Robots demasiado enamorados. Formas de vida demasiado alienígenas. Jefes muertos que siguen dando la vara. Una extraña dislocación emocional y cronológica. Es «¡Universo!», de Albert Monteys.
Lo publica Astiberri Ediciones
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TRANSCRIPCIÓN
Hola. Robots demasiado enamorados. Formas de vida demasiado alienígenas. Jefes muertos que siguen dando la vara. Una extraña dislocación emocional y cronológica. Es «¡Universo!», de Albert Monteys.
Lo publica la editorial Astiberri.
Marchemos al futuro.
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Al grano. «¡Universo!», de Albert Monteys, es uno de los mejores libros de ciencia ficción en español. Ya sea cómic, novela o ensayo especulativo. Es de la mejor ciencia ficción española. Todo un triunfo del género.
Si te mola la ciencia ficción, eso es todo lo que necesitas saber. Este vídeo es así de cortito…
Ah, ¿qué quieres más? ¿Que aquí estoy para darte razones?
Uff, ¡cómo me haces trabajar! Menos mal que me caes bien.
Vale, vamos…
«¡Universo!» lo hace todo bien. Albert Monteys combina ideas espectaculares, cósmicas, grandiosas con un grafismo intenso, colorista y exuberante, un uso magistral de las viñetas para marcar el tiempo y la distorsión y, por si no fuese suficiente, lo redondea todo con una tremenda conciencia humana y un cariño especial para las clases sociales más desfavorecidas.
En este libro no hay aguerridos héroes espaciales o brillantes científicos geniales. Hay personas normales intentando navegar, como intentan siempre las personas normales, un presente, su presente, cada vez más extraño, azaroso y complicado.
La primera historia es un buen ejemplo.
Se llama “El pasado es ahora”. A Alex Wortham, el megalómano jefe de una gran corporación, se le ocurre una idea genial: consumir el 23% de los recursos de la Tierra para mandar a un empleado al inicio del tiempo, donde producirá el big bang y dedicará los primeros 13 minutos del universo a grabar la marca de la empresa en todos los quarks.
Por cierto, el jefe lleva muerto varios años, pero eso no le impide seguir mandando. Ya sabes, la cabeza muerta del mercado y esas cosas.
Lo que nuestro pobre salaryman no sabe es que la vuelta a casa con su familia implica esperar 16.000 millones de años. Y para que no se desmadre, lo han mandado con una especie de ordenador guía casi omnipotente para garantizar la aparición de la empresa. Al pobre hombre, que se rinde casi siempre a la apatía mientras el universo se despliega a su alrededor, no se le permite ni el más mínimo proyecto personal. No sea que interfiera, claro…
Pero más allá de toda la perfecta ejecución de la historia y el grafismo, el núcleo que sostiene “El pasado es ahora” es ese delicado equilibrio entre la historia sencilla de un hombre al que le gustaría volver a casa tras su jornada laboral, de 16 mil millones de años, y las enormes fuerzas del capitalismo más voraz que no le permiten ni un respiro.
Y así sucesivamente. Albert Monteys demuestra en cada historia su dominio del cómic y de los recursos pulp para sacarse de la manga historias alucinantes que tocan la famosa condición humana. El amor que queremos y el que recibimos, vivir una fantasía o entregarnos a la realidad en “La fábrica del amor”. El impresionante homenaje a Kirby en “Taurus-77” con extraterrestres que son demasiado extraños para ser mediáticos (tenemos claro lo que queremos en nuestros aliens), que acaba siendo una deliciosa vuelta de tuerca a los temas de Stanislaw Lem.
La extraña invasión de iluminados en “Lo que sabemos del planeta tierra”, que antes de su exquisitamente irónico final, todo un golpe en el mejor sentido, habla de la fertilidad y la infertilidad, de la fragilidad y la perfección.
Y acabando con ese impresionante retrato de las relaciones de parejas que es “La Cristina del mañana”, donde una mujer va percibiendo el tiempo cada vez con más adelanto, alejándose por tanto cada vez más del presente, obligada así a presenciar el paso de la existencia como una observadora incapaz de intervenir. Es una historia donde las viñetas mismas se rompen y se trastocan, incrementan el dinamismo ya presente en toda la colección, para seguir así el estado de la protagonista. Una historia conmovedora, emotiva, turbadora, desgarradora… una historia que merece todos los premios.
Las historias están ligeramente interconectadas entre sí. Algunas más que otras. El título «¡Universo!» no es casual. Todos los personajes habitan el mismo mundo.
Pero lo mejor todo es que esto sigue. Este no más que un primer volumen. Albert Monteys sigue creando episodios nuevos que va publicando digitalmente en Panel Syndicate (enlace en la descripción). Aunque yo te recomiendo comprar la recopilación. Leerlas seguidas es ir dejando que cada historia deje su poso en la siguiente.
Y hablando de estos temas, si quieres más ciencia ficción de calidad, aquí tienes un vídeo sobre una obra maestra. Y recuerda, si te interesa ver más vídeos sobre lecturas que valen la pena, ya sabes: suscríbete. Hay un botón por ahí debajo.
Gracias y hasta la próxima.