(In one famously controversial show, an aspiring comedian named Nasubi was locked naked in an empty apartment and forced to live on winnings from magazine sweepstakes until he earned $10,000. When he finally reached his goal 14 months later, the show’s producers gave him some clothes, blindfolded him, and took him on a surprise vacation to South Korea, where he was locked in yet another apartment until he won enough money to buy a plane ticket home. While some vehemently opposed the show, most watched it religiously with delightful horror and amusement. Nasubi wrote a best-selling book about his experience and later became a successful stage actor.)
Impresionane.
Impresionane de verdad.
Buena entrada en bb, además. El humor japonés con frecuencia se ha cruzado con el «occidental» (por llamarlo de alguna manera) pero no porque tengan cosas en común sino porque uno resulta tan inusual y surrealista que provoca risa en el otro lado.
Esto es: A veces reímos con el humor japonés, pero no por lo mismo que ríen ellos. Por eso también reímos ante programas de concurso, anuncios de tv y presentadores de televisión. No nos reímos de lo mismo que ellos sino que nos reímos de lo que ellos hacen, sea con clave de humor o no.
Como dice la misma entrada, la gracia de un concurso en Japón es lo implacable que es el presentador y lo dispuestos que están los concursantes a aguantarlo para ganar. En nuestro caso lo que más se acerca es The Weakest Link o Survivor, y en ambos casos es una versión suavizada que nunca llega a ser políticamente incorrecta.
Supongo que lo que hace tan diferente los sentidos del humor será la sociedad misma (igual que lo que hace tan diferente otros temas como el respeto, el sexo, etc.).
Probablemente sea el tener el respeto en un lugar tan alto lo que hace que sea precisamente lo que se transgrede en los concursos.