¿Cómo es posible que personas, por lo demás normales, afirmen algo tan absurdo como que han sido secuestradas por seres extraterrestre y sometidas a extrañas pruebas médicas?
En Abducted, Susan A. Clancy estudia a esas personas e intenta descubrir cómo llegaron a creer algo así. Lo hace sin burlarse -porque tras la risa encontramos que no hemos avanzado nada- y mostrando grandes dosis de empatía; después de todo, creer cosas extrañas es una característica más que humana.
Las conclusiones son variadas. Los abducidos son personas normales que, como casi todas las personas normales, no aplican el principio científico de la explicación más simple. La experiencia que sufrieron, para ellas totalmente real, fue tan intensa que quieren encontrarle una explicación. En confirmar esas creencias, el carácter subjetivo pesa más que cualquier prueba material, el fenómeno de «yo lo viví y tú no». Se busca la explicación que parece correcta, no necesariamente la verdadera.
Según la autora, creer haber sido abducido por extraterrestresD es un proceso gradual. Poco a poco, la persona va construyendo una explicación que parece ajustarse a todos los datos. Por desgracia, esos datos son elementos subjetivos a los que nadie más tiene acceso.
Destaca también la relación entre la recuperación de recuerdos por medio de hipnosis y creencias previas en extraterrestres. La hipnosis parece ser capaz de generar recuerdos falsos, pero si no hay una predisposición previa, es muy difícil adquirir esos recuerdos. «Visualizing things, imagining things that didn’t happen, is an excellent way to start thinking they did». Explora también la consistencia de muchas de las historias de abducidos, llegando a la conclusión de que no son tan consistentes entre sí como se cree. Hay muchas similitudes, pero también muchas diferencias. Comenta que los alienígenas son una buena explicación para cualquier fenómeno, porque cualquier objeción a la experiencia se puede responder apelando a la superioridad tecnológica de los extraterrestres.
En un capítulo dedicado a quiénes son abducidos, se comenta que esas personas tienen cierta tendencia al pensamiento mágico, a las creencias sobrenaturales. Pero lo que sí deja bien claro es que esas personas no están locas. Puede que crean en algunas cosas extrañas, que tiendan a diferenciarse algo más de los demás, pero por lo demás son personas perfectamente normales.
El último capítulo es el más interesante de todos. Después de tratar con la gente que asegura haber sido abducida, la pregunta es evidente, ¿por qué ibas a querer creer algo así? Puestos a creer que te ha pasado algo, ¿por qué creer que los extraterrestres han hecho experimentos contigo? La respuesta que ofrece es muy simple: nos gusta dar sentido a nuestras vidas. A esas personas, el contacto con extraterrestres no sólo les parece real, les parece también que les ha cambiado la vida. Al final, la autora está en descuerdo con Carl Sagan, quien afirmaba que las creencias pseudocientíficas se correlacionaban con la ignorancia científica. La ciencia no tiene nada que ver. Para mucha gente, creer en abducciones extratrerrestres satisface un ansia espiritual.
Y luego hace algo que seguro que suena controvertido. Compara la experiencia de los abducidos con las experiencias de los místicos cristianos, preguntándose si no tendrán un origen común, una misma experiencia que en su momento se explicó de otra forma. Viene a decir que para los abducidos, su experiencia ofrece los mismos beneficios que muchos otros obtienen de sus religiones. El libro termina con «Being abducted by aliens may be a baptism into the new religion of our technological age».
Al hilo del libro de Disch, me pregunto qué papel -asumiendo que la autora tenga razón- ha tenido la ciencia ficción en todo esto. Dado que la ciencia ficción ha tendido a tratar a los extraterrestres como ángeles más o menos disfrazados, parece claro que ha influido poderosamente en la forja de nuestra percepción popular sobre los extraterrestres. No me sorprendería.
Siempre me he preguntado. Si ha uno le despiertan por la noche, le suben a una nave espacial, lo examinan, y despues lo devuelven a su cama…. ¿cómo puede diferenciar esa situación a si lo ha soñado?
Es posible que a la mañana siguiente recuerde las dos cosas de la misma manera.
O el ya mas clásico… ¿cómo sabes que no estás soñando ahora mismo?
Yo solo diría: Terence McKenna …. a ver, repito: Terence McKenna … y paro de leer.
Algunos abducidos presentan marcas físicas después del episodio, hay casos de familiares que han presenciado fenómenos anómalos durante la abducción. Más de esto en:
http://www.karlaturner.org/
recomiendoTaken: Inside the Alien-Human Abduction Agenda (PDF)
También:http://www.quantumfuture.net/sp/onda1.htm
Cuando me abdujeron a mi y a unos amigos, la verdad es que no lo pude diferenciar de un sueño. Y no, no recuerdo si habiamos comido revuelto de setas aquella noche. Aunque seguramente dos de los tres cenamos lo mismo 🙂