Así que ayer me llevé una gran sorpresa cuando leí en Deia, en un texto firmado por Jon Larrauri, titulado Una fecha redonda, pero no la prevista (sólo en papel), algo que no había visto mencionado por ninguna parte (lo cual no significa, claro, que no lo hayan dicho ya otros): que en realidad la fecha originalmente propuesta (en 2001) para iniciar los juegos era el 25 de julio, que luego el comité organizador pensó que hacía demasiado calor en Pekín en esas fechas y en 2003 propuso posponer la fecha de comienzo tres semanas, al 15 de agosto, y que el COI dijo que no, porque entonces acabarían demasiado tarde y entrarían en colisión con otras competiciones internacionales, y aceptó sólo un retraso de dos semanas, fijando la fecha de comienzo para el 8 de agosto. Así que la fecha mágica… la escogió el COI (luego, eso sí, los chinos decidieron la hora).