Sewer, Gas & Electric de Matt Ruff

Alcantarillado, Gas y Electricidad; la trilogía de Obras Públicas. Y no es broma. Así se llama.

Supuestamente debería empezar por describir el argumento, pero ¿por donde empezar?. Por el año, supongo: 2023. Y el lugar: América. Y los personajes: Un ecopirata negro, superviviente a una pandemia que acabó con casi todos los seres humanos de origen africano, que tiene un submarino a topos rosas. La ex-esposa de un millonario que se alista en un cuerpo especial de limpieza de alcantarillas y acaba luchando con un tiburón blanco mutante (llamado Meisterbrau) bajo Manhattan. Una veterana manca de la guerra de secesión norteamericana de 181 años. El millonario ex-esposo de la intrépida luchadora subterránea que fabrica androides en serie y rascacielos absurdamente grandes. Un cocodrilo albino (Alligator Manhatoe). Un zumbado excombatiente de una guerra africana obsesionado por la desaparición de los libros eróticos de las bibliotecas públicas. Unos cuantos Boy-scouts urbanos (contador geiger y analizador de residuos químicos en mano). Un submarino tripulado por mujeres (Fabricado en España). El busto parlante holográfico de Ayn Rand, una escritora ultra-reaccionaria. Varios contables y ejecutivos. Una rebelión de autómatas. J. Edgard Hoover. Los cámaras de la CNN.

Y Walt Disney.

La trama en sí: una conspiración con el asesinato de varias personas influyentes. Un marcador público con un número que nadie sabe que significa. Un par de inteligencias artificiales. El averiguar el origen de la anteriormente mencionada pandemia global. La lucha a muerte contra criaturas mutantes -incluyendo ardillas de tres cabezas. Unas cuantas persecuciones alocadas. Y junto a todo eso, unas cuantas bromas a costa del escritor Thomas Pynchon (especialmente con su libro V) y a costa también del libro Atlas Shruged de la mencionada anteriormente Rand, a quien la novela homenajea/parodia constantemente en detalles como el del piratamoderno o en las descripciones de los hombres de negocios.

Uno de los mejores libros que he leído en mucho tiempo. Una brillante combinación de ciencia ficción, drama, documental y trivialidades históricas que hacen que las conspiraciones de Expediente X parezcan juegos de salón entre abuelas. Todo narrado con un sentido del humor magistral, provocando la risa con situaciones completamente disparatadas que sin embargo tienen sentido dentro de la novela -como el formidable Inuit llamado «Veintinueve Palabras para Nieve» y su aterradora arma de artes marciales (un pez de plástico) o el plan secreto de Howard Hugues de provocar una plaga de canguros en Estados Unidos para vengarse de los de Hacienda. A medio camino entre lo completamente serio, lo absurdo, lo irónico y lo «real como la vida misma», esta novela es un ejercicio de inventiva, narración y humor con cierta mala hostia que la convierten en algo imprescindible. Los homenajes son impagables: Star Wars (como metáfora marxista de la lucha de clases), Alien (pero con el susodicho tiburón), Charles Dickens (por Little Nell), Kevin Smith (por Clerks) y Neal Stephenson (por Snow Crash) dandose la mano. Y todo lo demás que uno pueda pensar que debería estar en una novela de culto como esta. Brillante. Y no soy solo yo quien lo dice. Me remito al comentario de Thomas Pynchon en la portada: «A post-millennial spectacular – Dizzyingly readable».

Categoría: Reseñas

Xavier Riesco Riquelme

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