Un folleto de servicio público que detalla una enfermedad insidiosa y desconocida hasta ahora: la depresión bitacorera. Cómo identificarla, cómo combatirla y, sobre todo, cómo vivir sin bitácora. Imprescindible.
(vía Infothought)
Un folleto de servicio público que detalla una enfermedad insidiosa y desconocida hasta ahora: la depresión bitacorera. Cómo identificarla, cómo combatirla y, sobre todo, cómo vivir sin bitácora. Imprescindible.
(vía Infothought)
A mí la depresión me da cuando en uno de mis blogs paso de mil y pico visitas diarios. Es entonces cuando me da como tristeza imaginarme escribiendo para cumplir las expectativas de actualización de tanta gente. Y me resisto, me agobio y tiendo a no actualizar o incluso a barajar la idea del cierre, sólo para quitarme esa responsabilidad de encima. Es curioso… Materia de diván, sin duda. Las hago para que me lean, obviamente, pero también para mí solo. Si la cosa supera cierto límite, me angustio, me lo tomo como un trabajo más que como una diversión. Ahí está el peligro. Trabajo o «hobby». Si ambas cosas se mezclan la cosa se puede volver muy rara.
Yo estoy en la otra vereda, solo soy un lector de blogs, pero me gustaria tener uno, ahi me asalta las dudas clasicas ¿y si…?, las cuales enumeran las depresiones potenciales, de si no me leen, de si me leen mucho, entonces me deprimo. Buena formula para evitarte tanto embarazo e ir defrente a la depresion ¿no? 🙂
¿Y la traducción para cuando? 😀