gusta lo que hace Paco Roca, ya el libro compensa.
Y la entrevista es muy buena. La obra de Paco Roca es lo suficientemente corta como para permitir un tratamiento amplio de sus obras más importantes y a la vez ofrecer pinceladas sobre el negocio de hacer cómics. No sólo nos enteramos de todo el complejo conjunto de decisiones para realizar un álbum, sino que también comprendemos el duro proceso de convertirse en autor publicado. Paco Roca no da la impresión en ningún momento de querer ocultar detalles de su pasado como autor y es siempre extremadamente sincero. Ha tenido mucha suerte, pero también ha tenido sus desencuentros con las editoriales, y eso también se plasma. La preguntas van guiando la conversación con seguridad mientras que las respuestas son inteligentes y reflexivas.
Mi parte preferida es el fascinante proceso de realización de El juego lúgubre, la historia de un excéntrico pintor llamado Salvador Deseo que remite a otro famoso pintor catalán. Las respuestas van dando detalles de este o aquel elemento, de por qué esto está hecho de esta forma y aquella de aquella otra. Es una gran descripción del proceso creativo y Paco Roca logra con ello dejar deseos de leer el cómic. No se me ocurre mayor mérito para una entrevista de este tipo.
Senderos es un libro dedicado a un autor que ya ha triunfado, posiblemente más de lo que él mismo esperaba. Aún así, Paco Roca se muestra humilde, una personalidad agradable dispuesta todavía a aprender. Como leer sobre el proceso creativo me apasiona y devoré Senderos en dos días escasos. Mi impresión final es que a Paco Roca le queda mucho futuro como autor.