Los Doraemon de Gofio es un concurso de relatos absurdos. Yo me he presentado. Todo sea por intentar ganar un Doraemon hecho de gofio. Mi cuento:
El suprarrenalista preparó papelitos embotellados con las palabras «Doraemon», «gofio», «ADN», «destiladera», «chipi-chipi», «idiosincrasia», «tetas», «golisnear», «caboverdiano» y «rascarse». A continuación los introdujo en una bolsa cadavérica fabricada con piel de florero elefantino. Tenía la intención de automatizar un cuento. A lo lejos aulló a la gominola un fugaz monotrema. Metió la mano dulce en la bolsa. El papelito extraído decía «¡DADA!». Susperro, iba a ser una larga noche.
Algo en mí dice que no comparta esto en twitter. Que el mundo implotaría por demasiadas autoreferencias si cierro el bucle así.
Qué diablos…