He descubierto que Javier Cantero es un gran neologista. Lo que yo antes de ayer llamaba ego surf él lo ha bautizado como egoogling, un nombre mucho más apropiado y que estoy seguro quedará genial en la portada de algún bestseller sobre Internet.
Abundando en el asunto. Descubrí un comentario suyo anterior en el que aparte de discutir varios aspecto de la egolatría de las bitácoras, definía una utilísima unidad para medir estar cosas: la egoría. Y yo me pregunto, ¿será la egoría un potencial? ¿Habrá cosas que emiten un campo ególatra y que por tanto producen egorías simplemente por tu posición con respecto a ellas? ¿Cuánto más me alejo de esta bitácora, menor fuerza tiene el campo y por tanto se reduce el número de egorías? ¿Depende mi valor de egorías de mi posición en el campo o hay varios caminos diferentes que me harían perder o ganar egorías acabando en el mismo punto?
Grandes cuestiones.
No dudo, por otra parte, que mantener un blog sea una muestra de egolatría. Pero, ¿qué no lo es? Eso sí, Javier se cuida de advertirnos que el anonimato es muy bonito, y que si nos damos a conocer en exceso pronto recibiremos continuos correos de nuestras fans, contándote lo guapo, maravilloso y estupendo que eres. Sí, el infierno.
Por cierto, el inicio de esta bitácora coincidió casi perfectamente con mis primeras sesiones de gimnasio. Ya ven, ganando egorías tanto por fuera como por dentro.