Hay un detalle curioso de todos los libros de Malcolm Gladwell: son siempre menos que la suma de sus partes. Es decir, los detalles, las anécdotas, los datos, resultan ser más interesantes que el conjunto, que nunca acaba de alcanzar una idea concreta -por mucho que el título dé a entender que sí- o una tesis que se pueda aplicar con cierto rigor.
En el caso de este Outliers la idea inicial es que lo que parecen historia de éxito personal son realidad efecto de circunstancias externas, y de no haber sido esa persona la agraciada, lo habría sido otra que compartiese el mismo entorno. Es decir, no era inevitable que esa persona triunfase, pero sí resultaba más o menos inevitable que una persona con características similares triunfase. Si compras un billete de lotería lo más probable es que no ganes, pero muy probablemente alguno de los compradores ganará. Algo así. El éxito, digamos, tiene menos que ver con el individuo que con las circunstancias de su vidas. Bueno, casi que ya lo sabíamos.
Así se sigue una sucesión de comentarios sobre deportes (importa sobre todo la fecha de corte y por tanto los mejores jugadores tienden a nacer todos en la misma época), ropa, abogados y habilidad matemática entre los asiáticos. Algunos parecen muy bien fundamentados, los deportes, pero otros se pasan tanto de extraños, los asiáticos y la matemática, que hay que tomárselos más bien como elucubraciones del autor sin demasiado fundamento.
Los libros de Gladwell son tan fáciles de leer como de olvidar una vez leídos. Al final, te quedas con algún detalles más o menos interesante y que poca relación tiene con el supuesto tema del libro. Sustancia, lo que se dice sustancia, no hay mucha.
Este es un libro para quedar bien luego contando anécdotas a los amigos.
De todas maneras, como dijo Feynman ( ¿o fue Fermi?) no desprecies el placer de escuchar algo que ya sabes. La idea de que el triunfo no depende únicamente de la personalidad, también del entorno, es muy lógica para nuestra mentalidad pero no lo veo así de claro para los chicos de USA.
Creo que cita a uno de la familia Bush ( Jeb?) que dice, sin despeinarse, que ser hijo de quien es no le ha beneficiado. Quizá en lo que dijo, en su país, no sea un chiste.
A mí el libro me ha gustado, aunque no haya supuesto un hito intelectual. Es comprensible que sea muy vendido, es muy fácil de leer.
Saludos
Eso por supuesto, el libro es muy entretenido de leer.