Nos acaban de invitar a una boda ortodoxa rusa en Moscú el día 25 de julio. ¡Ojalá no podamos ir! ¡Ojalá no podamos ir! ¿Qué tal se comerá en Moscú?
No es que no queramos ir. De hecho, nos morimos por ir (¡maldición, el Bolshoi está cerrado esos días!) pero con algo de suerte tendremos un acontecimiento todavía mejor que nos impedirá desplazarnos.
[Estoy escuchando: Paris brûle sous la lune de Le diablo Mariachi en el disco Fanatique fantastique (04:49)]