Que se lo cuenten a James Bond. Ahora, por muy poco dinero -apenas 4.000 dólares- puedes convertir los restos cremados de tus seres queridos en diamantes. El invento es de una compañía llamada LifeGem.
El diamante en cuestión te sirve como recordatorio, y siempre será mejor que ir corriendo con las cenizas por ahí. Por ejemplo, le puedes regalar a tu novia un bonito anillo de diamantes fabricados con los restos de tu madre.
Se me ocurren cosas más macabras, pero muy pocas, la verdad.