Si pensabas que sólo la industria discográfica intentaba limitar los usos de sus productos, pues no. Puede pasar incluso en la industria del juego de tablero. Por ejemplo, si compras un juego editado en otro país -Estados Unido o Alemania, por ejemplo- suele pasar que para jugarlo sólo necesites las reglas traducidas. Por supuesto, al editor español, puede que eso no le haga demasiada gracia.
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