A mí me tocó hablar el jueves por la mañana tempranito. Mi tema era «Cuando el futuro nos alcance: los desafíos de la tecnología del mañana a la luz de la ciencia y la ficción». Básicamente, intenté examinar la idea de futuro, separándola de la de mañana. Mi tesis era que el futuro se alimenta de la tecnología y que es un fenómeno relativamente reciente. El futuro se empieza a generar a partir de la imbricación de la ciencia con la tecnología, de suerte que ahora es imposible la ciencia sin la tecnología y también la tecnología sin la ciencia.
También intenté establecer por un lado que la ciencia y la tecnología no son neutrales usando como ejemplo, tecnológico, las redes: Internet, Minitel y CyberSyn. Es una de las cosas que nos enseña la ciencia ficción. Lo otro, es que progreso y tecnología son cosas diferentes, que se puede tener uno sin el otro.
Comenté que el modo especulativo de la ciencia ficción se puede usar en campos muy diferentes, y puse ejemplos de libros de divulgación –Vuelta al Edén de Lee M. Silver, El futuro del Sexo de Robin Baker y The Transparent Society de David Brin- que empleaban técnicas muy similares a las de la ciencia ficción para transmitir su mensaje.
Luego me centré en situaciones y avances que podrían plantear problemas éticos y cómo la ciencia ficción pone de manifiesto esos problemas: biología, inteligencia artificial, los avances en el conocimiento del cerebro, la nanotecnología, y las utopías.
En general, usé como ejemplos las películas: Parque Jurásico, 2001, Blade Runner, La guerra de las galaxias, Metrópolis (la de Otomo), La amenaza fantasma, Brazil, Minority Report, Ghost in the Shell y «El segundo renacimiento». En el cómic: Watchmen y Superman. Y en cuanto a autores de ciencia ficción: William Gibson («El continuo Gernsback»), John Varley, Nancy Kress, Greg Egan (en especial: «Learning to Be Me»), Neal Stephenson, Iain Banks, George Orwell, Aldous Huxley y Kim Stanley Robinson. De invitado especial: The Faber Book of Utopias.
Mi conclusión final fue que la ciencia ficción, como literatura, no sirve para nada -en el sentido más utilitarista- y que ahí está su gracia y su potencia.
[Estoy escuchando: «Vertigo» de Ismael Serrano en el disco Atrapados en azul]