El libro me ha encantado. Cuenta un poco de la vida del ilustrador japonés Hiroshige, del mundo en el que vivía, de la tecnología que se usaba para sus ilustraciones y de la sociedad que disfrutaba de ellas. Pero lo que más me ha gustado, con diferencia, es que te el texto va contándote todo lo que se ve en cada una de las ilustraciones. En algunas ocasiones, la lectura es de lo más simple. Pero por lo general hay una miríada de detalles que se han saltado, pequeñas muestras de la vida social que pasan desapercibidas, detalles de color que tiene su explicación, o elementos de la naturaleza que sirven a tal o cual fin. Para mí ha sido una lectura muy estimulante porque me ha demostrado lo mal que leo las imágenes. Taschen tiene también un libro grande de ilustraciones que voy a intentar conseguir.