Esas malditas cámaras instantáneas

Ahora que el mundo sufre, es un decir, un ataque de pánico debido a los teléfonos con cámara (que si acabarán con la intimidad, que si servirán para hacer fotos en sitios comprometidos, que si permitirán fotografiar tarjetas de crédito…) es buen momento para echar un vistazo a situaciones similares en el pasado. Por ejemplo, cuando Kodak puso a la venta su cámara allá por 1888. En The Kodak Camera Starts a Craze lo cuenta y, previsiblemente, la reacción de la época suena hoy pelín exagerada:

The appearance of Eastman’s cameras was so sudden and so pervasive that the reaction in some quarters was fear. A figure called the «camera fiend» began to appear at beach resorts, prowling the premises until he could catch female bathers unawares. One resort felt the trend so heavily that it posted a notice: «PEOPLE ARE FORBIDDEN TO USE THEIR KODAKS ON THE BEACH.» Other locations were no safer. For a time, Kodak cameras were banned from the Washington Monument. The «Hartford Courant» sounded the alarm as well, declaring that «the sedate citizen can’t indulge in any hilariousness without the risk of being caught in the act and having his photograph passed around among his Sunday School children.»

(vía Kottke.org)

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Categoría: Silva

Pedro Jorge Romero

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