Estoy en Tenerife como parte de un viajecito navideño para ver amigos y familia. Esta mañana (a las 5:30) estaba en Santiago y hoy ya he almorzado en un restaurante japonés de Santa Cruz (no estaba mal). ¿Quién dijo que los transportes modernos no habían avanzado?
Dentro de unos días iré a Lanzarote, que es donde reside mi familia.
Dos detalles curiosos en este viaje de retorno a casa. Uno la luz, que me resulta impresionante y agradable. Siempre me quejo de que en Santiago no hay luz, y la poca que hay me parece fría y gris. Aquí la luz es luminosa, como debe ser. Quizá es lo que más echo en falta.
Lo otro: unos espléndidos 23 grados. A disfrutarlos mientras pueda.