Estadísticas

Hace un tiempo que no miraba las estadísticas. Muchos trabajo y esas cosas. En cualquier caso, las estadísticas de mayo son muy positivas: un total de 35.513 visitas durante el mes. Eso sí, he recordado de pronto (juro que lo había olvidado) que a este sitio se puede acceder también por la dirección pjorge.net. Mirando sus estadísticas, he comprobado que recibió 6.001 visitas en mayo, lo que sumado a la anterior hacen un total de más de 40.000. No está mal.

Supongo que la mayor parte de estas visitas serán de robots y similares. Al menos una cuarta parte o incluso un tercio. En cualquier caso, en junio se produjo un fenómeno curioso: se batió el récord de 2.000 visitas en un día. En concreto, el día 5 con 2.095 visitas. ¿Qué pasó? Muy simple, fernand0 me enlazó desde Barrapunto. Para que luego digan que Barrapunto no tiene influencia.

<

p class=»media»>[Estoy escuchando: Seven Nation Army de The White Stripes en el disco Elephant (03:51)]

The Lord of the Piercing

Dos parodias, Jack Black Spiderman y Lord of the Piercing. Divertidísimas. Y sale Buffy 🙂

Ante las nuevas tecnologías

David Fernández describe las distintas fases de su aproximación a una tecnología nueva:

1ª Fase: Terror. «¡Dios, esto es complicadisimo! ¡Soy incapaz de hacer nada con esto! ¡Además no me funciona nada! Paso, lo dejo, que le den …»

2ª Fase: Me acerco «ma non tropo» (unos dias después). «…Igual si cambio esto… uhmmm, parece que falla «correctamente», algo ha cambiado… un error distinto…»

3ª Fase: ¡Funciona! (Euforia desatada) «Tengo una idea… y si modifico… y si pongo aquí… uhmmm leí mal la documentación esto era así y… (silencio mortal, dedo índice flota sobre la tecla enter)… ¡FUNCIONAAAAA! ¡PUUUULOOOOOO!»

4ª Fase: Trivial (y se lo cuento a mis amigos) «¡Pero si es una tecnología trivial! ¡Y además muy facilita y comoda! ¿Tu no haces el cafe con ella ? Seguro que esos adaptadores y esos proxys que abstraen el modelo de cafetera e independizan su localización, desacoplandola del agua del grifo, mejoran mucho tu vida… «

Lo confieso, reacciono casi exactamente igual. La única diferencia en que en algún momento de la fase 1 y 2 me pregunto «¿Encontraré por internet algún tutorial de diez minutos sobre esta cosa?».

Don’t Blog

Demasiado divertido, y en realidad demasiado serio para dejarlo pasar. Noticias desde el futuro de las bitácoras, cuando llevar una sea más arriesgado que hoy: Don’t Blog (vía eCuaderno):

Microsoft gains 87% share of Enterprise Blogging Market. What happens if Microsoft provides fear, uncertainty, and doubt long enough to damage competitors? What if it sells well enough to swallow up entire blogging budgets? What if it executes so poorly that users never buy-in and management writes off the whole blogging thing? Not like this has happened before.

En realidad, algunas de las noticias que pone podrían parecer exageradas. Sin embargo, que me dicen de esta otra, aparentemente real: Why Europe still doesn’t get the Internet:

The all-but-final proposal draft says that Internet news organizations, individual Web sites, moderated mailing lists and even Web logs (or «blogs»), must offer a «right of reply» to those who have been criticized by a person or organization.

With clinical precision, the council’s bureaucracy had decided exactly what would be required. Some excerpts from its proposal:

? «The reply should be made publicly available in a prominent place for a period of time (that) is at least equal to the period of time during which the contested information was publicly available, but, in any case, no less than for 24 hours.»

? Hyperlinking to a reply is acceptable. «It may be considered sufficient to publish (the reply) or make available a link to it» from the spot of the original mention.

? «So long as the contested information is available online, the reply should be attached to it, for example through a clearly visible link.»

? Long replies are fine. «There should be flexibility regarding the length of the reply, since there are (fewer) capacity limits for content than (there are) in off-line media.»

¿Afectará a la forma en que creamos sitios web en Europa imponiendo una autocensura que impedirá el desarrollo democrático? ¿O seguiremos como hasta ahora?

Según cuenta este artículo, el pequeño reino de Bután ha sido la última nación de la Tierra en permitir la televisión. Poco después, ha tenido que enfrentarse a las primeras olas de crímenes del país y a cambios sociales devastadores. ¿Casualidad?

The marijuana that flourishes like a weed in every Bhutanese hedgerow was only ever used to feed pigs before the advent of TV, but police have arrested hundreds for smoking it in recent years. Six employees of the Bank of Bhutan have been sentenced for siphoning off 2.4m ngultrums (£40,000). Six weeks before we arrived, 18 people were jailed after a gang of drunken boys broke into houses to steal foreign currency and a 21-inch television set. During the holy Bishwa Karma Puja celebrations, a man was stabbed in the stomach in a fight over alcohol. A middle-class Thimphu boy is serving a sentence after putting on a bandanna and shooting up the ceiling of a local bar with his dad’s new gun. Police can barely control the fights at the new hip-hop night on Saturdays.

While the government delays, an independent group of Bhutanese academics has carried out its own impact study and found that cable television has caused «dramatic changes» to society, being responsible for increasing crime, corruption, an uncontrolled desire for western products, and changing attitudes to love and relationships. Dorji Penjore, one of the researchers involved in the study, says: «Even my children are changing. They are fighting in the playground, imitating techniques they see on World Wrestling Federation. Some have already been injured, as they do not understand that what they see is not real. When I was growing up, WWF meant World Wide Fund for Nature.»

El artículo termina comentando:

Everyone is as yet too polite to say it, but, like all of us, the Dragon King underestimated the power of TV, perceiving it as a benign and controllable force, allowing it free rein, believing that his kingdom’s culture was strong enough to resist its messages. But television is a portal, and in Bhutan it is systematically replacing one culture with another, skewing the notion of Gross National Happiness, persuading a nation of novice Buddhist consumers to become preoccupied with themselves, rather than searching for their self.

¿Hemos infravalorado el impacto de la televisión? ¿Estamos tan acostumbrada a ella en occidente que no notamos cómo ha alterado nuestras vidas? ¿Exageran los periodistas?

(vía the null device)

Fama de verdad, al fin

Al fin he alcanzado la fama de verdad. JJ y Algernon han unido fuerzas para parodiar a bitacoreros. Y como primera víctima persona me han elegido a mí; a mí mismo conmigo mismo. Qué ilusión. Y además, es tremandamente divertida.

Esto es fama y lo demás son cuentos.

—–

Madrid

Ando en Barajas, con mi portátil y mi conexión GPRS. Chateando un poco y actualizando esta página. Leer me resulta muy difícil, porque ando bastante cansado. En cualquier caso, he comprado Mad y The Economist :-).

—–

Lanzarote

Estoy en el aeropuerto de Lanzarote de camino a Madrid para luego volver a Santiago. Todo empezó el miércoles, cuando me vine aquí a ver a la familia en plan kamikaze, dejándome caer desde el cielo. He trabajado un poco, pero relajado. Tanto me he relajado, que ni siquiera he actualizado esta bitácora. Un punto curioso y positivo es que he conseguido configurar el portátil para conectarse a internet usando el móvil. Por tanto, esto es exclusivo y genuino moblogging. Va más rápido que el modem analógico.

—–

Terraza

El Hostal de los Reyes Católicos ha abierto su terraza. Los domingos por la mañana, un buen día para eso, puedes ir a tomarte un café y unas tapas disfrutando del sol, si lo hay, y de una bonita vista, tanto por detrás del edificio:

como por delante:

—–

Graffiti

La verdad, éste no lo había visto nunca. La gente hace cosas muy raras, la verdad.

—–

Si el tipo de Memento…

Joi Ito ha dejado un críptico mensaje en su bitácora que dice así (lo voy a traducir, que es cortito y saldrá barato): «Y si el tipo de Memento hubiese tenido una bitácora…». A lo que yo respondí que la tenía: en su propia piel. Y que encima la usaba para engañarse a sí mismo. ¿No era ése el fundamento final de la película?

Lo divertido es que Seyed Razavi ha declarado:

Alrighty, don’t worry I’m on it:

TattooShares – buy and sell shares in people’s tattos.

La gracia está, claro, en que Seyed Razavi es el creador de Blogshares.

—–

Más bitácoras

Más bitácoras nuevas o que he encontrado recientemente:

ruben.abad inaugura su bitácora en inglés
Quercus empieza su andadura
Bitácora de CiTOR.com
Martín Pérez de cambia a las nuevas bitácoras de JavaHispano
Pensamientos radicalmente eclécticos

¿Por qué?

«¿Por qué?», que dos palabras tan maravillosamente poderosas acompañadas de su entonación inquisitiva. En el momento justo, puedes detener en seco las discusiones más acaloradas, derribar las defensas más absoluta y callar la boca a cualquiera. Se le ponen a uno los pelos de gallina de pensar en tanto poder.

Pero el poder implica responsabilidad, y por tanto, «¿por qué?» es una pregunta a plantear con cuidado, en el momento adecuado, porque corres el peligro de que se vuelva contra ti mismo. Muchos «¿por qué?» uno tras otro y podrías quedar paralizado por la incertidumbre más absoluta sin hacer nada (por favor, no me pregunten por qué es mejor hacer algo que no hacer nada). Por eso, hay más de una actividad humana que se beneficia de no preguntarse demasiado por su razón de ser.

Las bitácoras, por ejemplo. Dice hoy Orihuela:

Creo que la reflexión acerca de lo que sean los blogs es parte de la naturaleza del bloguer. Es más, creo que blogueamos, entre otras razones, para averiguar por qúé lo hacemos.

Yo espero que no sea así. De hecho, espero que ese tipo de preguntas queden relegadas, por el proceso natural de crecimiento del número de bitácoras, al conjunto de personas realmente interesadas en ellas. Yo celebro siempre el encuentro de una bitácora de cuarta generación (una asignación arbitraria, no sé cuántas generaciones ha habido) a las que no preocupa la naturaleza del medio sino que lo usa todos los días para contar cosas interesantes que no tengan nada que ver con las bitácoras y especialmente sin cuestionarse por qué lo hace.

[Estoy escuchando: Novocaine For The Soul de Eels en el disco Beautiful Freak (03:08)]

Estoy saliendo por la tele

Pues eso, que estoy saliendo por la tele ahora mismo. Qué sensación tan extraña: podría comentar lo que voy diciendo si soportase oír mi voz. Un amigo me ha enviado un mensaje para decirme que salgo guapo y todo. Es un alivio.

¿Cómo me entero yo de todos los detalles sórdidos de la telebasura en España? Pues no es viendo la televisión, porque casi no la veo.

(Y no porque no me guste. Soy un apasionado de las series de televisión -que me parece el género televisivo real- y he visto algunas que no creeríais. Por suerte, el vídeo y el DVD me permiten disociar ese gusto de las veleidades temporales de las televisiones. Por lo demás, me encantan los canales temáticos.)

No, me entero de esos detalles sórdidos por los periódicos, especialmente por medio de ese bastión de la cultura, defensor de los intelectuales y martillo de telebasureros que es El País. Hoy mismo, entre suplemento y periódico, me he encontrado con no menos de tres opiniones sobre la telebasura. ¿No es un poquillo excesivo? Para denunciar, ¿no basta con recordarnos los males de la programación televisiva actual una vez al mes para que no caigamos en la tentación? Pues no, los periódicos dedican látigos y látigos de tinta a flagelar a los seguidores de esos programas, y para demostrar la profundidad de la ignominia de esos productos resumen con deleite y fruición todos los detalles escabrosos de dichos programas mientras fingen condenarlos, de tal suerte que alguien como yo, que no ha visto ni un solo episodio de, por ejemplo, Hotel Glam no puede evitar enterarse de quiénes habitan tan peculiar establecimiento y conocer sus andanzas.

La situación hasta hoy me parecía extraña y paradójica. ¿A qué dedicar tanto tiempo a publicitar lo que estás denunciando? ¿No sería mejor, digo yo, hablar de otras cosas que pudiesen considerarse alternativas? Si los intelectuales tienen mejor gusto que nosotros los mortales, ¿no deberían demostrarlo guiándonos hacia productos mejores (esto último es coña)? Digo hasta hoy, porque precisamente hoy, gracias a «Apogeo de la vulgaridad» de Vicente Verdú he comprendido al fin: a los intelectuales les gusta y no saben cómo justificarlo. Incluso algunos, como el caso de Verdú, necesitan de la telebasura para poder escribir, hacer sociología de salón y llamar la atención. Si escribiese de cosas serias, si ofreciese argumentos, razonamientos o propuestas, ¿alguien le haría caso? Deben creer que no.

Por tanto, en lugar de aplicar su inteligencia -que le supongo- a elucidar la cuestión, a deleitar con su forma de escribir, a clarificar, definir o explicar, prefiere la mixtura, el batiburrillo, la confusión. De esa forma, a lo largo de dos páginas enteras de periódico -eso sí, profusamente ilustradas- consigue enhebrar Hotel Glam, Mortadelo y Filemón, la guerra de Irak, los Morancos, la extensión de la cultura americana por el mundo, la infantilización de la sociedad, las aventuras de Dinio y qué se yo cuántas cosas más en un discurso sin sentido, lleno de saltos de lógica, donde lo que cuenta es la secuencia de presentación de los fenómenos y no si éstos tienen alguna relación entre sí, se explican mutuamente, se complementan o se rehuyen. Da igual, lo que importa es la sociología barata, la denuncia por la denuncia pura, sin más armazón detrás que huero ejercicio intelectual de encadenar hechos aislados para que parezcan ser todos productos de una misma serie de circunstancias y sin jamás molestarse en contrastar el modelo resultante con la realidad.

Qué contraste cuando uno lee el artículo de un estudioso de verdad, de alguien sinceramente preocupado de estudiar, explicar, analizar, defender o rechazar con lógica y con verdadera comprensión, aunque se equivoque. Ayer mismo El País me ofertó un ejemplo (cómo me gusta ese diario): «Literatura y producto editorial» de Juan Goytisolo (sí, al final encontré el periódico de ayer; estaba detrás del sofá.). Se trata de otra denuncia de dos páginas, en este caso del mercado de los libros. Recurriendo a diversas citas de Azaña, denuncia la aparición de tantos títulos de actualidad que se publican única y exclusivamente para ganar dinero y vender ejemplares a costa de otros libros de genuino valor literario que podrían perdurar en el tiempo.

Lo interesante es que no estoy en nada de acuerdo con sus conclusiones. Me parece maravilloso el ejercicio de distinguir entre clásicos perdurables y obras de consumo, pero me parece eso, un ejercicio sin mayor interés. Simplemente, porque no creo que nadie sea capaz de ejecutarlo, o simplemente que exista un criterio objetivo para decir que una obra literaria sí tiene valor y otra no. Al final, estamos hablando de cuestiones de gusto y de quién puede defenderlos mejor. El único criterio que pueda seriamente considerarse, el de la perduración en el tiempo, es claramente tautológico: eres un clásico porque has perdurado en el tiempo y has perdurado en el tiempo porque eres un clásico. Lo que es basura para unos es, simplemente, obra maestra para otros. Por ejemplo, en esta información (vía Boing Boing) varios personajes importantes británicos escogen los peores libros que han leído. Se menciona algunos como El Ulises de Joyce, En busca del tiempo perdido de Proust o todos los libros de Harry Potter escritos por J. K. Rowling.

Pero eso es lo de menos. Lo importante es que el artículo me encantó, no por sus conclusiones, sino por su desarrollo. Puede que yo lo crea equivocado, pero Goytisolo razona con pasión y cariño, defendiendo su postura con argumentos y razonamiento, intentando ante todo comprender y hacer comprender. Y es más, lo realmente importante, me dejó con unas ganas terribles de leer a Azaña. ¿No es ésa al final la labor principal de un intelectual, transmitirte su pasión por esas cosas?

Por el contrario, el de Vicente Verdú me dejó unas ganas terribles de no volver a leer nada más de Vicente Verdú.

El País y mi tarjeta

Andaba yo por el sitio de El País intentando encontrar el título de un artículo que publicaron ayer. Como incluso esa información parece que es de pago (aunque di dinero a cambio del periódico y al menos ese detalle podrían tener), acabé inevitablemente en la página de suscripción. Allí me encontré con un texto que aseguraba que si usaba mi tarjeta American Express para suscribirme tendría grandes ventajas. Como me gustan las ofertas por naturaleza y tengo una tarjeta de ésas pues pinché, porque nunca se sabe, incluso podría compensarme. Lo que no esperaba era encontrarme con una página donde lejos de indicarse cualquier posible ventaja se me invitaba a introducir el número de mi tarjeta para decirme qué maravillosa oferta me ofrecían.

Señores de El País, ¿son ustedes tontos? No se enfanden, sé que no. Sin embargo, comprendan mi frustración: ¿por qué siguen ustedes sin entenderlo?

—–

Rafael Marín

Rafael Marín, autor de Mundo de dioses y Lágrimas de luz, tiene bitácora: Crisei (los fans reconocerán el nombre). Y el hombre empieza fuerte: dos espléndidos comentarios, uno sobre James Bond y el otro sobre cómics.

<

p class=»media»>[Estoy escuchando: Spunky de Eels en el disco Beautiful Freak (03:11)]

Big Brother and the next 50 years

Breve pero intensa entrevista con Bruce Sterling:

Okay, is there any hope of maintaining what we used to think of as a practical sphere of privacy?
I don’t really accept that formulation. Privacy under what circumstance? Privacy at home under what circumstances? You have more privacy if everyone’s illiterate, but you wouldn’t really call that privacy. That’s ignorance. The level of ignorance is declining, and the ability to accumulate data and manipulate it for various ends is increasing.

Hay gente que definitivamente es mejor ensayista que novelista.

[Estoy escuchando: My Beloved Monster de Eels en el disco Beautiful Freak (02:13)]

Buffy, séptima temporada

Por el momento, no tengo nada que decir sobre ella. En realidad, tengo varias cosas que decir, pero todavía no he podido ponerlas en orden. En general me ha gustado, con reparos y con algunos episodios realmente extraordinarios. Pero me han indicado que varias personas querrían hablar de ella, y por eso pongo esta entrada. Venga, a comentar.

Me muero de envidia

Soy un hombre envidioso, lo confieso. No envidio cualquier cosa, sólo las importantes. Víctor Ruíz acaba de conseguir (a esta misma hora) que Joi Ito escriba una entrada sobre él. ¡Qué tío! Por suerte, son dos personas a las que admiro (¿tendría sentido la envidia si no?)

[Estoy escuchando: If You’re Feeling Sinister de Belle and Sebastian en el disco If You’re Feeling Sinister (05:21)]

1 228 229 230 264

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies