Uno de esos cómicos americanos que siempre parece que van a durar siempre. Rafael Marín le hace un peculiar homenaje, reconociendo que no le gustaba demasiado, recordando a un alumno suyo, devoto de Bob Hope, una carta y una peculiar dirección:
Le propuse a JB que enviara una carta a Estados Unidos con ese mismo truco: Bob Hope, the greatest comedian in the world. Iba a ser mucha casualidad que se repitiera la historia, naturalmente. La carta le fue devuelta. JB no se amilanó y la volvió a enviar, con el mismo encabezado: Bob Hope, the greatest comedian in the world.
Y a los pocos meses recibió en efecto contestación, una fotografía de su ídolo y su autógrafo y todo. Debe ser cierto que a los carteros americanos no los detiene ni el viento, ni la lluvia, ni la nieve. O que a Bob Hope, centenario e icono, lo conocía todo el mundo en su tierra adoptiva.
[Estoy escuchando: «Space Oddity» de Hermanos Calatravas en el disco Spanish bizarro]
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