ya publicó hace un tiempo un artículo sobre la «limitaciones» ideológicas de las últimas películas de La guerra de las galaxias. Ahora vuelve a la carga, para meterse -con toda razón- con el episodio 2 (admitiendo, eso sí, que la película es visualmente una fiesta para los sentidos):
Think about it! The villains aren’t foiled or even slightly inconvenienced. Lucas continues preaching that democracy, civilization, and even genuine heroism, are all futile, futile, futile. Sometimes you can rescue a friend. That’s it. The rest is hopeless. Just the message we need at this time, while we fight for the survival of democracy and a decent, renaissance civilization. The only civilization that ever delivered hope. (See below for a way he could get out of this!)
Lo curioso es que luego, ya al final, da su versión de un argumento para el episodio III que resolvería todas las incosistencias, problemas de lógica y detalles molestos de ambas trilogías: Darth Vader y Obi Wan se pusieron de acuerdo para luchar junto contra el Emperador y contra Yoda. ¿Por qué si no esconder al hijo de Vader en el planeta y ciudad natal del malo? ¿Por qué Vader parecía siempre trabajar más para la rebelión que para el Emperador? ¿Por qué Obi Wan se deja matar?
Aunque coincido con David Brin: Lucas no se atreverá.
—–