La cárcel de papel ya venía hablando de la nueva colección de cómics de El País desde hacía varios días. Pero ya están aquí los anuncios de televisión (uno de esos anuncios esquizofrénicos que tanto gustan al grupo Prisa: esto es para gente seria, pero también sabemos que los lectores de cómics en realidad están trastornados) y la lista definitiva de títulos. Como se ve, es una colección para todo el mundo (es decir, no gustará completa a nadie, que es lo de menos) y faltan títulos y sobran algunos (que también es lo de menos). Pero vamos, por 2,5 euros, no voy a dejar de comprarla.
Hablando el otro día con un librero de cómics, me comentó que estas cosas están bastante bien. La gente se aficiona y luego va a la tienda a pedir más álbumes de lo que sea que salió en la colección. Si se cumple, es posible que Paracuellos gane por fin algo del reconocimiento que merece.
En mis tiempos de juventud comiquera en Móstoles, recuerdo haber tenido la oportunidad de asistir a una «semana grande» con la presencia de muchos de los más reputados autores del noveno arte.
Recuerdo a Alfonso Azpiri, quien nos acabó resultando un personaje tremendamente plomizo, capaz únicamente de darnos cifras de ventas de su Mot. En el otro extremo recuerdo también a Carlos Giménez, el autor de Paracuellos, una de las personalidades más inmensas que jamás haya conocido, con tanto talento y tantas cosas que contar como humildad y don de gentes.
Cuánto merece la pena el cómic cuando realmente merece la pena.