Vaya con la semanita.
Primero, tuve una recaida de mi resfriado. Pasé un jueve y un viernes fatales. El sábado más o menos, tomándomelo con relax para intentar recuperarme. Pero hete aquí que lo más divertido estaba por llegar.
El domingo Windows decidió que ya no funcionaba más. La semana terminó reinstalando el sistema operativo, cosa, como todo el mundo sabe, muy divertida.
Pero nada, ya he vuelto. Temblad.