A Farred Zakaria le he leído en Newsweek. La verdad es que el hombre me parece un poco veleta, muy dado a ir modificando su opinión dependiendo de los vientos que corren pero sin llegar del todo a admitir que antes estuviese equivocado. Por otra parte, sí que transmite la impresión de ser un hombre muy bien informado sobre los temas que trata. Leí una minientrevista que le hicieron en El País sobre este libro y me llamó la atención. Parece interesante.
De la contraportada:
Siempre pensamos que libertad y democracia van de la mano. Pero, ¿realmente es cierto que cuanta más democracia haya de mayor libertad se disfrutará? ¿O no? Ahora que la democracia es el único sistema cuya legitimidad no se pone en duda, este importante libro señala las tensiones entre democracia y libertad.
Repasa concienzudamente el pasado y el presente para concluir que incluso de lo bueno se puede llegar a un punto de saturación.
Tendemos a creer, tanto en Europa como en Estados Unidos, que la respuesta a nuestros problemas es siempre más democracia. Pero en los últimos años hemos comprobado que la difusión de la democracia en el mundo no implica mayor libertad. En lugares como Rusia, Venezuela o Palestina ha surgido una extraña criatura: el autócrata elegido. En los países árabes, en particular, vemos sociedades atrapadas entre dictaduras represivas y masas de fanáticos. ¿Existe una salida? Fareed Zakaria afirma que sí: debemos encontrar un equilibrio entre libertad y democracia. Hemos de conseguir que la democracia liberal sea efectiva y relevante en los tiempos que corren. Si uno de los mayores retos del siglo XX era hacer un mundo seguro para la democracia, ahora que nos hemos adentrado en el siglo XXI podemos decir que nuestro reto es hacer una democracia segura para el mundo.
[Estoy escuchando: «Non-stop flight» de Artie Shaw en el disco Jazz Masters Artie Shaw]
A mí me da la impresión de que, por desgracia, la democracia no garantiza necesariamente unas libertades. La única libertad que garantiza realmente es la de votar más o menos a quien se quiera. Pero claro, si se ocupan los políticos en que la educación sea un fracaso generalizado, no somos realmente tan libres, porque nuestro criterio es bastante pobre.
Y para todo lo demás… el dinero es lo único directamente proporcional a la libertad (habiendo salud, claro). Un saludo.
JJ: puede ocurrir lo que ocurre en España. Sin ser catastrofista, en España no hay demasiados contrapesos. Con unas solas elecciones (legislativas), se elige un poder que detentará legislativo, ejecutivo y judicial (y mediático…). En ocasiones el contrapeso viene dado por el poder autonómico.
Pese a eso, prefiero vivir en España que en Venezuela.