O eso asegura un equipo de la Universidad de Kyoto. Después de analizar por ordenador el jardín zen del templo de Ryoanji han descubierto por qué induce un efecto tranquilizador en sus visitantes: La disposición aparentemente aleatoria de piedras y musgo produce en la mente inconsciente del visitante la imagen de un árbol.
(vía BBC News)
Menuda sandéz.
No sé por qué cada día hay una nueva noticia sobre un nuevo equipo de "investigadores" que ha descubierto algo aún más absurdo e inútil que los del día anterior.
Por cierto… ¿No sería lógico sustituir ese jardín zen por un verdadero árbol y dejarnos de intermediarios?
Esta tonteria me recuerda a una noche en la que iba borracho y veía calaveras en todas las nubes.
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