Se está acabando. Ya sólo queda un libro.
Tras el indiscutible tour de force que representó Criptonomicón, Stephenson se atreve a novelar en el Ciclo Barroco cómo pudo ser el nacimiento del mundo moderno, la creación de la ciencia y el paso de la alquimia al empirismo y el racionalismo. Y lo hace con la misma facilidad y amenidad que sorprendieron a todos en Criptonomicón con esa mezcla abigarrada de historia, aventura, ciencia, hechos verdaderos e invenciones, y enfrentando la locura al racionalismo, la alquimia al empirismo, y sin olvidar contarnos con ironía el nacimiento de la Bolsa, la política y la economía modernas, en medio de guerras espías intrigas, corsarios y piratas.
La ciudad de Londres es el nueva e imponente protagonista de este incomparable fresco sobre el origen histórico de nuestro tiempo, con el enfrentamiento entre la nueva ciencia moderna de la Royal Society y la vieja alquimia, no siempre tan alejadas como parecería a primera vista. La confusión inevitablemente asociada al nacimiento del mundo y la mentalidad modernos es en realidad el eje central de una vasta peripecia humana, social e Intelectual que configura el tercer y último volumen de esta magna obra que es el Ciclo Barroco. Un libro de inmensa ambición, erudición y alcance.
Sir Isaac Newton usa su poder como director de la Casa de la Moneda de Inglaterra para buscar el mítico «Oro de Salomón» del que supone que contiene el Mercurio Filosófico que ha de ser imprescindible en sus estudios alquímicos. Eso le enfrenta irremediablemente a Jack Shaftoe el llamado Rey de los Vagabundos, conocido ahora como Jack el Acuñador. Mientras, Daniel Waterhouse, puritano y filósofo natural, fundador del Instituto de las Artes Tecnológicas de la Bahía de Massachusetts (el precedente del actual M.I.T.), es llamado de nuevo a Europa para mediar en la disputa intelectual que enfrenta a Newton y a Leibniz para dilucidar cuál de los dos ha inventado primero el cálculo infinitesimal. En Massachusetts, Waterhouse había empezado a construir el Molino Lógico de Leibniz, el precedente de los modernos ordenadores y, llegado ahora a Inglaterra, recibe de Leibniz un encargo del zar Pedro I el Grande: colaborar en el desarrollo de la ciencia con un envío de material científico para Rusia.
Política e intrigas, ciencia y alquimia amores y odios, el amplio fresco de la vida se da cita en el Ciclo Barroco de manera inédita hasta hoy. Otro verdadero tour de force,
Lo compraré, lo devoraré, me parecerá que no es tan bueno como los anteriores, lo releeré tras un tiempo y descubriré que si, que es fantástico, inteligente, entretenido. Lo recomendaré a todo quisque y nadie me hará caso… vamos, lo de siempre. ¿De verdad que solo queda un libro, Pedro? Bueno… siempre he querido saber qué se siente al tener sindrome de abstinencia.
Yo ya tengo mono de Stephenson para traducir.
dicen que hay videos, pues yo nop los e visto asique acer el favor de ponerlos
xao bambinos
¿sólo os queda un libro? yo me terminé el ciclo completo hace meses…