Por mucho que admire el genio de Randall Munroe, me gusta más la versión que de su tira ha hecho Mark Pilgrim:
Evidentemente, queda todavía la opción de la versión borgeana, en la que un dios es incapaz de distinguir entre los distintos participantes, como le pasaba con Aureliano y Juan.
Genial.
Bueno, los filólogos opinamos que si no existiera el lenguaje ninguno de estos pájaros podría decir nada 🙂
Por si hay algún iletrado como yo y, además, un poco vago, creo que aquí están Aureliano y Juan. Quien pueda diferenciar el uno del otro que avise.