Los Jardines de la Luna de Steven Erikson

Antes de todo, un caveat lector: Esta reseña se basa en el original inglés en su edición de Tor Books, así que no puedo entrar a juzgar la calidad de la traducción en español. Espero sinceramente que no ello no entorpezca la recomendación subsiguiente que le hago a ese lector: esta es una de esas grandes novelas (con sus más y sus menos, claro) de la fantasía épica. Los lectores españoles tuvieron ocasión de disfrutar de esta novela en una primera edición de Timun Mas en dos volúmenes. La factoría la reedita ahora y esperemos que esta recuperación abra el camino a la publicación de más novelas de la serie.

Lo que Erikson ha hecho con su ciclo de Malaz no es nuevo. De hecho, es un camino bien trillado desde que los autores de fantasía épica, en la estela de ya-sabes-quién y su anillo, decidieron que parte de la gracia del asunto era construir mundos complejos, poblarlos y dotarlo de dinámicas internas (una aspiración tan escapista que da la vuelta al curvo universo literario y llega a entroncar con la gran aspiración de la literatura común de describir el mundo interior y exterior de sus personajes) de tal forma produjeran los trasfondos adecuados para sus historias épicas y dotaran de motivaciones realistas a los protagonistas de sus historias, abandonando los maniqueísmos más burdos a favor de conflictos más realistas. Bueno, de hecho es el pan nuestro de cada día en la fantasía actual: véase, por ejemplo, el maravilloso ejemplo de George R. Martin y su Canción de Hielo y Fuego, debo ser el número cien mil que establece esa referencia en relación con los libros de Erikson, pero mi intención no es comparar, sino elevar a Erikson (dentro de lo que cabe) a esa altura.

Las peculiaridades de este caso, sin embargo, son muy llamativas: la génesis de este mundo es colaborativa. Aparte de Erikson, Ian Cameron Esslemont tiene (y ejerce) el derecho a escribir novelas del Imperio de Malaz, ya que es su otro demiurgo creador. Además, mientras leía este libro sobre imperios, antiguas magias, antihéroes, personalidades y dioses, se me pasó por la cabeza este pensamiento: “jo, es que casi veo las tablas del Rolemaster detrás de esto”. Y casi acierto. El Libro de los Caídos de Malaz fue concebido, hace ya mucho tiempo, como una campaña para GURPS. Que esto no ahuyente al potencial lector que piense que se va a encontrar con una fantasía adolescente cualquiera. Eriksson tiene un mundo pulido y bien pulido, y el resultado es espectacular: una narrativa llena de personajes memorables, de arquetipos usados sabiamente y diálogos punzantes. Oh, y además Erikson también llena sus páginas con magias nefandas, actos de crueldad (y de misericordia) inimaginables, traiciones, subterfugios, dioses atemorizados por las acciones de los mortales, inmortales capaces de destruir naciones enfrascados en batallas contra imperios,  camarillas secretas y planes enrevesados que ocultan otras motivaciones en su interior. Erikson recorre una parte de su mundo llevándonos desde las altas intrigas políticas a los campos de batalla más despiadados y los callejones más mugrientos.

Es fascinante el gran control  que ejerce Erikson de las historias y de los personajes, de sus ambiciones y objetivos divergentes y complementarios y, sobre todo, el uso que hace del pasado de su mundo imaginario y sus entidades, porque aparte de la complejidad, hay otra cosa que destacar: la inventiva imbuida en este mundo de razas precursoras convertidas en huestes de muertos vivientes por decisión propia, tristes ruinas antiguas de imperios prehumanos  y amenazas primigenias, dioses que pueden morir  a manos de mortales y mortales que pueden ascender a la divinidad (un acontecimiento medianamente recurrente, y que explica más de una atrocidad en el camino de los personajes).

Pese a todo lo anterior, hay que decir que a veces la novela desciende (literalmente) hacia la dragonada (sí, en sentido peyorativo) pura y dura, y que a veces parece que la hay una cierta sobreabundancia de dei ex machina y giros inesperados, pero al poco tiempo de esa impresión la narrativa de Erikson remonta el vuelo y continúa adelante con la inexorabilidad de una locomotora.

No sólo me parece un libro recomendable, sino que además Erikson demuestra en el segundo libro (Deadhouse Gates) que lo suyo no es una inspiración repentina, sino un don duradero para tejer historias épicas y anti-épicas.

Los Jardines de la Luna; Malaz: El Libro de los Caídos 1
Steve Erikson
2009, la factoría de ideas
ISBN 978-84-9800-509-7
Traducción Miguel Antón Rodríguez

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Categoría: Reseñas

Xavier Riesco Riquelme

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