En La decadencia del ingenio hablan de este libro y parece muy interesante. Reflexiona:
Otra duda que surge al respecto y que quizás no le resulte tan agradable a científicos como Ferris: si estamos en un mundo que sorprende al propio Dios, ¿podemos nosotros pretender saber algo acerca de este universo? ¿Quedaría algún espacio para las certezas, por mínimas que fueran?
Claro que, en todo caso, esto no significa que haya que renunciar a querer saber cómo es la realidad, sino que hemos de ser conscientes de que esta realidad (si es que existe tal cosa) es inasible. Aunque, en el fondo, la ciencia no es más que eso: una búsqueda eterna de respuestas que acaban siendo reemplazadas por respuestas que son mejores que las anteriores, pero que no son, por suerte, definitivas. La renuncia sería el único fracaso.
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