El capitalismo es una fuente impresionante de innovación. Eso, nadie puede dudarlo. Uno de sus grandes logros consiste en permitir compaginar los diversos egoísmos individuales en una cooperación que nos beneficie a todos. En ese sentido, el capitalismo es una herramienta poderosa, y como toda herramienta, puede usarse muy mal. Hay que aprender a controlarlo. Por esa razón, no creo que la libertad absoluta económica sea positiva.

Los últimos escándalos financieros son la demostración de que cuando el capitalismo se desboca, se vuelve voraz y codicioso, las cosas van muy mal. Vale, algunos de los responsables de esos escándalos irán a la cárcel, ¿pero qué pasa con las miles de personas que lo perdieron todo?

Este editorial del IHT argumenta que ese capitalismo tan voraz es una creación nueva, una mutación patológica, en el que las empresas se transforman en instrumentos para enriquecer a los administradores de esas empresas, y a nadie más: «Their purpose seems to have been to get out in time, with a fortune acquired at the expense of stockholders and employees.».


Teléfonos móviles con cámara

Hablando de teléfonos móviles con cámara (que pronto nos inundarán en Europa aunque parece que ya son muy comunes en Japón), el IHT tiene una interesante noticia sobre cómo las compañías telefónica aspiran a que esos teléfonos practicamente les salven el negocio. Yo, que debo ser muy cínico, creo detectar en la noticia un subtexto de «hace falta ser patéticos».

Y por cierto, que los telefoninos en cuestión también tienen sus malos usos. Son cámaras, pero no lo parecen por tanto… también en IHT.


Si tuviese un hijo

Si tuviese un hijo, esto lo compraría de inmediato.

Ayer, en un rato (el libro es muy cortito y tiene la letra gorda) leí El vuelo de la inteligencia de José Antonio Marina. No me ha gustado nada. No porque el tema no sea interesante, o porque lo que diga carezca de sentido, sino única y exclusivamente por el tono. Es un libro ligerito, para leer en el metro o situación similar, que intenta convencerte de que la inteligencia es una gran cosa y aprender a usar es la mejor tarea que puede emprender un ser humano. Estoy dispuesto a admitir esa hipótesis, aunque yo no estoy tan seguro de que la inteligencia sea tan genial. Yo me paro en que somos inteligentes y no nos queda más remedio que cargar con ella.

Pero eso no me importa en realidad. Lo que me fastidia, me repito, es el tono del libro. Parece que le esté hablando a niños de ocho años. Le sale el tono de profesor que está intentando que alumnos un poco lentos comprendan lo que dice. Por desgracia, yo no soporto ese tono. He sido profesor de instituto, y ya me fastidiaba tener que usarlo en clase, y sólo lo hacía cuando era absolutamente necesario, igual que me fastidiaba tener que mentir a mis alumnos dando por seguras cosas que luego la vida ya se encargaría de desmentirles. Pero eso, por desgracia, es la educación.

Para más coña, el libro comienza con un prólogo algo ñoño y encima viene ya subrayado y con signos a los márgenes para indicar «¡redondo!», «contradictorio», «¡bingo!» o «duda». Hay que ojearlo para creerlo; la prueba de que la pedagogía se puede llevar demasiado lejos (jo, parte de la gracia de leer un libro es subrayarlo tú mismo). Todos los signos usados en el texto están convenientemente resumidos y explicados en la página 9, página que, según se mire, es la mejor del libro.

Me está gustando mucho más Crónicas de la ultramodernidad:

¿Pero qué es la ultramodernidad? Ante todo una teoría de la inteligencia. La modernidad identificó la inteligencia con la razón. La posmodernidad con la creación estética. Aquélla se movía bien en lo universal, pero olvidaba lo concreto y no sabía qué hacer con los sentimientos. Ésta se despepita por la diferencia pero no sabe cómo llegar a lo universal. Los ultramodernos creemos que el trabajo de la inteligencia es a la vez más humilde y más trascendental. Su función es dirigir el comportamiento para salir bien parados de la situación en que estamos.

Creo que voy a dejar de ser posmoderno y hacerme ultramoderno.

Y Dictamen sobre Dios me ha llevado de vuelta a un libro que leí hace un tiempo pero que podría ser interesante repasar: Universes de John Leslie. Es un libro filosófico, filosófico, duro. El autor examina las prueba de ajuste preciso de las constantes universales (y otros detalles del universo, muchos, la verdad) y, siguiendo la idea de que la probabilidad de que todo eso se ajustase por azar, llega a la conclusión de que o existe Dios (una forma corta y cómoda de llamar a un principio diseñador del universo, no necesariamente el dios personal de ninguna religión) o hay múltiples universos cada uno con leyes físicas ligeramente diferente lo que haría del nuestro simplemente uno más.

Yo no estoy seguro de la premisa. Es decir, ¿cómo se evalúa la probabilidad de que sucediese algo que efectivamente sucedió cuando no conocemos ningún caso más? ¿Cómo sabemos que la probabilidad del ajuste preciso de los parámetros del universo era tan absolutamente improbable si sólo tenemos un universo a examinar y encima ese universo muestra el ajuste presuntamente tan improbable? Pero dejando de lado esa objeción (que probablemente se deba a que no he entendido algún detalle), la lectura del libro es fascinante, aunque dura.

Curiosamente, el libro ha sido alabado por igual por teístas y ateos. Se ve que cada uno se queda con la explicación que más gracia le hace.

Tipos de hombre

Lo he encontrado en Extravagancia:

«There are 10 kinds of man. Those who know binary, and those with style.»

Genial.

Más tarde: Gracias a Microsiervos.org he descubierto que la frase es de una de las camisetas que venden en ThinkGeek, concretamente ésta (el final de la frase es diferente, pero ahora entiendo mucho mejor el chiste :-). Me la voy a comprar; seguro que quedará genial con mi traje italiano. Yo ya tengo ésta y esta.

—–

Qué bonitos

Qué bonitos los nuevos teléfonos de Nokia. Yo quiero uno.

—–

Exploración sobre Dios

He empezado a leer Dictamen sobre Dios de José Antonio Marina. Confieso que lo compré por el título. Es decir, aposté conmigo mismo a que el dictamen no sería demasiado interesante. Es decir, en asuntos divinos, las preguntas suelen ser más interesantes que las respuestas.

Curiosamente, el libro empieza con un prólogo escrito para la quinta edición donde el autor se defiende contra las críticas vertidas sobre el libro. Curiosamente, esas críticas parecen deberse sobre todo a que el autor se distancia de la religión para estudiarla. Pero él mismo admite: «me acerco a la religión como un extraterrestre que con interés y sin furia […] quiere comprender lo que sucede a los seres humanos». Me resulta interesante esta afirmación, porque resuena muy bien con mi propia posición. La religión me resulta un fenómeno distante y ligeramente asombroso.

Luego, refiriéndose a la verdad y a las demostraciones, dice:

Hay, además, proposiciones que por su especial carácter no pueden salir de un estado de verificación privada, es decir, nunca podrán adquirir el rango de verdades intersubjetivas, universales, lo que no quiere decir que sean falsedades. Por ejemplo, yo puedo equivocarme al juzgar mi amor por una persona, aunque no quiero estar en un error, por la cuenta que me trae. Pero la verdad acerca de mi amor será siempre una verdad privada. No es posible que pase a ser universalmente comprobable. Eso, que todo el mundo acepta respecto del amor humano, les resulta difícil de aceptar a las personas religiosas cuando hablar de su amor a Dios o del amor de Dios hacia ellas. Piensan que algo tan grande y poderoso no puede ser una verdad privada, sino que tiene que ser forzosamente una verdad universal.

Posteriormente, en la introducción original, declara:

No tengo temperamento religioso. […]. Amo la claridad y sospecho de lo numinoso. La proliferación de religiones me abruma, las torturadas teologías me aburren y las mezclas espiritistas, lo mismo que las espirituosas, me marean sin extasiarme.

Curiosamente, a mí me pasa exactamente lo mismo. Sólo que yo sí creo tener temperamento religioso. No quiero decir con ello que crea en Dios, de hecho soy ateo. Pero no por ello descarto la existencia de Dios. Es decir, ¿por qué debería depender mi ateismo de la existencia o no de Dios? Mi ateismo no es tanto una negación como un deseo. Simplemente, preferiría un universo sin Dios. Pero si existe, qué le vamos a hacer. Como decía Woody Allen: «Para Dios soy la leal oposición».

Pero mi ateismo militante no me impide sentir atracción hacia el Zen o la filosofía Sufí. La sensación de trascendencia e irrealidad me acompaña continuamente, por tanto, no puedo evitar sentir el tao. ¿Debería hacerme taoista? No sé. El budismo me atraía poderosamente, pero luego leí un libro sobre su historia, fascinante, y dejó de interesarme. Lo que más me gusta del Zen son los koan. Quizá si Hofstadter fundase una religión…

Empero, volvamos al libro. Su primera parte se llama «Negación de la teología», lo que debe ser una forma muy curiosa de empezar un libro sobre Dios. El argumento que parece defender en esta parte es que la religión lleva implícita la semilla de su propia disgregación. Ya sea porque al ser la religión en el fondo un asunto individual, es al final el individuo el que debe defender sus propias creencias que en ocasiones no coinciden con el conjunto.

En este apartado, plantea tres funciones para una religión: explicar, salvar y ordenar. Mostrando como el éxito de la religión acaba socavando precisamente esas funciones. En la curiosa metáfora que emplea, cada función genera: «un vástago parricida». El de la explicación sería la ciencia, el de la salvación sería:

Cualquier procedimiento físico, químico o psíquico que produzca un consuelo, una exaltación o una conciencia modificada se convierte en religioso, contribuyendo al descrédito de la religión. Un cóctel de esoterismo, astrología, pseudociencia, dietas de adelgazamiento, técnicas orientales, psicoterapias timadoras y conspiraciones de acuario se ofrecen en las baldas de las librerías, convertidas en barras de credulidad.

Y de la función de ordenación surgiría la ética:

Las religiones han producido las morales, pero, por el mismo dinamismo que desencadenaron, ahora tienen que someterse a la ética, que es una moral laica de nivel más alto.

Por el momento, el libro es extremadamente fácil de leer y muy ameno. Se trata más bien de un libro de divulgación filosófica que de un tratado original (o al menos, por el momento no lo es). El estilo es brillante y la forma de exponer la materia ?racional, pero no por ello excluyente- me resulta muy atractiva. Se ajusta muy bien a mis esquemas mentales.

Por cierto, al final de la introducción dice:

He titulado el libro, «Dictamen», y sólo a los que no conozcan el significado de la palabra les parecerá petulante.

Vaya, creo que me ha pillado.

What Evolution Is de Ernst Mayr

De la contraportada:

With rare clarity, Mayr poses the questions at the heart of evolution-What is the evidence for evolution on earth? What is the origin and role of organic diversity?-and describes in refreshingly nontechnical language how the search for answers has over the years revealed solutions to the most challenging problems posed by evolutionary theory. In a provocative final section, Mayr considers how our improved understanding of evolution has affected the viewpoints and values of modern man.

Y Scientific American dice:

What the reader gets from this giant in the field of evolutionary biology is a fine basic account of the developing understanding of evolution from ancient times to the present. Mayr presents a spirited defense of Darwinian explanations of biology as well as confronting the reductionist approach that tries to focus all evolutionary phenomena on the gene; he shows instead that evolution must consider two crucial units–the individual and populations. Mayr, professor emeritus of zoology at Harvard University, asserts that the term «evolutionary theory» should be abandoned. Evolution, he says, «is a fact so overwhelmingly established that it has become irrational to call it a theory.»

—–

De la contraportada:

In The Future of Ideas, Lawrence Lessig explains how the Internet revolution has produced a counterrevolution of devastating power and effect. The explosion of innovation we have seen in the environment of the Internet was not conjured from some new, previously unimagined technological magic; instead, it came from an ideal as old as the nation. Creativity flourished there because the Internet protected an innovation commons. The Internet?s very design built a neutral platform upon which the widest range of creators could experiment. The legal architecture surrounding it protected this free space so that culture and information?the ideas of our era?could flow freely and inspire an unprecedented breadth of expression. But this structural design is changing?both legally and technically.

This shift will destroy the opportunities for creativity and innovation that the Internet originally engendered. The cultural dinosaurs of our recent past are moving to quickly remake cyberspace so that they can better protect their interests against the future. Powerful conglomerates are swiftly using both law and technology to «tame» the Internet, transforming it from an open forum for ideas into nothing more than cable television on speed. Innovation, once again, will be directed from the top down, increasingly controlled by owners of the networks, holders of the largest patent portfolios, and, most invidiously, hoarders of copyrights.

—–

China bloquea Altavista

No contentos con bloquear Google, China ha decidido bloquear también Altavista. Informa BBC News.

—–

BBC News

informa que han recreados una proteína de dinosaurio en un tubo de ensayo. Emplearon un ordenador para predecir la secuencia de un gen y luego construyeron la proteína que codifica:

The real significance of the approach is that it answers questions about extinct animals that could never come from fossils.

Habits, behaviour and even skin and eye colour leave little trace in the fossil record.

—–

El servicio de noticias de la BBC publica un artículo sobre la prohibición de juegos en Grecia. Informa de que dos personas han sido detenidas acusadas de permitir jugar en un cibercafé a Counter-Strike. Pero lo curioso es lo siguiente.

Officials have told the BBC that even though the law bans the playing of games on PCs and consoles at home it will only be pursuing gamers who flout it in public places such as internet cafes.

Según esto, la prohibición es total, aunque sólo se perseguirá el uso público. Sin embargo:

But officials say they have no plans to ban the import of consoles or to take legal action against Microsoft’s operating system.

No me queda claro cómo se puede prohibir una actividad y no prohibir la venta de los elementos para llevar a cabo esa actividad.

Por otra parte:

The gaming community has accused the government of taking the country back to the 1970s when individuals were arrested for playing cards at home.

—–

Emergence de Steven Johnson

De la contraportada:

Emergence is what happens when an interconnected system of relatively simple elements self-organizes to form more intelligent, more adaptive higher-level behavior. It’s a bottom-up model; rather than being engineered by a general or a master planner, emergence begins at the ground level. Systems that at first glance seem vastly different — ant colonies, human brains, cities, immune systems — all turn out to follow the rules of emergence. In each of these systems, agents residing on one scale start producing behavior that lies a scale above them: ants create colonies, urbanites create neighborhoods.

—–

Libros

Compro más libros de los que leo. Pero el problema es que me gustaría comprar y leer más libros de los que compro y leo. Es decir, uno pilla por ahí información sobre algún libro que le parece curioso y le gustaría leerlo. Lo lógico, por tanto, sería apuntarlo en algún sitio y luego repasar la lista más tarde.

El problema es que yo ese tipo de listas las pierdo con facilidad, así que no tengo ninguna solución fácil. Sin embargo, al creador de Tesugen.com se le ha ocurrido una solución bien sencilla. Ya tiene una lista de libros que está leyendo y otra de libros que le gustaría leer. Pero como esa segunda lista podría crecer exponencialmente, ha decidido crear un subblog dedicado a libros que le gustaría leer:

The books sub-blog is a place to post links to books as I find ones I want to read, or when people send pointers to suggested reading on topics that I have blogged about. I love getting these recommendations. Unfortunately, the «want to read» section on my main page isn’t ideal to list them. It would grow too long. Also, I find the task of updating that list too cumbersome. Posting a blog entry is quicker.

Me parece una solución eficaz y sencilla. De todas formas, uno ya está llevando un registro de su vida. ¿Por qué no usar la bitácora también para registrar recordatorios como ésos?

Lo que no tengo tan claro es la necesidad de usar un subblog. ¿No bastaría con poner entradas en la bitácora principal?

Voy a probarlo.


Copyright

Estoy muy interesado en el copyright. Creo en el derecho de los autores a registrar sus creaciones, pero también me parece que la situación se está exagerando muchísimo. Parece que pronto el consumidor va a perder todos sus derechos: sólo se nos permitirá consumir y pagar.

Paseándome por ahí, he encontrado la bitácora Freedom to Tinker que aclara: «… is your freedom to understand, discuss, repair, and modify the technological devices you own». Es obra del informático Edward W. Felten de la Universidad de Princeton. En particular, tiene una interesante análisis sobre la distinción entre código objeto y código fuente.

Cory Doctorow en Boing Boing comenta que la historia corta de ciencia ficción «Melancholy Elephants» de Spider Robinson es:

a hell of a story about the possibility that we will run out of works that are not in copyright, a kind of proto-parable about the demise of the commons brought on by the infinite extension of copyright.

—–

Unión de Cibercafé

Pues nada, ayer le tocó a Enoch Root y hoy le toca a los griegos. Acabo de encontrar la página de la Unión de Cibercafé en Grecia. En la página disponen de un texto que explica su vísión de la situación:

Meanwhile, Internet café owners are arrested and fined for allowing Counter-Strike, Age of Empires, or Chess on Yahoo! all over Greece for the past week. The Greek Internet Café Union responds by suing public services, cell phone users, gamers that play in their own house. The whole thing is turning into a rather funny situation – except for Internet café owners. Although the police are not breaking into houses (still), the Greek Internet Café Union is encouraging its members to sue even each other for private use of a computer or cell phone for gaming, so that the full implications of the law can be seen even by the bureaucratic and technologically impaired members of the Government.

El periódico griego Kathimerini (en inglés) tiene también algo de información sobre el asunto (aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí). Cito un comentario:

Employees of Athens video arcades are expected to demonstrate in the capital today after yesterday?s protest by about 600 arcade employees in Thessaloniki, who demanded security for the nation?s 200,000 workers facing redundancy as a result of last week?s ban on all electronic games from establishments open to the public. The government imposed the ban as a last resort in its losing fight against the spread of illegal slot machines .

Eso sí, sigo sin tener nada claro. Es mi sino, supongo. No habrá por ahí ningún griego amable que me aclare el asunto, ¿verdad?


Acabo de descubrir que en Google ocupo el octavo puesto buscando por señales de extraterrestres en cultivos.

Todo debido a mi comentario sobre Matt Ridley y su hobby de fabricar círculos en los cultivos.

En esta vida, es fácil ser el octavo en algo.

Interpretaciones griegas

Mi mujer, que es abogada, me ha dado su interpretación de los artículos de la ley griega. En primer lugar, se plantea dudas sobre la validez de la traducción ?aunque ésta sea sustancialmente fiel al texto original en griego-, porque seguro que se han perdido matices.

Por otra parte, centrándonos en el artículo en cuestión:

1. Operation and installation of any game of type (b), (c) and (d) of Article 1, including computer games, placed in public places such as hotels, cafeterias, organization halls and in any other public or private place, is prohibited.

El «Operation and installation» daría la impresión de estar prohibiendo todo tipo de juegos, pero el «placed» introduciría el matiz relativo al que el juego debe estar instalado físicamente en ese lugar. Por tanto, bien podría entenderse que se han prohibido todos los juegos instalados del tipo que sean (hasta un tetris) pero no necesariamente se te prohíbe ir por ahí con tu GameBoy jugando, porque esa GameBoy no estaría instalada en un lugar de acceso público. De la misma forma, tampoco habría ningún problema, bajo esa interpretación, con tener una PlayStation en casa, porque ésta no sería un lugar público.

Eso sí, con característica precaución de abogado, me ha aclarado que por argumentar, todo se puede argumentar. De eso viven los abogados.

No dudo que alguien más tendrá su opinión legal sobre el asunto.


La escoba de Harry Potter

A través de The Volokh Conspiracy (un excelente blog, que trata sobre todo temas legales americanos, aunque es algo demasiado pro-bélico para mi gusto)llego hasta la escoba de Harry Potter en Amazon.com.

Las reseñas son interesantes, porque la escoba en cuestión parece tener muchos usos. Lleva baterías, lo que le permite emitir efectos de sonido y vibrar. Un sorprendido progenitor que la compró para su hija dice:

Come on—what were the creators of this toy thinking? She’ll keep playing with the Nimbus 2000, but with the batteries removed.

PS: La gracia de la noticia consiste en irse a Amazon.com y leer el resto de los comentarios. Parece que no lo dejé claro.


Mezcla de monedas

Víctor Ruiz

ha dejado un interesante comentario a mi noticia sobre el euro. Dice:

Viviendo aquí en Canarias, no les resultará extraño la cantidad de euros que pasan por nuestras manos con anverso «extranjero» (alemanas, sobre todo).

Lo que me ha recordado parte de una noticia sobre el euro aparecida en Newsweek hace un par de semana. La apunté en su momento con la intención de escribir un comentario, pero luego se me fue de la cabeza.

Parece se que un matemático alemán llamado Dietrich Stoyan ha realizado una predicción sobre la futura mezcla de monedas:

the coins will be evenly mixed across the continent -with proportions the same everywhere that corresponds to each country’s share of the 52 billion coins minted.

Parece ser que sólo se requerirán 5 años para que la mezcla alcance el 99%. Pero hay un problema:

the relatively rare coins from the Vatican and Monaco are already disappearing under collectors’ and speculators’ mattresses: «destroying [the] beautiful statistical model.»

Sic transit…


1 255 256 257 264

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies