No todo lo posible acaba existiendo

Muchas veces tratamos la tecnología como algo inevitable, como si la posibilidad de hacer algo implicase que va a hacerse (e, incluso, que debe hacerse), olvidando que hay muchos factores que pueden hacer que una vía posible no llegue nunca a ser real.

Charlie Stross comenta un caso evidente en Why we’re not going to see sub-orbital airliners

And this is my classic worked example of roads not taken. Just because something is technologically possible, it does not follow that it will inevitably happen. Someone has to want it enough to pay for it—and it will be competing with other, possibly more attractive options.

Segundo episodio de nuestro podcast todavía en potencia, así puesto en plan regalo de Reyes. A disfrutarlo.

Resumen: seguimos hablando…

El primer episodio. Y si quieren saber cuándo vamos a hacer las cosas en serio, estamos en @GuionAusente.

Y las notas al episodio, ya saben…

Workflow

Workflow | Powerful automation made simple.

Workflows connect apps and actions together to automate things you do on your device. To build a workflow, just drag and drop.

Si tienes un dispositivo iOS y te gusta jugar a programar, te va a encantar.

Over Your Cities Grass Will Grow

Over Your Cities Grass Will Grow (2010) – The Altar of a Mad God | Ruthless Culture

In 1992, Anselm Kiefer took over a disused silk factory in the departement of Barjac in Southern France.  Over a period of nearly ten years, Kiefer transformed the industrial ruins first into a gigantic studio space and then into a living and breathing work of art in its own right.  An immense installation known as a Gesamtkunstwerk.  This installation comprises an underground maze, an amphitheatre, vast paintings and a series of towers.  The Gesamtkunstwerk fuses the logos of industrialisation with the mythos of Biblical and Jewish imagery to create what can be interpreted as a commentary upon the Holocaust.  However, anything as crude as an interpretation sits uncomfortably on the images that Fiennes provides us with, particularly in the hauntingly scored and exquisitely shot wordless walking tour sequences that bookend the film.  These are not images that are supposed to make sense to us, they are simply there.  The act of interpretation is a vulgar after-thought.  An unwanted interloper.  A pathetic scrabbling for truth against the sheer scale and weirdness of Kiefer’s vision.  A scale so pulverisingly huge that it may as well take in the entire universe.

Ahora quiero ver este documental.

Tecnologías que nunca llegan

6 Technologies That Have Always Been “Just Two Years Away”

Today we’re looking at promises for the near-future that haven’t quite arrived yet. We want so desperately to believe that they’re just over the horizon! But we really wish that the horizon would stop moving on us.

Es el triste destino de los sueños de ciencia ficción. La fantasía tiene el defecto de no ser real.

El orden de entrada en 2015, país por país

Y se acaba el año, una vez más. Se extingue 2014, amanece 2015, los caricaturistas de todo el mundo hacen la misma maldita viñeta con el año que finaliza representado por un anciano y el año que comienza personificado en un bebé, repasamos los propósitos que hicimos al iniciarse 2014 y comprobamos como hemos incumplido todos ellos, y lo que es peor, que ya por la segunda semana de febrero sabíamos que iba a ser así. Llega 2015, decíamos. Pero, obviamente, no llega a todos los lugares al mismo tiempo. De hecho hay países en los que celebrarán la entrada en 2015 mientras en otros puntos de la Tierra aún es 30 de diciembre. Y fieles a la tradición de cada año y a nuestra vocación de servicio público, y dado que ha habido cambios relevantes respecto a la situación del año pasado, vamos a repasar el orden de entrada en 2015, país por país.

2015 y cambios

Todos los principios de año sin momentos cómodos para programar cambios, para dar cierres convenientes y abrir nuevas puertas.

En mi caso, el azar ha querido que las circuntacias cuadren: hace unos días firmé la disolución de mi empresa. Fue un período importante e interesante de mi vida que además me permitió ganar mucha y necesaria experiencia (por lo que me veo en el deber de dar las gracias a todos los que tuvieron relación en mayor o menor medida con Sináptika). Pero son 4 años que acaban de terminar.

Por tanto, empiezo 2015 haciendo lo mismo que antes, programando para iOS, pero ahora como freelance, con un montón de nuevos proyectos en la cabeza. Es, como siempre, una vuelta más de la vida.

Si no fuese así, se volvería aburrida.

Por lo demás, un dichoso 2015 para todos.

Pues Alex Vega y yo nos pusimos a pensar en hacer un podcast. Por el momento las cosas van despacio, así que nos faltan mucho detalles de infraestructura y demás. Pero eso no significa que no podamos compartir, un día como hoy, lo que llevamos hecho. El podcast –Guión Ausente– no existe todavía, así que no hay forma de suscribirse ni nada, pero aquí está nuestro primer episodio, en plan pequeño regalo de Navidad:

Unas gracias muy especiales a Máximo Gavete, que generosamente nos hizo el logotipo sin saber nada del proyecto y sin haber escuchado ni un sólo episodio. No sólo es un gran diseñador, también es un valiente.

Y si quieres saber cuándo empezaremos de verdad, pues @GuionAusente.

Las notas del episodio:

Alex y pjorge hablan de cosas.

Mejor lees el libro

A Hollywood no le gusta nada la realidad. Por buena que sea la historia real, Hollywood prefiere enterrarla bajo una gruesa capa de lo que considera “narrativa” para crear una “buena historia”. Por desgracia, esa “buena historia” suele ser una pila de clichés de tal calibre que ahoga todo lo que pueda haber quedado debajo.

Parece que ha sucedido una vez más con la fascinante historia de Alan Turing:

Because, on the whole The Imitation Game isn’t just bland mediocrity, it’s actually lousy. Its agonisingly shallow, de-historical depiction of Turing as psychological agent never stops being annoying; its embalmed visuals make WWII England look like a diorama rather than a living place; its editing is actively shoddy, mashing frames together without caring in the slightest if they flow or if the performances within them feel continuous. It’s not just awards-bait filmmaking at its most trivially prestigious, but at its most stylistically flat as well. It’s not entirely without value, but not remotely enough to bother with it as a whole.

Elysium, de Neill Blomkamp

No sé si una película puede ser más estúpida que esta Elysium que usa “los súper ricos viven en un lugar muy alejado de los pobres” como metáfora de “los súper ricos viven en un lugar muy alejado de los pobres”. Sería como decir “los dientes de tu boca son tan blancos como lo dientes de tu boca”. Es un fallo metafórico tan fundamental que no comprendo cómo no cortocircuitó el cerebro del guionista.

Por lo demás, Neill Blomkamp se ha limitado a hacer otra vez Distrito 9: hombre blanco centrado en sí mismo que sufre un percance y descubre entonces que hay dolor y miseria en el mundo, detalle que hasta ese momento se le había escapado por completo, y que tras lanzarse en busca de una solución a su problema acaba resolviendo el de los pobres. Y claro, un problema social no puede resolverse con métodos sociales y políticos –que los pobres que hablan otras lenguas no saben de esas cosas– y deben siempre solucionarse con exoesqueletos, peleas a puñetazos y muchas explosiones. Sin olvidar, de rigor, el sacrifico final del salvador. Vamos, una de esas películas que finge tratar un tema serio e importante.

Es decir, la basura habitual peor de lo habitual.

A veces veo dragones

Prosopometamorphopsia: The Woman Who Saw Dragons cuenta la llamativa historia de una mujer de 52 años que veía las caras de las personas convertirse en caras de dragones. En plan, la cara se vuelve:

Black, grew long, pointy ears and a protruding snout, and displayed a reptiloid skin and huge eyes in bright yellow, green, blue, or red.

Una cosa que siempre le digo a mi hija es que todo eso que el cerebro humano hace y parece tan simple es en realidad tremendamente complicado.

El Papillón de Galicia

para Eva Jorge

Unos pocos cronistas afirman que en el sepulcro de la Catedral yace en realidad un perro. También hay quien dice, tirando hacia la patria, que desde su torre más alta el ojo de una vaca observa atentamente la ciudad. Fabulaciones aparte, sí es totalmente cierto que en las afueras de Santiago de Compostela habita el temible Papillón de Galicia.

Capturado mucho tiempo atrás en el sudeste de África, trasladado a una tierra lejana, ahora contempla con ojos feroces a los fascinados visitantes que se atreven a contemplarlo a él.

La desmesurada envergadura de sus alas y la desproporcionada longitud de su cuerpo exigen un recinto adecuadamente descomunal, una jaula palaciega capaz de contener su delicada fuerza, la resistente fragilidad de sus formas. Un edificio singular para una bestia que lo es todavía más.

El Papillón invierte sus horas en ignotas e inaprensibles reflexiones de mariposa. ¿En qué piensa? ¿En aquella época feliz en la que volaba sobre las secretas regiones africanas? ¿Piensa quizá en devorar a los visitantes? Sólo podemos elucubrar porque su mente nos estará siempre vedada.

Pero debemos, sin embargo, destacar un ritual secreto que se produce aproximadamente una vez al año, aunque nunca en un momento preciso. El Papillón agita lentamente sus alas irisadas que reflejan en ese instante una luz especial, ejerciendo con ellas una alquimia lejana sobre los rayos del sol o la luna.

Pocos han tenido la suerte de contemplar un espectáculo al que las cámaras no hacen justicia. El silencio total, el movimiento gradual de las alas, la luz cambiante conforman una experiencia singular que muy pocos se atreven a describir, un raro momento de perfección, de sincronía entre el mundo y la mente. Los pocos valientes se limitan a señalar ese momento como el más hermosa de sus vidas.

Un único cronista, un tímido estudioso al que nadie hace caso, no ceja en repetir que ese rito secreto, lejos de un reflejo animal, es, ante todo, una ofrenda.

Esa canción de Paranoia Agent

Paranoia Agent es un anime maravilloso de ese genio que fue Satoshi Kon. Y entre todas sus virtudes, cuenta también con una estupenda sintonía.

Así, suena al comienzo de cada episodio.

Y luego está la versión larga, que a mi hija le rechifla hasta el grado de tener que ponérsele en el coche cuando volvemos del cole. Tanto le gusta, que está convencida de que la serie tiene que ser maravillosa (que lo es) y está deseando verla. Yo le digo que para eso va a tener que esperar un poco.

La versión larga es:

Ulobit homenajea a John Cage

Hablando de 4’3» de John Cage, hay dos aspectos que me resultan especialmente llamativos de la obra.

En primer lugar, no se trata de 4 minutos y 33 segundos de silencio, porque evidentemente el mundo no se apaga. Lo que hay son 4 minutos y 33 segundos en el que un instrumento no toca, lo que deja en evidencia el sonido que nos rodea habitualmente y, curiosamente, provoca cierta tensión en el espectador.

El segundo detalle es que si bien la obra omite el sonido del instrumento, no por ellos elimina el ritual. Es decir, el músico se comporta como músico, va pasando las páginas y en general va haciendo todo lo que haría si tocase cualquier pieza, excepto hacer que el instrumento emita sonido. Incluso el público se comporta como público.

Esos dos aspectos quedan muy claro en esta preciosa versión del grupo Ulobit. La no emisión de sonido no anula para nada los sonidos de la plaza donde se realiza la representación. Así mismo, el músico está realizando todos los gestos de tocar cualquier otra pieza, hasta el punto incluso de darle a la zanfona electrónica. Es disociación deliberada es uno de los aspectos llamativos de la pieza.


(Gracias a Xoán-Xil)

BMO

Ya me siento que vivo en una casa en un árbol.

bmo

4′ 33″

Es mi pieza preferida de música:

Y además, ¿cómo podría no gustarme si 4 minutos y 33 segundos da 273 y -273 es la temperatura del cero absoluto?

Régine Debatty hace un repaso, en su imprescindible blog we make money not art, a libros que le han llamado la atención en 2014. Es una de esas listas anuales que me gustan porque siempre encuentro algo interesante.

Este año, me ha llamado la atención Maker Dad. Lunch Box Guitars, Antigravity Jars, and 22 Other Incredibly Cool Father-Daughter DIY Projects, de Mark Frauenfelder, sobre todo por eso de padre-hija (aunque por otra parte, me pregunto si hay un libro igual madre-hijo) del que dice:

My dad taught me how to build electronic circuits. Obviously, no dad could every be as wonderful as mine was but they can have a try by following Frauenfelder’s super clear instructions and build all kinds of drawbots, crazy jewellery, retro arcade video game and kite video camera with their kids.

Y luego: Typewriter Art: A Modern Anthology, de Barrie Tullett, que es exactamente lo que dice el título.

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Citando al editor:

This beautiful book brings together some of the best examples by typewriter artists around the world. As well as key historical work from the Bauhaus, H. N. Werkman and the concrete poets, there is art by contemporary practitioners, both typewriter artists who use the keyboard as a ‘palette’ to create artworks, and artists/typographers using the form as a compositional device. The book will appeal to graphic designers, typographers, artists and illustrators, and anyone fascinated by predigital technology.

Al final, enlaza también los libros que ha reseñado. De entre ellos, el imprescindible si te interesa un poco el arte es Ways of Looking: How to Experience Contemporary Art, de Ossian Ward.

MU

Lo más triste, es que tras tantas décadas no consigo nunca recordar si la idea era partir de MU y derivar a otra cosa, o partir de otra cosas y lograr llegar a MU.

Moscú está helado

Esplendor Geométrico, otra recomendación musical de mi amigo Xavier (que resulta que tiene Twitter, pero en mi descargo, es uno de esos tuiteres que se actualizan tan poco que es como si no estuviesen. Le tengo que mandar más libros a ver si los comenta).

Adventure Time: The Art of Ooo

Creo que se lo vi a Eduo, el espectacular, más de 500 páginas, Adventure Time: The Art of Ooo:

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Ha ido a parar directamente a mi lista de los deseos. Miren esta imagen de Marceline, por ejemplo:

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