El astronauta de Bohemia, de Jaroslav Kalfař

Una novela sobre la soledad, la caída del comunismo, la identidad nacional y la responsabilidad personal. Todo eso es El astronauta de Bohemia, de Jaroslav Kalfař, una novela llena de aventuras, reflexiones y enormes dosis de sentido del humor.

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Después del vídeo tienes la transcripción del contenido.

https://www.youtube.com/watch?v=WPtQwewa0q8&t=5s

TRANSCRIPCIÓN

El astronauta de Bohemia, de Jaroslav Kalfař. Una novela ¿espacial? sobre la caída del comunismo, los mensajes patrocinados, la culpa, la expiación, los símbolos, los peligros de la fama y la grandeza, el sentido de la historia.

¿Parece poco?

Y eso que no he mencionado a David Bowie.

La publica la editorial Tusquets.

Vamos allá.

Ante todo, voy a pedir disculpas por la pronunciación. Ya no es muy buena habitualmente, pero los nombres checos…

Jakub Procházka es un joven astrofísico al que le han hecho una oferta que no puede rechazar.

En realidad, podría haberla rechazado, pero hay circunstancias que fuerzan un poco la decisión. Lo comentaremos más tarde.

Acepta, ser el primer astronauta de su país, la república Checa, y embarcarse en una misión de varios meses para ir a recoger muestras de una misteriosa nube que ha aparecido cerca de Venus. Una nube, por cierto, gigantesca y perfectamente visible en los cielos de la Tierra.

La oferta se la hace personalmente el flamante presidente del país, un hombre de éxito, que se alzó de entre los restos del comunismo para dar esplendor a la patria.

Y justo eso es lo que quiere, que la república Checa triunfe allí donde otras naciones, que han intentado misiones similares, han fracasado. No repara en gastos e incluso compran al efecto una nave de segunda mano que bautizan como JanHus 1.

El detalle cómico es el número. Un 1. Tal cual como si esperasen una semana después fuesen a tener un dos.

En la primera página de la novela nos encontramos a Jakub dos veces. La segunda vez ya está sentado frente a los controles de su nave, instalada en un campo de tubérculos, a punto de despegar. Y así se embarca en el largo viaje por el espacio. Para vivir bastantes más peripecias de las que uno creía posible, que también son más raras de lo que uno podría haber imaginado al empezar.

Y hasta aquí puedo leer, que decían en aquel concurso de la tele. La multitud de giros de la trama es algo que cada lector hará bien en descubrir por sí mismo.

Vale, Jakub pasa por muchas peripecias. Pero también tiene mucho tiempo para reflexionar.

Mucho.

Mucho.

Mucho tiempo.

Pues verán, el amigo Jakub está siempre en escena, todo se cuenta desde su punto de vista y él pobre es totalmente incapaz de NO pensar.

La soledad del espacio libera la mente.

El astronauta de Bohemia es la primera novela de Jaroslav Kalfař, quien según la contraportada, abandonó la república Checa a los 15 años y se fue a vivir a Estados Unidos. Era por tanto lo suficientemente mayor como para recordar bien su país natal.

Y se nota mucho.

Si algo destaca de El astronauta de Bohemia es la soltura con la que maneja varios temas simultáneamente. La soledad, la responsabilidad personal, la historia y la culpa, lo que debemos o no debemos al pasado, las coyunturas históricas, el paso del comunismo al capitalismo, los símbolos y si son necesarios o no, y también a quién le está permitido convertirse en símbolo y por qué. ¿Puede nacer la verdad de lo falso? ¿Es en ocasiones la mentira la única forma de seguir adelante? ¿Cómo se construye una nación y su identidad cultural?

Son muchos temas. Y sin embargo, jamás se pisan entre sí. Todos están claros. Es más, resuenan unos con otros, y se retroalimentan y se amplifican.

En buena parte se debe a la naturaleza del personaje protagonista, sabiamente escogido, que en sí mismo contiene muchas de esas preguntas. Cuando lo encontramos por primera vez, ya nos informa de que su nombre es muy común, porque sus padres querían para él una vida sencilla al servicio del socialismo. Tras la caída del telón de acero, se negó, nos deja claro, a cambiarse el nombre.

Verán.

Su padre era un fiel funcionario del régimen comunista, que torturaba a disidentes. Lo hacía por pura convicción, para traer el paraíso a la Tierra.

Pero tras la llegada del capitalismo, el nombre de su padre (ya muerto) cayó en desgracia. El pobre Jakub acabó criándose con sus abuelos, personas más unidas a la historia y a la tierra que a un régimen concreto.

¿Por qué aceptó Jakub la misión? ¿Estaba expiando y corrigiendo la infamia de su padre? ¿O se trataba de honrar a su abuelo ya muerto? ¿Justifica cualquiera de esas cosas abandonar durante meses a su mujer? El matrimonio tenía problemas y hubiese requerido algo de atención.

Como ya he dicho, Jakub en el espacio pasa con muchas peripecias. Sus reflexiones internas son el tic tac de crisis y apariciones que podrían ser fantasiosas o reales.

Vamos. Está en la misma portada.

¿No la ven? Está ahí.

Aterradora.

No, en realidad no. No tiene nada de aterradora.

Lo mismo que pasa con los temas se repite con los tonos.

En ocasiones la novela es satírica y despiadada, como cada vez que comenta un producto y nos recuerda que patrocina la misión o cuando hace comentarios sobre Rusia. Y luego de pronto, en el espacio de un punto y seguido, se vuelve seria y reflexiva. De la misma forma, lo onírico nunca acaba de serlo del todo, siempre está la sensación de que la novela tiene los pies firmemente plantados en el suelo. Hay momentos dramáticos cuando el personaje descubre las dimensiones sociales de su mundo personal y sus circunstancias, pero también hay espacio para la aventura.

Me resulta asombroso y es muestra de un gran talento que una primera novela pueda hacer algo así. Que los tonos estén perfectamente encajados y definidos, que jamás se peleen por controlar la narración.

Incluso la primera persona está especialmente cuidada. El punto de vista es firmemente el de Jakub. Pero Jaroslav Kalfař siempre se asegura de incluir otras opiniones. Cuando el protagonista recuerda, el pasado choca ligeramente con su interpretación. Otros personajes aparecen y hablan. Y cuando eso no es posible, porque hay un personaje que debe siempre permanecer en la distancia, usa un dispositivo narrativo para asegurarse de incluir su versión.

El astronauta de Bohemia es una de esas novelas densas sin alargarse en exceso, que introduce temas sin permitir que se desboquen, con mesura y ritmo, que sabe combinarlo todo de forma que sea entretenida y apasionante, pero te haga pensar durante y después.

Todas esas reflexiones sobre la naturaleza última del personaje y la historia del país se pueden aplicar casi a cualquiera y casi a cualquier nación.

Ciertamente es una asombrosa primera novela. Hay que recurrir a muchos nombres de otros autores para intentar caracterizarla. Pero todas esas comparaciones me resultan finalmente imperfectas. Nadie más hubiese escrito la novela así.

Stanislaw Lem, que posiblemente sea una influencia, definitivamente no.

El astronauta de Bohemia es ante todo una novela de Jaroslav Kalfař.

Su primera novela.

Que te deja con ganas de leer la segunda.

Categoría: Silva

Pedro Jorge Romero

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